una mujer diferente
una mujer diferente
«Me llamo Patric Gagne y soy sociópata. Soy una madre y una esposa apasionada. Soy una psicóloga que motiva a sus pacientes. Soy de lo más encantadora y le caigo bien a la gente. (...) Vuestros amigos seguramente me describirían como una persona amable, pero ¿sabes qué? No aguanto a vuestros amigos. Soy una mentirosa, una ladrona. Soy emocionalmente superficial. Soy casi inmune a los remordimientos y la culpa. Soy muy manipuladora. No me importa lo que piensen los demás. No me interesa la moral, no me interesa lo que me digan».
La primera página de Sociópata, las adictivas memorias de Patric Gagne, es un manantial de sinceridad que sitúa al lector. Y en las cuatrocientas páginas que le siguen tenemos la oportunidad de descubrir que, durante toda su vida, Patric ha sido así, aunque su sinceridad causase cierta incomodidad en su interlocutor, al igual que en el lector. Porque el trastorno antisocial de la personalidad que sufre está marcado por lo que la cultura nos ha «enseñado» sobre él, muchas veces erróneamente, y por el miedo que causa el diferente.
Publicado en España por la editorial Planeta, Sociópata llega a las librerías avalado por el éxito en el mercado anglosajón. Porque en el abundante universo de las memorias, entre políticos, personalidades pertenecientes al mundo del entretenimiento y familias disfuncionales, la sinceridad de alguien que reconoce haber transitado por el otro lado de la ley lo tiene todo para conquistar a su audiencia.
Con una claridad que ya quisiéramos muchos a la hora de recordar qué comimos ayer o qué habíamos apuntado en la lista de la compra que hemos dejado en casa, Gagne comienza su relato en su infancia. Por aquel entonces no sabía qué le pasaba, pero sí «sabía que me pasaba algo. No me importaban las cosas como les importaban a los otros niños. Experimentaba ciertas emociones (como la felicidad y la rabia) de forma natural, aunque más bien esporádica, pero no me pasaba lo mismo con las emociones sociales».
Por aquel entonces, la pequeña Patric, que tuvo que ver cómo el divorcio de sus padres se llevaba por delante su rutina, y algunos recuerdos felices, iba a fiestas de pijamas y cuando todo el mundo dormía se volvía a su casa andando, no experimentó ningún sentimiento cuando murió su mascota y, además, robaba. Todo para saciar la apatía que le comía por dentro.
Entre las víctimas de sus hurtos estuvo el mismísimo Ringo Starr a quién, según revela ella misma, le robó unas gafas de sol. A pesar de que su madre consiguió que compartiese con ella sus «pequeños delitos», Gagne aprendió pronto que lo que su progenitora quería no era sinceridad, sino que fuese una niña más. Y ante eso solo quedaba la mentira.
Su madre no era la única que era consciente de que su hija no era como los demás, y su hermana dibujó un cómic en el que la heroína era la «Capitana Apatía». Para los niños del cole, para los padres de estos, Patric era «la rara». Y siguió siéndolo toda su vida, pero llegó a los estudios universitarios la autora pudo poner nombre a su «problema», aunque la palabra «sociópata» ya había aparecido en su vida. Pero en un aula, con los síntomas detallados en una pizarra, todo fue más fácil. Al menos para su conciencia.
A partir del centenar de páginas Gagne se centra en la edad adulta, en su primer (y único) amor, en su trabajo en la industria musical y lo conveniente que era su trastorno en un entorno tan frívolo y endiosado, en su carrera universitaria y la frustración que sentía ante lo que el mundo tenía que decir, opinar y objetar sobre su padecimiento. Y en sus deseos de ayudar a todos aquellos que sufren como ella y a quienes desea ofrecer todo aquello que la ignorancia y el desinterés general a ella le había negado.
Sociópata es, como asume Gagne en la introducción, una biografía especialmente interesante quienes alguna vez se han planteado si sufrían un trastorno antisocial de la personalidad. Porque además de detallar cómo ha convivido con él, Gagne dedica buena parte de la narración a detallar qué es, en el plano más personal y autoconsciente, la sociopatía, la decepción que siente por la escasa consideración que tiene a nivel médico (es un concepto que no aparece en los diccionarios profesionales) o lo frustrante que es que le pidan empatía quienes no la tienen hacia ella.
Para aquellos que busquen en Sociópata más un relato biográfico que un testimonio psicológico, el relato de Patric es una historia de superación continua, pero también esa narración en la que el problema que sufre la protagonista es el principal atractivo de su existencia, pero también aquello que la condiciona y obsesiona. Una forma de vivir que tal vez solo entiendan quienes se enfrentan a diario a un reto como el de Patric.