Es importante que consensues los límites con tu hijo. / Escena 'Mamma Mia'

EDUCACIÓN ADOLESCENCIA

Cómo poner límites a tu hijo adolescente, según la psicóloga Beatriz Galván

Los límites son necesarios para la educación de los adolescentes pero de cómo ponerlos dependerá tu relación con él y su desarrollo como persona.

Si hay una etapa temida por todo padre, esa es la adolescencia. Tu niño pequeño que, hasta el momento, sólo se enfrentaba a ti en las temidas rabietas, se ha convertido en un proyecto de adulto con opiniones propias que suelen ser, siempre, las contrarias a las tuyas. ¿Por qué, de repente, no puedes parar de discutir con él?

«La adolescencia es una etapa de cambios, caracterizada por el proceso de individuación y de desarrollo de la personalidad. En ese proceso de individuación, mediante el cuál el adolescente crea su identidad, se va percibiendo como persona independiente. Y es en esta etapa cuando se tiende a la unión y la valoración del grupo de iguales, en contraposición al sistema familiar», nos comenta la psicóloga Beatriz Galván.

Vale, podemos entender que tiene que el adolescente tiene que oponerse a sus figuras de autoridad para crecer como persona individual pero eso no significa que debas dejarle completamente libre, porque sigue estando bajo tu cuidado y marcar unos límites es básico incluso para su propio desarrollo.

«Los límites son las líneas que no se deben traspasar en las conductas, y tienen que ver con aquellas cosas que pueden suponer un peligro físico o emocional. Las normas son las pautas u orientaciones para cumplir con esos límites», nos ha explicado la experta. «Las normas claras les dan una estructura que necesitan dentro de todos los cambios que están experimentando: aportan consistencia y dan seguridad, generando un espacio predecible y más seguro», continúa.

Vamos que, por mucho que ellos no quieran, los límites son absolutamente necesarios. Pero una cosa es que lo sean y otra que seas tú como padre quien decida unilateralmente absolutamente todo, como ocurría hasta ahora. Recuerda que estás tratando con una persona que está desarrollando su propia personalidad y madurando poco a poco, por lo que lo que valía antes, no vale ahora.

¿Cómo se establecen los límites y las normas con tu hijo adolescente?

La psicóloga Beatriz Galván nos ha dado unas pautas para establecer los límites de nuestro hijo de manera justa con ambas partes y sin que ello suponga una batalla campal. Recuerda armarte de paciencia y hablar desde la calma a la hora de abordar el establecimiento de unos límites y sigue estos consejos:

Debemos consensuar con nuestros hijos unas consecuencias en el caso de que se rebasen los límites. / Imagen de DCStudio en Freepik.

1. Comunicación y negociación de límites

«En la adolescencia debemos potenciar la comunicación abierta y respetuosa con nuestro hijo para establecer límites y normas consensuados», nos aconseja. Ya no vale el 'te lo digo yo que soy tu madre' porque tu hijo tiene algo que decir al respecto. Escúchale y llegad a un acuerdo satisfactorio para los dos.

«También debemos abordar con él las posibles consecuencias si no se cumple lo que hemos establecido, que deben ser naturales y conformes a lo que haya ocurrido», continúa. Es importante que si tu hijo sobrepasa los límites tenga una consecuencia por ello pero esta debe atender a la magnitud del hecho en sí, no puedes dejarle un mes sin salir por llegar 5 minutos tarde.

¿Y por qué es importante implicar a tu hijo adolescente en el establecimiento de estos límites? Según Galván, «formando parte activa del proceso de establecer los límites y las normas, apoyamos que el adolescente los integre y se sienta implicado, promoviendo su responsabilidad».

Además, para establecer esos límites es necesario que te expreses de forma clara, sencilla y en positivo. «En lugar de 'no dejes todo tirado en tu habitación', se puede expresar con 'deja el cuarto ordenado antes de irte de casa' o en lugar de 'no grites' puedes decir 'habla de forma respetuosa'.

Y después de todo esto, ten por seguro que alguna vez se saltarán esos límites. «El desafío a los límites y a la autoridad, forma parte del proceso de individuación y autonomía. Por lo que debemos trabajar en nuestra capacidad de mostrarnos firmes, desde la calma y el respeto», nos ha aconsejado.

2. Consistencia

«Las normas y los límites deben ser consistentes, y ambos progenitores deben formar equipo. No puede expresar algo un progenitor y que el otro (si lo hay) que exprese lo contrario, pues esto genera inseguridad en nuestro hijo e invalida las pautas y normas establecidas», aconseja.

Ambos progenitores deben establecer los mismos límites y actuar como un equipo. / Imagen de Racool_studio en Freepik.

En una pareja no siempre se está de acuerdo en todo y la educación de los hijos no es una excepción. Por eso es clave fomentar la buena comunicación en la pareja para tomar un camino común y expresar ambos los mismos límites y normas al adolescente. Así ni ellos se aprovechan ni les volvemos locos.

3. Respeto a sus propios límites

«Nuestro hijo adolescente necesita su espacio, su intimidad. Debemos respetar este espacio, pues esto también tiene que ver con los límites. Si desean contarnos algo, escucharles y atenderles; y si no desean contarnoslo, entenderlo y respetarlo», nos aconseja la experta. Si tú exiges tu intimidad, debes entender que tu hijo es una persona individual que también tiene la suya.

Y esto ya no es sólo una cuestión de respeto hacia tu hijo (que también), sino que forma parte del proceso educativo: «Si sienten que sus límites son respetados, esto les ayudará a interiorizar la importancia de respetar los límites de las personas que les rodean, a la par que se sienten valorados y aceptados», nos dice Galván.

Pero darles su espacio no significa desentenderte de sus necesidades. «También necesitan saber que si lo necesitan, si algo les preocupa, no se sienten bien o necesitan ayuda, estamos ahí para apoyarles y acompañarles. Este equilibrio entre el respeto a su espacio y la disponibilidad emocional, les acompañará en su proceso de desarrollo e individuación desde un apego seguro», afirma.

4. Adaptación a los cambios

No siempre necesitan lo mismo y lo que hoy es intolerable, puede que en un año sea aceptable. Es importante ser flexibles y tener en cuenta los diferentes estadios de desarrollo de tu hijo e ir adaptando los límites y ampliándolos según vayan creciendo para que tengan sentido.

Y como decíamos al principio de este artículo, tranquilidad. «Es muy importante que las madres, padres y cuidadores aborden las situaciones de conflicto desde la calma, pues desde ahí podreis comunicaros y ayudar a tu hijo a a abordar la situación que haya surgido. Desde la comunicación abierta y empática en la familia, tu hijo se sentirá más seguro y con mayor confianza para afrontar esta etapa de desarrollo», concluye Beatriz Galván.

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