«Sufrimos más a menudo en la imaginación que en la realidad», dijo Séneca. Y no podía tener más razón este filósofo romano. Porque seguro que lo has vivido alguna vez, que pensar en algo que podría suceder te genera ansiedad y malestar cuando ese evento futuro bien podría no hacerse realidad.
Esto se llama ansiedad anticipatoria y tiene mucho que ver con nuestro diálogo interno , o lo que es lo mismo, cómo te hablas a ti mismo. Porque pensar siempre en lo peor imaginando posibles escenarios, siempre negativos, nunca va a traer nada bueno, si siquiera te va a preparar para lo que pueda ocurrir. Simplemente te hará sufrir gratuitamente.
Séneca ya se preguntaba hace 2000 años cómo utilizar la imaginación para algo mejor que para crear escenarios catastróficos. Y es que si tenemos imaginación suficiente para preocuparnos por algo que todavía no ha ocurrido, también la tenemos para animarnos, según pensaba el filósofo.
Y aterrizando los pensamientos de Séneca en la neurociencia moderna, se ha creado la exposición imaginal, que no es otra cosa que exponerte ante estas situaciones que te hacen sentirte ansiosa. ¿Y cómo? Imaginando lo peor que podría ocurrir como si ya hubiese ocurrido hasta que los niveles de ansiedad bajen.
La exposición imaginal se basa en una lógica aplastante: si la ansiedad se genera en tu cerebro ante una situación que verdaderamente no ha ocurrido, también puede desmontarse en el cerebro. Así, si tomas conciencia de que tus pensamientos no son reales, puedes reducir la intensidad de las emociones que te generan.
Según cree esta teoría, lo que verdaderamente produce malestar no son las situaciones en sí (ya que en realidad no han ocurrido) sino las interpretaciones personales que hacemos de ellas. Por eso, cambiando los pensamientos e interpretaciones puedes cambiar las emociones.
Basándose en la exposición imaginal y siguiendo la estela de los pensamientos de Séneca, se ha creado una herramienta fácil y rápida para acabar con esta ansiedad anticipatoria. Y consiste, básicamente, en dedicar 15 minutos al día a preocuparte a gusto.
Como lo oyes. En lugar de dedicar todos tus esfuerzos a forzar tu mente para que no se preocupe, esta herramienta te anima a preocuparte todo lo que quieras pero, eso sí, sólo en el tiempo estipulado para ello. Según los expertos, establecer un momento acotado para preocuparte, disminuirá las preocupaciones, paradójicamente.
¿Y por qué se supone que disminuirá tus procupaciones? Porque te das la oportunidad de descubrir el origen de esos miedos buceando en ellos. De este modo podrás ver por ti misma si coincide con la realidad presente o con algo que has creado tú misma en tu mente.
Y también porque te das la oportunidad de validar tu propia emoción en lugar de intentar taparla. Al descubrir el origen de tu miedo (tengo miedo a volar porque creo que el avión se va a estrellar) puedes perdonarte a ti misma el sentir miedo mientras disminuye tu ansiedad al ver que no coincide con la realidad.
20 de enero-18 de febrero
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