Cara Delevingne posando con ropa deportiva. /
Hace unos días os hablábamos del power walking, que no es otra cosa que andar a paso ligero, casi corriendo pero sin llegar a hacerlo. Una de las grandes ventajas de este tipo de entrenamiento es que no tiene impacto sobre las articulaciones, como sí tiene el running , por lo que es apto para cualquier persona, además de que da menos pereza realizarlo, sobre todo para aquellas personas que no están habituadas a hacer deporte.
Pero, ¿vale con salir a andar, sin mas? No, si no sería todo demasiado fácil. Lo primero es que tienes que tener en cuenta que estás haciendo deporte, no paseando, por lo que debes mantener una velocidad elevada durante todo el entrenamiento, además de seguir ciertas pautas que te ayuden a optimizar sus beneficios.
Y es que, del mismo modo que Harvard nos dio cinco trucos para perder peso caminando , existen ciertas indicaciones para que el power walking de verdad pueda considerarse un deporte, y no un mero pasatiempo. La postura corporal, el tiempo que dediques al ejercicio, el recorrido elegido... son pequeñas pautas que marcan la diferencia.
Según un estudio del American College of Sports Medicine, los hombres quemarán más calorías que las mujeres con la práctica del power walking por el simple hecho de que, de media, pesan más que nosotras. Según esta investigación, los hombres perderán 124 calorías en comparación con las 105 que perderían las mujeres caminando ambos 1,5 kilómetros. Pero todos podemos beneficiarnos de esta práctica, sobre todo si sigues estas pautas:
Mujer con camisa de cuadros andando por una carretera en un entorno nevado /
Lo ideal para obtener resultados con la práctica del power walking, sería realizarlo hasta tres veces por semana con sesiones de entre 45 y 60 minutos. Eso sí, recuerda hacerlo siempre a buen ritmo, siendo consciente de que estás haciendo ejercicio y no simplemente dando un paseo.
Los brazos deben ir sueltos y acompasados con las piernas: cuando adelantas la pierna derecha, haces lo mismo con el brazo derecho, repitiendo el movimiento con la pierna y brazo izquierdos. Si quieres que el trabajo cardiovascular sea más exigente, puedes colocar los brazos formando un ángulo de 90 grados.
El abdomen es uno de los músculos centrales del cuerpo que consiguen equilibrarlo durante la práctica del ejercicio, por lo que mantenerlo activo es una parte esencial para absorver todos los beneficios del entrenamiento sin sufrir ninguna lesión. No hace falta quedarte sin respiración, bastará con meter un poco el ombligo hacia adentro, como si pretendieses meter tripa con un vestido ajustado.
Mujer vista desde arriba caminando por una carretera. /
No se trata de realizar ningún movimiento antinatural que te lleve a tropezarte con tus propios pies. En el power walking, al igual que en un paseo normal, debes apoyar primero el talón con la punta del pie en el aire y apoyar después la parte delantera para terminar despegando el talón del suelo.
Debes caminar erguido, con la vista al frente y manteniendo los glúteos en tensión, con lo que conseguirás colocar bien el cuello. Recuerda inhalar con el diafragma sin olvidarte de mantener una ligera tensión abdominal para conseguir mantener la postura completa. Parecen muchas pautas, pero una vez las integras, conseguirás hacerla de manera natural.
Las cuestas arriba suponen un desafío extra para el corazón, los pulmones y los músculos, aumentando el consumo de calorías hasta en un 13%. De este modo, además de ayudarte a perder peso, conseguirás tonificar los músculos de tu tren inferior, mejorarás tu capacidad pulmonar y todo ello sin añadir impacto a tus articulaciones, algo que sí sufres con el running .