running
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Cada vez son más las personas que han introducido el deporte en su día a día. El gimnasio ya no es una cosa que pagas para no ir, sino que se ha convertido en una prioridad porque nos hace sentir bien a nivel emocional, además de sus beneficios para nuestra salud. Una de las actividades que más han calado ha sido el running, sobre todo en famosas como Amelia Bono, pero ahora resulta que no es tan bueno como parecía.
Al menos eso es lo que dice el Dr. Gerald Imber, reconocido cirujano plástico de 82 años especializado en tratamientos antiedad en Manhattan. Según su teoría, correr envejece la piel ya que el impacto al que sometemos a la misma hace que se descuelgue. «¿Alguna vez has visto a un corredor de largas distancias que no tuviera una cara demacrada y vieja?», se pregunta en el vídeo. El Dr. Imber subraya que está «bien correr un poco todos los días o correr tres kilómetros varias veces a la semana», pero todo lo que pase de esos límites no es positivo.
La denominada cara del corredor ha sido motivo de debate durante mucho tiempo. Unos aseguran que se debe a que el impacto de correr hace que la piel de la cara se descuelgue pero otros sugieren que esa sensación se debe a la baja cantidad de grasa corporal o a la mayor exposición al sol de los corredores.
Ya lo dice el Dr. Imber en su video, que ha sido visto por más de dos millones de personas: «La mitad de mis pacientes me aman por eso, y la mitad de mis pacientes me odian por lo mismo». Si echas un vistazo a los comentarios de su vídeo, hay dos corrientes muy polarizadas. Por un lado los que están encantados de tener una excusa para no salir a correr: «¡No tienes que decírmelo dos veces!». Y por otro lado los amantes del running, que consideran su opinión una «falta de profesionalidad».
Pues básicamente, que algo de razón tiene, aunque teniendo ciertas precauciones podemos evitar la temida cara de corredor. Por un lado, aunque el deporte estimula la circulación sanguínea y hace que tu piel esté más luminosa, también eleva la producción de radicales libres, lo que genera un envejecimiento prematuro.
¿Cómo lo evitamos? Por un lado tratando nuestra piel con productos antioxidantes (la vitamina C es tu gran aliado) y por otro siguiendo una alimentación rica en productos antioxidantes como frutas y verduras. De este modo, aunque no podamos evitar la producción de radicales libres, le damos a nuestra piel las herramientas necesarias para luchar contra ellos.
Por otro lado, también es cierto que los deportes de impacto como el running pueden favorecer el descolgamiento y la flacidez de la piel, ya que se asocia a una pérdida de elasticidad en los ligamentos. Pero este efecto también podemos atenuarlo si combinamos el running con otros deportes de bajo impacto como la natación.
¿Y qué hacemos con el envejecimiento prematuro debido a una mayor exposición al sol? Utilizando un protector solar con un FPS alto cada vez que salgas a entrenar. De este modo, evitas la aparición de arrugas y manchas y te proteges contra enfermedades como el cáncer de piel.
En definitiva, ¿tienes que dejar de correr para evitar el envejecimiento prematuro? No, no busques excusas tontas. Combina este deporte con otros menos lesivos y protege tu piel antes de salir a correr. De este modo, conseguirás aprovecharte de todos sus beneficios y atenuarás sus efectos negativos.