La rutina de yoga de 15 minutos que deberías practicar cada mañana para activar tu metabolismo

Lo sabemos, hacer ejercicio nada más levantarte puede dar pereza, pero si descubrieras todos los beneficios que tienes, lo mirarías con otros ojos. Vale, aceptamos que no te apetezca una sesión de cardio cuando acabas de salir de la cama pero, ¿qué te parece una pequeña rutina de yoga? Tan pequeña, tan pequeña que no te lleve más de 15 minutos.

El yoga es una buenísima manera de empezar el día, ya que te ayuda a despertar el cuerpo y prepararte para afrontar el día de una manera más consciente. Marta Onieva, co-fundadora y profesora de Urban Yoga Studio nos propone una pequeña práctica de 15 minutos en la que incluye 5 minutos de meditación, 5 de asanas y otros 5 de relajación, para empezar el día con muchísima energía. Échale un vistazo:

Onieva recomienda sentarte en posición de meditación y empezar a tomar consciencia de tu propia respiración, inhalando profundamente por la nariz y exhalando profundamente también por la nariz. La formadora recomienda mantener esta respiración durante toda la rutina matutina.

«Este es el momento de visualizar tu día«, dice Marta Onieva. «Visualízate alegre, confiando en ti. El pensamiento previo que crees, se va a convertir sin darte cuenta en un comportamiento», dice la formadora, segura del poder de la meditación en tu manera de afrontar el día.

Uttanasana es una de las primeras posturas que se hacen en yoga, ya que forma parte de una de las vinyasas más conocidas: los saludos al sol. Esta asana te ayuda a estirar y tonificar los isquiotibiales, los brazos y los hombros, fortaleciendo y estirando los ligamentos de la zona lumbar y sacra.

Para realizarla correctamente debes colocarte de pie con los pies juntos e ir bajando poco a poco el tronco doblándote desde las caderas, hasta que toques el suelo con las manos. «Dobla las rodillas lo que necesites», aconseja Marta Onieva, y es que al principio te costará un poco estirar los isquiotibiales. Aguanta esta postura durante cinco respiraciones profundas.

Colócate boca abajo y apoya las palmas de las manos y las puntas de los pies en el suelo formando una línea recta con el suelo. Las manos tienen que estar justo debajo de los hombros y las piernas ligeramente abiertas. «Alinea bien las caderas con la parte superior del tronco, activa la musculatura abdominal y no utilices la parte baja de la espalda«, aconseja Onieva. Mantén esta postura de 30 segundos a 1 minuto, respirando profundamente.

Colócate en posición de cuadrupedia y flexiona una pierna hacia adelante de forma que la rodilla y el talón queden en ángulo recto. A continuación, estira la otra pierna hacia atrás apoyando el empeine en el suelo y junta las manos y los dedos. Inspirando, alárgate hacia arriba inclinándote ligeramente hacia adelante apoyando el peso en esta pierna. Estira los brazos detrás de la cabeza, arquea la espalda y mira hacia arriba. Mantén 5 respiraciones profundas y cambia a la pierna izquierda.

El tránsito de la Anjaneyasana a la postura de alerta en torsión es muy fácil. Apoya en el suelo la palma de la mano de la pierna más atrasada y estira esa pierna hasta elevar la rodilla del suelo. A continuación, eleva la otra mano hacia el techo y mira hacia esa mano girando el torso y formando una línea recta entre este y ambas manos. Mantén 5 respiraciones y cambia al lado izquierdo.

Colócate en la posición de perro boca abajo, formando una V invertida con tu cuerpo y apoyando las palmas de las manos con los dedos abiertos y las plantas de los pies en el suelo. Manteniendo la espalda recta y los hombros alineados, eleva una pierna y dobla la rodilla abriendo bien tu cadera, luego cambia de pierna. Mantén cada lado durante 5 respiraciones.

Separa las piernas un poco más del ancho de caderas, los pies girados ligeramente hacia fuera, flexiona rodillas y desciende hasta colocarte en cuclillas. Separa las rodillas de forma que queden situadas encima de los dedos de los pies y, con las manos unidas en el pecho, presiona con los codos las rodillas hacia afuera para abrir las caderas y el pecho hacie el cielo. Mantén esta postura durante 5 respiraciones.

«Para finalizar e integrar esta breve práctica, dedica unos minutos a relajarte completamente, aquí puedes tener preparada alguna canción suave que te guste y te ayude a relajar«, aconseja Marta Onieva como colofón.

«Cuando comienzas el día con cualquier tipo de práctica, hay una percepción más clara de las cosas que son importantes y las que no. Así que ese tiempo que parece que estás perdiendo en la práctica en realidad lo estás ganando luego en el resto del día«, asegura la instructora de Urban Yoga Studio.