GRASA ABDOMINAL
GRASA ABDOMINAL
El aumento de la grasa abdominal nos trae de cabeza. No sólo hará que salgan unos horribles michelines por encima del pantalón, sino que, según afirman los expertos de Mayo Clinic, el exceso de grasa en el vientre conlleva un aumento del riesgo de sufrir ciertas enfermedades.
Es difícil, pero siguiendo ciertos hábitos saludables puedes acabar con la grasa abdominal. Hemos recopilado los mejores consejos de expertos nutricionistas y entrenadores personales para conseguir acabar con ella, por muy rebelde que sea. Apúntatelos:
Para perder grasa abdominal deberías consumir, al menos, dos litros de agua al día. No hace falta esperar a tener sed, ya que en ese caso no beberás la cantidad necesaria. Ve bebiéndola poco a poco y así no sólo conseguirás reducir la grasa del vientre, sino que tu cutis se verá más rejuvenecido.
El consumo de refrescos contribuye a aumentar la grasa abdominal a largo plazo, según un estudio liderado por la doctora Caroline S. Fox. Lo mejor es que sustituyas estas bebidas por agua pero recuerda que también puedes tomar infusiones siempre y cuando no le añadas edulcorantes.
La mayoría de las veces comemos más de lo que necesitamos. Por ello, la Clínica Mayo aconseja reducir el tamaño de los platos cuando estés en casa y, en los restaurantes, comerte sólo la mitad y llevarte el resto de la comida para el día siguiente.
Pero no te centres únicamente en el abdomen ya que es necesario trabajar toda la musculatura corporal. Para ello, la Clínica Londres recomienda el HIT, una técnica que consiste en combinar intervalos de alta intensidad y de descanso con una cinta, la elíptica o la bicicleta.
La sal es uno de los ingredientes que más contribuyen a la retención de líquidos, por lo que es importante reducir su consumo en todas las comidas si lo que quieres es reducir la inflamación del vientre. Trata de condimentar tus comidas con otras especias para darles sabor sin recurrir a la sal.
Los expertos de la Clínica Londres recomiendan llevar una dieta rica en proteínas, ya que contribuyen a aumentar la sensación de saciedad y mejora la salud muscular. Por el contrario, debemos disminuir el consumo de hidratos de carbono. En este sentido, puedes comer carne de pollo, pescado, huevos o frutos secos.
Según cuenta el doctor Borja Bandera, médico especialista en Nutrición y Endocrinología, realizar el ayuno intermitente puede ayudar a reducir la grasa abdominal, puesto que se minimiza la ingesta calórica entre un 10% y 20%. Propone practicarlo de lunes a viernes y realizar una dieta normal los fines de semana.
Con las dietas restrictivas solo se consigue pasar hambre, lo que hace que el organismo se ponga en reserva y bloquee las grasas. Por tanto, cuando vuelves a tus hábitos habituales, el cuerpo absorbe esas grasas por si luego se las vuelves a quitar, según la influencer Patry Jordán.
A largo plazo, el estrés aumenta la cantidad de glucocorticoides, hormonas que aumentan el hambre y comer más, obviamente, hará que acumules más cantidad de grasa en el abdomen. Para controlar el estrés puedes practicar técnicas como ejercicios de respiración, la meditación o el yoga.
Ir andando al trabajo o subir las escaleras en lugar de coger el ascensor son actividades que provocan un gasto energético importante conocido como NEAT que evita la acumulación de grasa abdominal. Por tanto, no hay que dejar de hacerlas, aunque a veces pensemos que nos falte tiempo.
La falta de sueño es uno de los motivos que puede hacer aumentar la grasa abdominal. Según los expertos de Sanitas, una persona adulta debe dormir entre siete y nueve horas al día. Asimismo, para regenerar el cuerpo y levantarse con energía, es importante que el sueño sea de calidad.