Al igual que la Monstera , el poto o Potho es una de las plantas verdes de interior más típicas en los hogares españoles desde hace décadas. De nuestras madres y abuelas a nuestra propia casa, esta variedad es tan popular no solo por su poder ornamental, también (o sobre todo) por los cuidados tan fáciles que precisa.
De origen tropical y un característico color verde intenso, la Epipremnum aureum, el nombre 'oficial' del poto, es quizá una planta más discreta que otras variedades de interior. Sin embargo, crece mucho (alcanza más de dos metros), muy rápido y es muy poco exigente en cuanto a cuidados básicos.
Además, como el ficus o la sanseviera, purifica el aire de la estancia en la que se aloje, por lo que es muy típico verla en salones, oficinas, dormitorios e, incluso, baños. Y hay quien busca un origen romántico en los potos: en la mitología griega, Poto (hijo de Céfiro e Iris) era la personificación del deseo amoroso y miembro del cortejo de Afrodita.
Otra de las características más curiosas de los potos es que, según cómo lo vayamos guiando en función de nuestro gusto y necesidades decorativas del espacio donde lo coloquemos, podrá crecer en vertical hacia arriba y convertirse en una planta trepadora o en una colgante, si la dejamos crecer hacia abajo.
Y es que, como decíamos, el poto es una variedad de interior muy poco exigente en cuanto a riego, luz y ubicación. De hecho, los expertos de Interflora la sitúan en el top 3 de plantas más fáciles de cuidar y la califican como «una superviviente nata».
El riego de tus potos no será un problema, incluso si tienes poca mano con las plantas o no eres especialmente atenta y constante en sus cuidados. Para saber cuándo necesitas regarla, solo tienes que fijarte en la capa superior de la tierra. Si el sustrato está seco, precisa agua. «En caso de que abusemos del agua, el poto nos avisará amarilleando sus típicas hojas verdes con puntitos crema e, incluso, tirándolas», apuntan los expertos de Verdecora.
Al tratarse de una planta tropical (su origen se sitúa en el sudeste asiático y algunas islas del Pacífico) se cultiva mejor en ambientes cálidos, con una temperatura óptima entre 17 y 30 grados. Por eso, si la tienes en la terraza, deberás cambiarla de ubicación o protegerla muy bien durante los meses más fríos.
Pero buscarle una ubicación óptima tampoco será complicado. Desde Interflora aseguran que «el poto es capaz de tolerar diferentes cantidades de luz, por lo que puedes colocar la maceta en el espacio que prefieras». Y es que también son poco exigentes en cuanto a luz se refiere: necesitan un ambiente luminoso, pero nunca luz directa.
Por último, algo que nos advierten desde Verdecora es que a medida que el poto crece, va perdiendo fuerza, sus ramas se vuelven más frágiles y crecen pocas hojas en la base. «Si eso sucediera, que nadie se alarme: se reproduce sin problema a través de esquejes«. Tan solo necesitaremos recortar algunos tallos de la punta de una de las ramas, introducirlos en agua y dejar que echen raíces. Después, los plantaremos en la base para que esté más tupida. Así de sencillo.
20 de enero-18 de febrero
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