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Aunque en los últimos años el entrenamiento en intervalos de alta intensidad o HIITse llegó a instaurar como una de las fórmulas más rápidas (pero agotadora) de mantenerse en forma, lo cierto es que los expertos aseguran que su "hermano menor", el entrenamiento a intervalos de baja intensidad, conseguirá desbancarlo. Mientras que el HIIT requiere de una gran forma física para aguantar unos 20 o 30 minutos de ejercicio a nivel muy intenso, el entrenamiento en intervalos de baja intensidad (LIIT) acude al rescate de los que prefieren aumentar el tiempo de entrenamiento y bajar la intensidad, ya que se basa en realizar ejercicios más suaves durante un tiempo más prolongado.
¿Pero qué es realmente el LIIT? Como explican los expertos de Arsenal Femenino, Low Intensity Interval Training es un entrenamiento prolongado pero de poca intensidad. La propuesta de esta nueva tendencia del fitness es que la duración del entreno sea mayor, pero sin asfixiarse mientras uno intenta quemar grasa. De hecho, LIIT está enfocado a la realización de ejercicio cardiovascular durante al menos 60 minutos pero a un ritmo y esfuerzo constantes. “No se trata de alargar su duración sin motivo alguno. La clave está en que durante esa hora uno no pare de moverse, pero sin que el corazón se salga de su sitio. La mejor manera de poder comprobar que estamos haciendo un buen trabajo es el poder mantener una conversación fluida sin necesidad de pararnos para respirar”, explica Fer González, subdirectora de Arsenal Femenino Madrid.
El LIIT es más adecuado que el HIIT para aquellas personas que no estén acostumbrados a hacer deporte y de repenten comiencen a hacerlo, pues para soportar un entrenamiento de alta intesidad hay que estar en forma.
El Low Intensity Interval Training permite controlar mejor las pulsaciones, porque la sesión tiene una estructura contante, alternando intensidad alta para el cardio y moderada para la fuerza. “Y después de la intensidad del trabajo cardiovascular, sabes que vienen unos minutos de trabajo de fuerza en el que no suben tanto las pulsaciones. Y puedes aprovechar para corregir tu técnica mientras que en las sesiones de HIIT, no es el momento de hacerlo, ya que el objetivo es otro: se trata de hacer el mayor número de repeticiones en el tiempo marcado. Esto hace que estés más pendiente de retarte en cada momento para conseguir un gran gasto calórico, que en valorar si tus rodillas están bien alineadas mientras realizas zancadas o sentadillas”, reconoce Fer González.
La clave del LIIT se encuentra en que en la hora que dura el entrenamiento uno no deje de moverse; no se alarga innecesariamente, sino que esta duración tiene un objetivo, y es que se realicen ejercicios vasculares, pero sin llegar al límite o a la fatiga, manteniendo entre el 65% y el 75% de la frecuencia cardíaca habitual.
Pérdida de peso y grasa: Aunque no lo parezca, realizando estos ejercicios de baja intensidad se pierden el mismo número de calorías de las que se perderían realizando ejercicios de alta intensidad durante un período más corto de tiempo.
Reduce el estrés y mejora el estado de ánimo: Una de las grandes ventajas del deporte, de manera general, es que ayuda a mejorar el ánimo. Pero precisamente con el LIIT, la sensación de sentirse capaz de superar el entrenamiento mejorará sustancialmente el estado de ánimo y la autoestima. Además, se liberan dopaminas y endorfinas, que ayudan a calmar el estrés y la ansiedad.
Mejora el sistema respiratorio y cardiovascular.
Ayuda a seguir practicando deporte: Una de las razones por las que mucha gente abandona el gimnasio es porque se someten a unos ritmos de entrenamiento que no son capaces de seguir. Con el entrenamiento en intervalos de baja intensidad este problema desaparece y hace motivarse mucho más día a día.
En definitiva, el LIIT es un tipo de entrenamiento pensado especialmente para los que buscan una manera de ejercitarse menos intensa pero con más duración.
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