Lo sentimos, discutir es inevitable, sobre todo con aquellas personas con las que tenemos más contacto. Eso sí, una cosa es discutir y otra muy distinta que te falten al respeto , situación que debes saber atajar para que la situación no se descontrole. La psicóloga estadounidense Lisa Firestone ha desarrollado un procedimiento para cortar de raíz estas discusiones absurdas sin ofender a la otra persona: la técnica del desarme unilateral.
La doctora opina que, cuando comienza una discusión violenta, se crea un resentimiento que no nos deja ver la situación como en realidad es, y comenzamos a lanzarnos reproches sin tener en cuenta las consecuencias de nuestros actos. Para ello nos recomienda cinco pasos a seguir para evitar esas discusiones acaloradas:
1. Relájate: las peores discusiones suelen venir de un problema sin importancia que surge en el momento más inoportuno. Por eso es esencial que tomemos distancia y nos relajemos antes de abrir la boca y decir algo inconveniente. Además, recomienda no pensar tanto en lo que ha dicho la otra persona y centrarnos en lo que quieres decir tú.
2. No devuelvas el golpe: puede ser que la otra persona no te haya contestado de la mejor manera pero si tú actúas igual, no vas a llegar a ningún lado. Intenta hablar sobre lo que has hecho tú sin valorar el comportamiento de la otra persona. En algún momento se dará cuenta y terminará disculpándose, sobre todo si teneis una buena relación.
3. Responde amablemente: intenta explicar las formas de una forma relajada, sin ofender al otro. Eso no significa que le des la razón, sólo tomar una posición no amenazante para conseguir que el otro también se relaje. Puedes probar con un pequeño acto de afecto como cogerle de la mano o decirle Te quiero.
4. Empatiza y escucha con atención: puede que no estés de acuerdo con tu interlocutor, pero es importante que la otra persona sienta que la estás escuchando. Además, ¿quién sabe? puede que al escuchar atentamente sus razones, puedas llegar a cambiar de opinión. No te cierres a ello sólo por ganar la discusión.
5. Comunica lo que sientes: cuando una discusión alcanza cotas muy altas, lo habitual es que lo que peor nos ha sentado no sea el motivo de la discusión en sí, sino una serie de sentimientos en torno al tema o al tono de la discusión que no nos vemos capaces de comunicar. Aprender a expresar lo que sentimos, por encima del conflicto concreto, es decisivo para resolver esta discusión y muchas de las que están por venir.
Además de las pautas de Firestone, es esencial aprender a decir no con firmeza pero siempre respetando a la otra persona. No tienes que acatar lo que te dice el otro sólo para que la discusión no vaya a peor, sólo tienes que saber cómo cortarlo de manera respetuosa pero firme.
«Son muchas las personas que se sienten mal al decir no», nos cuenta la psicóloga Beatriz Galván. «El problema está en el coste emocinal y en el temor a deteriorar la relación. Sin embargo, es necesario que cada uno ponga límites en todas las relaciones con los otros; si no lo hacemos, estamos perdidos«, asegura.
Y es que son muchas las personas que tienen miedo a decir no por si eso supone un problema en la relación con la otra persona. Pero estar siempre disponible para alguien o hacer siempre lo que el otro quiere sin atender a nuestros propios deseos, es nocivo para nuestro desarrollo y puede llegar a dañar tu autoestima.
«Decir no a una petición, crítica, acusación o queja de forma asertiva implica expresar nuestro desacuerdo, sin tratar de herir a los demás pero sin sentirnos avasallados. Cuando somos capaces de decir no, somos más libres, pues llevamos el control de nuestras cosas, tiempo, cuerpo y decisiones. Decir no es un derecho que no necesita de explicaciones o razones«, asegura Galván.
Pero para las personas que han sido educadas en la complacencia , decir no puede suponer todo un reto. Para conseguirlo, Beatriz Galván nos da unos pasos a seguir que pueden hacer que te resulte más fácil y así conseguir no traicionarte a ti misma ni dañar al otro por el camino:
1. Escucha activamente a la otra persona: aprender a decir no no significa que debas llevar la negativa por bandera te digan lo que te digan. Escucha a la otra persona para darte cuenta de si realmente quieres negarte a algo o te apetece hacerle caso.
2. Empatiza de forma verbal: esto supone, no sólo ponerte en el lugar del otro, sino además, expresar cómo crees que se siente. Esta herramienta es muy útil, puesto que si no has interpretado bien sus sentimientos o sus intenciones, tiene la posibilidad de aclarar el malentendido.
3. Expresa tu objetivo en términos de derechos personales, sin justificarte: no tienes por qué tener una justificación objetiva para decir que no a algo, puedes simplemente no querer hacerlo. Si te justificas, el otro puede dar la vuelta a esa justificación y dejarte sin argumentos. Beatriz Galván recomienda la técnica del disco rayado: repetir tu negativa una y otra vez, con tranquilidad, sin caer en las provocaciones que pueda hacer la otra persona y pasar rápidamente al paso 4.
4. Dar alternativas cuantas más y más concretas, mejor: puede que no quieras hacer lo que la otra persona te propone, pero sí estarías dispuesta a hacer otra cosa. Imagínate que alguien te propone quedar por la noche y tú estás muy cansada pero sí estarías dispuesta a quedar por la tarde para tomar un café. Dile que no amablemente pero con firmeza y propón tu alternativa, puede que la otra persona sí esté dispuesta a ese cambio de plan.
5. No cedas ante los chantajes emocionales: no siempre ocurre, pero hay personas que pueden intentar apelar a tus emociones para que accedas a hacer lo que ellos quieren. No tienes por qué ceder ni justificarte ante tu negativa. Si no quieres, no quieres, no pasa nada y no deberían chantajearte por ello.
20 de enero-18 de febrero
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