EDUCACIÓN ADOLESCENTES ¿Las letras de las canciones pueden suponer un problema en la educación sexual de los adolescentes? Esta psicóloga dice que sí

No es la primera vez que las letras de las canciones de reggaeton, en muchas ocasiones machistas e hipersexualizadas, se han puesto en el punto de mira de psicólogos por la influencia que podrían tener en niños y adolescentes. Esto es lo que ha ocurrido reciéntemente con el último gran éxito de Bad Bunny titulado Baticano, que ha hecho que la psicóloga María Esclapez nos advierta de los peligros de su letra.

«La noche se puso quinqui, tres dedos en el toto, en el culo pinqui. Las moñas violeta como Tinky Winky, una nalga y la dejo como Po, le doy por donde hace pipí y por donde hace popó». Esta es la estrofa que ha utilizado Esclapez para ejemplificar lo que nos quiere decir, y es que la educación afectivo sexual de los más jóvenes podría estar sufriendo un duro revés si toman estas canciones como base.

Bien es cierto, como dice la sexóloga clínica y terapeuta de parejas, que «la misión de un cantante no es educar a nadie», pero si los adolescentes «que aun no tienen nociones acerca de las relaciones de pareja» normalizan esto, podrían vivir «las relaciones con los demás desde la dominación, la misoginia y el machismo «.

Y es que, como dice María Esclapez, los adultos conocemos (o deberíamos conocer, mejor dicho) los límites, el consentimiento y la responsabilidad afectiva, pero un joven que todavía se está formando, puede entender este tipo de situaciones como algo normal en una relación de pareja, difuminando los límites de lo que se puede y no se puede consentir.

La adolescencia es una etapa llena de emociones intensas y cambiantes en la que las personas comenzamos a formarnos a nivel psicológico en multitud de aspectos, lo que sentará las bases de cómo nos relacionamos con los demás. Si en esa etapa se toma como ejemplo este tipo de canciones, puede que nuestra forma de relacionarnos en un futuro no sea lo más sana.

Por ello, si la formación afectivo sexual siempre ha sido fundamental, quizá ahora se torna más importante todavía, puesto que existen muchas más influencias externas difíciles de controlar. Esta educación afectiva es igualmente importante tanto para saber cómo cuidar a los demás como para cuidarnos a nosotros mismos.

Una educación afectiva de calidad es aquella que les ayuda a comprender que, siempre que se vinculen con otra persona, adquieren el compromiso de cuidar y respetar sus sentimientos incluso a la hora de romper con alguien, con el fin de no generarle dolor de manera gratuita.

Pero también es aquella que les enseña a valorar sus propias emociones, siendo claros a la hora de marcar límites. Saber qué quieren y que no, para no dejarse llevar por las apetencias del otro, y poder comunicarlo de manera asertiva y sin temor a que la otra persona les deje por no atender a sus peticiones.

De ahí la recomendación de Esclapez, puesto que este tipo de letras en las que hablan de situaciones hipersexualizadas pueden hacer entender a los jóvenes que estas situaciones son «lo normal» y lo demanden unos o lo consientan otras con el fin de ser aceptados socialmente.