Sirsasana es sin duda una de las posturas más espectaculares del yoga. Se trata de hacer el pino apoyando simplemente la cabeza con ayuda de los antebrazos. Si no se hace correctamente, puede provocar lesiones graves, pero cuando se domina te proporciona el mayor equilibrio a todos los niveles, tanto físico como mental.
Para lograr completar esta postura se requiere isquiotibiales largos, columna y hombros flexibles y una fuerza sólida en la parte superior del cuerpo. Es importante asegurarse de estar concentrada y sobre todo utilizar la técnica adecuada antes de intentar la postura por tu cuenta. No es para principiantes.
Si ya tienes un buen nivel de yoga y crees que te sientes preparada para intentar la postura, lo primero es ponerse de rodillas con las muñecas debajo de los hombros y las rodillas debajo de las caderas. Lleva los antebrazos al suelo, manteniendo los codos directamente debajo de los hombros.
Ahora junta las manos alrededor del codo opuesto. Ajusta según sea necesario para asegurarte de que tus codos estén separados al ancho de los hombros. Libera las manos de los codos y júntalas en el suelo, entrelazando los dedos. Ahora coloca la coronilla de tu cabeza sobre el suelo.
La parte superior de la cabeza debe estar hacia abajo, ni demasiado hacia adelante ni hacia atrás. La parte posterior de la cabeza descansará en la base de los pulgares en lugar de en las manos que sostienen el cráneo. Levanta las caderas y estira las piernas como si estuvieras haciendo el perro boca abajo.
Camina con cuidado con los pies hacia la cabeza hasta que las caderas estén lo más cerca posible de los hombros. La siguiente es la parte más complicada de la postura: levantar los pies del suelo. Hay dos métodos que funcionan mejor para principiantes. Independientemente de cuál elijas, asegúrate de que todo el peso no recaiga sobre tu cabeza, sino que tu objetivo debe ser enraizarte en los antebrazos mientras levantas y sacas los hombros.
Para subir con facilidad, tienes el método uno. Levanta el pie derecho para llevar la rodilla derecha al pecho. Respira profundamente unas cuantas veces. Cuando te sientas estable, inhala y activa los músculos centrales. Con un movimiento lento y controlado, exhala mientras levantas el pie izquierdo y llevas la rodilla izquierda hacia el pecho junto a la derecha. Respira profundamente y mantén tu núcleo involucrado mientras permanezcas en la postura. Puedes permanecer con las rodillas dobladas mientras te sientas cómoda con este acto de equilibrio. No te apresures a levantar las piernas.
Luego tienes el método 2. Mantén ambas piernas estiradas. Inhala mientras levantas la pierna derecha hacia el techo. Exhala. Asegúrate de que tu pierna derecha esté completamente alineada con tu torso. Cuando te sientas estable, inhala y activa tu núcleo para levantar la pierna izquierda junto a la derecha.
Una vez que estés en posición, mantén el equilibrio. Recuerda respirar y mantener tu core fuerte. Cuando empieces, intenta permanecer en la postura durante unos 10 segundos. Cuando estés lista para bajar, invierte los pasos que usaste para adoptar la postura. Tus movimientos deben ser lentos y controlados. Termina descansando en la postura del niño.
No patees. Recuerda que tus movimientos deben ser controlados. Los antebrazos también soportan peso, no solo la cabeza. Si tienes problemas para saber cómo distribuir tu peso correctamente (lo cual será diferente para cada persona), intenta colocar una manta de yoga debajo de tus antebrazos para garantizar una mayor estabilidad.
No importa el nivel de práctica de yoga y condición física que tengas, hacer el pino incorrectamente o acelerar los pasos para entrar (o salir) de la postura puede provocar daños importantes. Disminuye la velocidad, mantente concentrada, recuerda respirar y haz caso de las señales de tu cuerpo. Y, como supondrás, es muy importante consultar a un instructor de yoga antes de intentar la postura.
20 de enero-18 de febrero
Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más
¿Qué me deparan los astros?