Jennifer Aniston en una escena de The Morning Show. /
Se acabaron las vacaciones y tenemos que volver a la rutina de nuestra vida diaria. Esto puede generar emociones desagradables como tristeza, dificultades para conciliar el sueño, falta de motivación... esto se ha denominado comunmente síndrome postvacacional y la psicóloga Beatriz Galván te ayuda a superarlo.
«Podemos abordar esta situación desde la perspectiva del duelo y la pérdida, ya que debemos afrontar la pérdida de esa capacidad de disponer de todo nuestro tiempo para disfrutar de lo que más nos gusta«, comenta la experta. »Al incorporarnos de nuevo a nuestro puesto de trabajo, podemos experimentar sentimientos de tristeza. Pero es que todas las emociones tienen su función, incluso la tristeza. Esta emoción tiene una función de protección: nos ayuda a tomarnos un espacio, parar y reponernos ante la pérdida«, asegura Galván.
También debemos tener en cuenta que existen casos particulares en los que el retorno al entorno laboral supone enfrentarse realmente a situaciones difíciles (acoso laboral, síndrome de burnout ...). En estos casos, los síntomas que pueden asociar a la vuelta al trabajo tras las vacaciones serían mucho más complejas y deberían ser atendidas con ayuda de un profesional.
Pero si no es tu caso, la sensación de tristeza y frustración puede durarte unos día, lo que tardas en adaptarte a los horarios y rutinas. Y es que pasar de vivir un día a día sin horarios a volver a tener responsabilidades, plazos y tareas que cumplir, supone un cambio importante al que debemos adaptarnos, lo que nos hace experimentar respuestas a nivel emocional, mental y conductual, al afrontar ese cambio.
Meryl Streep y Anne Hathaway en una escena de El diablo viste de Prada. /
«Puedes comenzar a organizarte unos días antes de la vuelta al trabajo, manteniendo espacios para disfrutar con tu familia y para el ocio«, aconseja Galván. No, eso no significa que dejes de disfrutar de tus últimos días de vacaciones para empezar a trabajar antes de tiempo. Simplemente que dediques unos minutos a prepararte mentalmente (y organizativamente) para que la vuelta no sea tan dura.
Siéntate y haz una lista de las cosas urgentes y las que no lo son tanto, para que sepas qué tienes que atender primero y qué puedes dejar para más adelante. Y no te olvides de incluir en esa lista algunos momentos para tu ocio personal, porque no todo van a ser responsabilidades y tareas.
«No se trata de empezar la jornada laboral nada más incorpórate queriendo cubrir de tareas todo el día, ni tratando de hacer el máximo. Comienza con tareas sencillas. Tómatelo con calma: trata de ir haciendo cosas poco a poco, desde un estado de mayor regulación, y ayudándote en tu proceso de adaptación«, asegura.
Escena de Sexo en Nueva York. /
Es posible que hacer esto te genere sensación de agobio al considerar que no estás realizando el trabajo que deberías pero es mejor ir despacio pero seguro que querer hacerlo todo a la vez y sufrir después una crisis por no haberte podido adaptar al cambio.
«Introduce en tu horario diario espacios para cuidarte y para compartir con las personas a las que aprecias. Retomar el trabajo no debe suponer olvidarte de tu autocuidado: practica un deporte, disfruta de tiempo con tu familia y amigos, y de momentos para ti«, termina aconsejándonos.
Este consejo no sólo vale para la vuelta al trabajo, sino para tu día a día. Deberías reservar un tiempo en el que te dediques única y exclusivamente a ti misma para no caer en los peligros de la carga mental excesiva y hacer tu día a día no sólo sobrellevable, sino agradable y que sientas que merece la pena. Porque, al fin y al cabo, es tu vida.