Hotel Heritage Grand Mencey. / Iberostar

48 horas en Tenerife: historia, gastronomía, cetáceos y sesiones de spa

Un fin de semana basta para exprimir Tenerife a tope. Y disfrutar de su gastronomía, sus playas, su patrimonio histórico y natural y sus magníficos hoteles, empezando por un clásico de la isla: el Heritage Grand Mencey.

La cuesta de enero no afecta solo al bolsillo, también es un pequeño mazazo al ánimo: agotadas las Navidades, sin puentes a la vista, con el contador de los días de vacaciones a cero y el verano tan lejos que podemos retrasar la operación bikini hasta principios de mayo, durante los tres próximos meses la mayoría nos alimentamos de los recuerdos cálidos de veranos pasados. La alternativa a la resignación y la melancolía de los meses más gélidos del año es planear una pequeña escapada de invierno. De viernes a domingo. Pin, pan. ¿Un destino estupendo para exprimir en 48 horas? Tenerife que, obviamente da para mucho más, pero que en un fin de semana largo puede llenarte el depósito de gasolina hasta, por lo menos, Semana Santa.

Si aterrizas en el norte de la isla, Santa Cruz de Tenerife lo tiene absolutamente todo: una ciudad vibrante abierta al mar y un entorno natural e histórico privilegiados. Dos excursiones de medio día merecen particularmente la pena. Para los amantes de la naturaleza no hay duda: el bosque encantado del Parque Rural de Anaga, enclavado en la Reserva Natural El Pijaral, es uno de los bosques de laurisilva mejor conservados de España y está a solo 45 minutos por carretera. Eso sí, debido a la fragilidad de su ecosistema, debes tramitar un permiso especial para visitarlo con el Cabildo de Tenerife a través de su página web.

Si, en cambio, prefieres una visita cultural para descubrir el pasado de la isla, el destino también es obvio: San Cristóbal de la Laguna, que hasta 1833 fue capital del archipiélago, es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco por ser un ejemplo único de ciudad colonial no amurallada. Puedes aprovechar un descanso en el paseo por sus preciosas calles empedradas y entre los magníficos edificios de coloridas fachadas para probar el barraquito, un café típico local preparado a partir de un expreso, con leche condensada y un chorrito de licor. Los sirven, por ejemplo, en el precioso patio de la Casa Museo Cayetano Gómez Felipe, en pleno centro histórico.

San Cristobal de La Laguna. / Turismo Islas Canarias.

Hotel Grand Mencey: el único 5 estrellas de Santa Cruz de Tenerife

Pero viajar a Canarias también significa disfrutar de sus magníficos hoteles. Y en Santa Cruz elegir es fácil: el Heritage Grand Mencey, de la cadena española Iberostar, no es solo el único 5 estrellas de la capital, sino también el hotel con más historia y solera de la ciudad. Algo apartado del centro, pero solo a cinco minutos a pie, en él se han hospedado desde estrellas del cine clásico como Elizabeth Taylor, Richard Burton o Sophia Loren hasta Maradona, Pelé, Jacques Cousteau o U2. Y, por supuesto, todos los miembros de la familia real española.

Sus 70 años de historia están presentes en su precioso lobby, en la arquitectura típicamente canaria de su fachada, en las imponentes lámparas de araña y en los salones, decorados con pinturas de gran formato de reconocidos artistas canarios como López Ruíz o Martín González. Su rehabilitación, hace una década, consiguió respetar todo su encanto y lujo clásicos sin ceder ni un centímetro al confort moderno.

Si después de la excursión lo que te pide el cuerpo es descansar y dedicarte el resto del día a ti, lo mejor que puedes hacer después del check-in es explorar su spa, que se asoma al exótico jardín y está bañado de una increíble luz natural. Es darte un masaje (disponen de 14 cabinas individuales y dos dobles) y disfrutar de las saunas y el circuito de aguas y olvidarte del madrugón y el vuelo.

El spa del hotel Heritage Grand Mencey. / Iberostar.

Pero el Mencey destaca, sobre todo, por una oferta culinaria cuidada al detalle: el restaurante Papa Negra, que pone la vanguardia al servicio de la gastronomía tradicional canaria en un soberbio comedor de estilo colonial, es una apuesta segura para la cena. Para comer, el restaurante Los Laureles, bajo dos magníficos ejemplares del árbol, permite disfrutar de un buen almuerzo junto a la piscina. Su carta es amplia, pero los arroces son particularmente recomendables. Además, en su Aula de Cocina puedes aprender a preparar un buen mojo picón (o un ceviche) dirigido por uno de los cocineros del hotel.

Colarse en sus cocinas es descubrir que su apuesta (y la de todo el grupo Iberostar) por el turismo sostenible es mucho más que palabras. Además de la fuentes de agua filtrada que hay en cada una de las plantas del edificio y del compromiso de que para 2025 todo el pescado y el marisco que se consuma en sus hoteles será cien por cien responsable, la cocina del Grand Mencey cuenta con una báscula que, utilizando inteligencia artificial, mide y clasifica todos y cada uno de los desperdicios alimenticios que se producen a diario en sus cocinas. Del mismo modo, encontrar recipientes de plástico en el Mencey es poco menos que misión imposible: ni en las habitaciones (espaciosas, luminosas y modernas) ni en el buffet. Su compromiso medioambiental pasa con holgura la prueba del algodón más exigente.

Restaurante Papa Negra. / Iberostar.

Costa de Adeje: sol, playa y avistamiento de cétaceos

Al día siguiente, después de un vigorizante desayuno en el estupendo buffet de Los Menceyes (los huevos benedictine merecen capítulo aparte), ponemos rumbo al sur de la isla. La Costa de Adeje es uno de esos destinos canarios en los que los días de sol y playa no conocen de temporadas bajas y pueden disfrutarse prácticamente los 365 años del año.

En primera línea y con magníficas vistas del litoral, se encuentra el hotel Iberostar Selection Sabila, que tras una intensa renovación en 2018 ha conseguido abrir sus habitaciones y espacios comunes al mar y convertirse en un 5 estrellas moderno, luminoso, diseñado especialmente para adultos y volcado en la oferta gastronómica.

Costa de Adeje. / Turismo de Canarias

Además del buffet de su restaurante principal, su apuesta más innovadora es un mercado gourmet con siete puestos diferentes (desde pinchos y tapas hasta barras especializadas en carne, pescado, queso o postres) para un tardeo o un vermú sin poner un pie fuera del hotel.

Para quienes un par de horas de sol y tumbona son más que suficientes y prefieren descubrir los encantos naturales de la isla, no se han equivocado de destino. El Parque Nacional del Teide está a solo 35 minutos en coche y es una visita obligada para cualquiera que visite Tenerife. Su otra joya, mucho más discreta y enigmática que el icónico volcán, se esconde bajo el mar. Las cálidas temperaturas del agua, que en invierno no bajan de los 19 grados y en verano alcanzan los 25, hacen del archipiélago, y especialmente de Tenerife, un lugar privilegiado para la observación de cetáceos, pues muchos de estos animales habitan en estas aguas de forma permanente.

En Tenerife pueden avistarse cetáceos en cualquier época del año. / Turismo Islas Canarias.

Un paseo en velero al atardecer es prácticamente garantía de avistar alguna de las llamadas especies residentes: desde delfines a cachalotes. Y, sobre todo, calderones, un tipo de cetáceo que puede llegar a pesar cuatro toneladas y que se caracteriza por su cabeza redondeada y una aleta dorsal curvada. Suelen viajar en grupo y son tan sociables que es frecuente que se acerquen (y se exhiban) a pocos metros de las embarcaciones. Verles chapotear en medio del Atlántico con el atardecer de fondo es una de esas imágenes que te acompaña (y reconforta) el resto del año. Especialmente, en los fríos meses de invierno...

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