PSICOLOGÍA
PSICOLOGÍA
Siempre se ha hablado de la resiliencia como una cualidad psicológica deseable, puesto que supone la capacidad de una persona para adaptarse y recuperarse frente a situaciones adversas o traumáticas. Implica la capacidad de sobreponerse, aprender y crecer a partir de ello.
Según afirman los expertos de la plataforma de psicología online Buencoco, desarrollar la resiliencia implica trabajar en el fortalecimiento de habilidades de afrontamiento de situaciones difíciles, así como la resolución de problemas y la gestión emocional, cultivar una red de apoyo social, mantener una actitud optimista, aprender de las experiencias pasadas y buscar el crecimiento personal y la autenticidad.
Pero esta resiliencia puede convertirse en algo tóxico si, en pos de la superación, el individuo incurre en comportamientos dañinos como la negación de sus propias emociones negativas, provocando una sobrecarga emocional difícilmente gestionable en alguna ocasión. Nos lo explican los expertos de Buencoco:
La resiliencia tóxica, desde el punto de vista de la psicología, es cuando una persona utiliza mecanismos de afrontamiento poco saludables o destructivos para enfrentar el estrés o las adversidades. Aunque pueda parecer que están superando los desafíos, en realidad están ignorando o reprimiendo emociones importantes, sobrecargándose emocionalmente.
De este modo, pueden negar la gravedad de una situación o recurrir a comportamientos dañinos, como el abuso de sustancias o la evasión emocional, en lugar de abordar constructivamente el problema, lo que puede llevar a un deterioro de la salud mental y emocional a largo plazo.
Y es que jactarse de ser una persona resiliente puede hacer que te sientas obligado a ser autosuficiente y a no pedir ayuda. Sí, es importante hacer frente a los desafíos por ti mismo, pero la falta de apoyo social y emocional resulta perjudicial, y puede derivar en aislamiento y dificultar la recuperación de situaciones adversas.
Según los expertos de Buencoco, se puede observar el nivel de resiliencia de una persona viendo cómo se enfrenta a desafíos y adversidades en su vida. Si tiende a adaptarse y recuperarse de manera efectiva, si mantiene una actitud positiva y si busca aprender y crecer de las experiencias difíciles, es probable que tenga un buen nivel de resiliencia.
Estas son las características y comportamientos generales de una persona resiliente:
1. Actitud positiva, enfocándose en cómo hacer frente a una situación y no entrando en bucles de pensamientos negativos
2. Flexibilidad mental y capacidad de adaptación
3. Habilidad para resolver problemas
4. Capacidad de regular sus emociones
5. Autoestima sólida e inteligencia emocional
6. Visión realista de la situación y del futuro, aprendiendo de las adversidades
La resiliencia en el ámbito profesional se refiere a la capacidad de los individuos para mantener un rendimiento efectivo y adaptarse de manera positiva frente a las demandas y desafíos laborales, sin agobiarse en exceso por la carga laboral, sabiendo gestionar su tiempo y cantidad de trabajo.
Esto puede incluir técnicas de manejo del estrés, como la respiración profunda o la meditación, el establecimiento de límites saludables, la gestión del tiempo y la organización, el desarrollo de una mentalidad optimista y la práctica de la autocompasión.