Hay ejercicios exigentes y ejercicios fáciles para principiantes. Ya sean unos u otros, lo importante es hacerlos e incluir en tu vida diaria una rutina de ejercicios que hagan de tu vida un lugar muy saludable. Así tendrás mucho más que un vientre plano. Lo único que necesitas es disciplina y no saltarte nada, aunque muchas veces eso es lo difícil: el tiempo. Pero si lo aprovechas, por poco que sea, ya será utilísimo.
Por ejemplo, puedes hacer unas simples flexiones en el escritorio con series de 20 repeticiones, sentadillas (10 repeticiones), levantamiento de piernas con 10 repeticiones de cada lado, sentadillas contra la pared (30 segundos), hacer press de hombros sentada (10 repeticiones de cada lado), curl de bíceps (10 repeticiones de cada lado) o estocadas laterales (otras 10 repeticiones de cada lado). Haz descansos de un minuto entre los ejercicios que elijas y ya con esta selección cubrirás tus necesidades más básicas de fitness.
El ejercicio, incluso en pequeñas ráfagas durante el día, ya proporciona enormes beneficios. Por ejemplo, es una ayuda decisiva para bajar tu índice de masa corporal. Un estudio de 2013 realizado por la Universidad de Utah encontró que incluso las ráfagas cortas de ejercicio de alta intensidad que duran menos de 10 minutos pueden tener un efecto positivo en el índice de masa corporal. Los investigadores encontraron que cada minuto de alta intensidad realizado durante el día reduce las probabilidades de obesidad en un 5 por ciento para las mujeres y un 2 por ciento para los hombres.
Otro estudio comparó los efectos de un programa de ejercicio compuesto por 12 sesiones diarias de ejercicio de 5 minutos con los de un programa compuesto por una sesión de una hora en personas obesas y los investigadores encontraron que los participantes que se ejercitaron menos tiempos aseguraron tener menos de hambre durante el día comparado con el grupo que se ejercitó continuamente durante una hora.
No lo dudes: las ráfagas intensas de ejercicios están relacionadas con cambios positivos en el estado de ánimo. Tanto el ejercicio aeróbico como el ejercicio anaeróbico o el levantamiento de pesas te pone de buen humor. Y eso es fabuloso cuando, por ejemplo, estás afrontando una jornada especialmente exigente y llena de tensión.
Pasar unos minutos haciendo ejercicios que puedes hacer con un mínimo equipamiento o directamente sin nada. Una silla, escritorio o libros pesados que imiten pesas o mancuernas son solo algunas de las cosas que puedes usar durante un entrenamiento improvisado. No lo dejes. Diez minutos de ejercicio puede ser mucho si lo aprovechas.