Se acabaron las vacaciones y tenemos que volver a la rutina de nuestra vida diaria. Esto puede generar emociones desagradables como tristeza, dificultades para conciliar el sueño, falta de motivación... esto se ha denominado comunmente síndrome postvacacional y la psicóloga Beatriz Galván te ayuda a superarlo.
«Podemos abordar esta situación desde la perspectiva del duelo y la pérdida, ya que debemos afrontar la pérdida de esa capacidad de disponer de todo nuestro tiempo para disfrutar de lo que más nos gusta«, comenta la experta. »Al incorporarnos de nuevo a nuestro puesto de trabajo, podemos experimentar sentimientos de tristeza. Pero es que todas las emociones tienen su función, incluso la tristeza. Esta emoción tiene una función de protección: nos ayuda a tomarnos un espacio, parar y reponernos ante la pérdida«, asegura Galván.
También debemos tener en cuenta que existen casos particulares en los que el retorno al entorno laboral supone enfrentarse realmente a situaciones difíciles (acoso laboral, síndrome de burnout ...). En estos casos, los síntomas que pueden asociar a la vuelta al trabajo tras las vacaciones serían mucho más complejas y deberían ser atendidas con ayuda de un profesional.
Pero si no es tu caso, la sensación de tristeza y frustración puede durarte unos día, lo que tardas en adaptarte a los horarios y rutinas. Y es que pasar de vivir un día a día sin horarios a volver a tener responsabilidades, plazos y tareas que cumplir, supone un cambio importante al que debemos adaptarnos, lo que nos hace experimentar respuestas a nivel emocional, mental y conductual, al afrontar ese cambio.
«Puedes comenzar a organizarte unos días antes de la vuelta al trabajo, manteniendo espacios para disfrutar con tu familia y para el ocio«, aconseja Galván. No, eso no significa que dejes de disfrutar de tus últimos días de vacaciones para empezar a trabajar antes de tiempo. Simplemente que dediques unos minutos a prepararte mentalmente (y organizativamente) para que la vuelta no sea tan dura.
Siéntate y haz una lista de las cosas urgentes y las que no lo son tanto, para que sepas qué tienes que atender primero y qué puedes dejar para más adelante. Y no te olvides de incluir en esa lista algunos momentos para tu ocio personal, porque no todo van a ser responsabilidades y tareas.
«No se trata de empezar la jornada laboral nada más incorpórate queriendo cubrir de tareas todo el día, ni tratando de hacer el máximo. Comienza con tareas sencillas. Tómatelo con calma: trata de ir haciendo cosas poco a poco, desde un estado de mayor regulación, y ayudándote en tu proceso de adaptación«, asegura.
Es posible que hacer esto te genere sensación de agobio al considerar que no estás realizando el trabajo que deberías pero es mejor ir despacio pero seguro que querer hacerlo todo a la vez y sufrir después una crisis por no haberte podido adaptar al cambio.
«Introduce en tu horario diario espacios para cuidarte y para compartir con las personas a las que aprecias. Retomar el trabajo no debe suponer olvidarte de tu autocuidado: practica un deporte, disfruta de tiempo con tu familia y amigos, y de momentos para ti«, termina aconsejándonos.
Este consejo no sólo vale para la vuelta al trabajo, sino para tu día a día. Deberías reservar un tiempo en el que te dediques única y exclusivamente a ti misma para no caer en los peligros de la carga mental excesiva y hacer tu día a día no sólo sobrellevable, sino agradable y que sientas que merece la pena. Porque, al fin y al cabo, es tu vida.
20 de enero-18 de febrero
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