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Dónde está el Punto G, qué tipo de placer da y cómo estimularlo para conseguir un orgasmo más intenso

El punto G es ese gran misterio del placer que ha generado debates y curiosidad durante años. Explorarte es el mejor camino para decidir si es realidad o mito y para disfrutar más y mejor de tu sexualidad.

Modelos en bañador de rayas. / getty images

María Corisco
María Corisco

Durante años, el punto G ha sido un tema de curiosidad y debate en el ámbito de la sexualidad femenina. Algunas personas lo consideran un centro clave del placer, mientras que otras dudan de su existencia o de su importancia. Sin embargo, cada vez más estudios y testimonios confirman que esta zona erógena puede ser una fuente de intenso placer para muchas mujeres.

Además, en los últimos años ha habido un auge en el desarrollo de juguetes sexuales diseñados específicamente para su estimulación, reflejando un mayor interés en el conocimiento del cuerpo y el placer femenino. Descubre en detalle qué es el punto G, cómo localizarlo y las mejores formas de estimularlo, ya sea en solitario o en pareja.

Qué es el punto G

Encuentra tu punto G

En los últimos años, el interés ha sido creciente, y un sinfín de artículos científicos han tratado de encontrar las claves de este punto. La principal conclusión es, explica la sexóloga Carmen Merino, que «no se trataría de un punto concreto y específico, sino de una zona más amplia cuya estimulación produce un mayor placer. Es una zona a la que los investigadores llaman complejo clitouretrovaginal (CUV)».

Ubicación del punto G: Se cree que el punto G se encuentra en la pared frontal de la vagina, a unos 3-5 centímetros de la entrada. Se localiza en la cara interna, cerca de la uretra, y su textura es diferente al resto del tejido vaginal, ya que tiende a sentirse un poco más rugosa o esponjosa al tacto.

Cómo lo encuentras: Para localizarlo, introduce uno o dos dedos en la vagina con la palma de la mano hacia arriba y realiza con los dedos un movimiento de ven aquí. Si notas una zona con una textura diferente y que al estimularla genera una sensación placentera o de ganas de orinar, probablemente hayas encontrado el punto G. Es importante que te relajes y explores con paciencia para identificar la sensación exacta.

Cómo estimular tu punto G

«La autoexploración es una excelente manera de conocerse mejor y de descubrir lo que realmente te resulta placentero», señala Carmen Merino. Al tomarte el tiempo para estimular tu punto G por tu cuenta, puedes identificar tus preferencias y luego compartirlas con tu pareja si lo deseas.

Si deseas explorar tu punto G en solitario, sigue estos pasos:

1. Relájate y lubrícate: la lubricación natural o artificial ayudará a que la exploración sea más placentera.

2. Adopta una posición cómoda: muchas mujeres encuentran que estar recostadas con las rodillas flexionadas facilita el acceso.

3. Usa tus dedos o un juguete: introduce los dedos y realiza movimientos suaves de presión o masaje en la zona.

4. Experimenta con la intensidad: puede que al principio la sensación sea extraña, pero, conforme continúes, es posible que descubras nuevas formas de placer.

Cómo estimular el punto G en pareja

Compartir la exploración del punto G con una pareja puede ser una experiencia emocionante, divertida y daros un chute de conexión íntima que beneficie a la relación sexual. «La clave está en la comunicación y en tomarse el tiempo para experimentar juntos sin prisas ni presiones, disfrutando del juego y de las sensaciones. Recuerda: más importante que la meta es el camino que recorres», señala la sexóloga. Algunas formas para esta estimulación en pareja son las siguientes:

Comunicación abierta: fuera pudores, vergüenzas o recato. Hablar con la pareja sobre lo que sientes o no sientes es el primer paso para disfrutar de la experiencia.

Estimulación manual: tu pareja puede utilizar los dedos índice y corazón con ese movimiento de ven aquí para masajear la zona anterior de la vagina.

Juguetes eróticos: hay vibradores diseñados especialmente para estimular el punto G que pueden hacer la experiencia aún más placentera.

Posturas adecuadas: algunas posiciones sexuales permiten una mejor estimulación del punto G, ya que facilitan el ángulo adecuado de penetración.

Mejores posturas para estimular el punto

Una vez que has identificado tu punto G, elegir la postura correcta puede marcar la diferencia. La idea es que no solo lo disfrutes mediante la estimulación manual, sino también durante la penetración.

1. El perrito: esta posición, en la que la mujer está en cuatro apoyos y la pareja penetra desde atrás, permite una penetración más profunda y directa hacia la pared anterior de la vagina, donde se encuentra el punto G.

2. La vaquera invertida: en esta variante de la clásica vaquera, la mujer se coloca encima de la pareja, pero dándole la espalda. Esta postura permite controlar el ritmo y el ángulo de la penetración para enfocarlo en el punto G.

3. Misionero con almohada: colocar una almohada debajo de la pelvis eleva la cadera y facilita un mejor ángulo de penetración, favoreciendo el contacto con el punto G.

4. El puente: en esta postura, te recuestas con la espalda arqueada y los pies apoyados en el suelo, mientras tu pareja penetra desde arriba. Este ángulo ayuda a una estimulación más intensa del punto G.

¿Qué juguete es mejor para el punto G?

En los últimos años, explica Carmen Merino, «ha habido un auge en el desarrollo de juguetes sexuales diseñados específicamente para la estimulación del punto G. Esto se debe a una mayor apertura en la conversación sobre el placer femenino y a los avances en la tecnología del bienestar sexual».

Algunos de los juguetes más populares incluyen:

Vibradores curvados: tienen un diseño ergonómico con una curvatura especial para alcanzar el punto G con facilidad.

Dildos con forma anatómica: diseñados con una ligera inclinación para estimular la pared anterior de la vagina.

Juguetes con pulsaciones o succión: algunos combinan vibraciones con ondas de presión, estimulando tanto el clítoris como el punto G.

Juguetes duales (tipo conejito): incorporan estimulación simultánea del clítoris y el punto G.

Varitas o masajeadores: ofrecen vibraciones potentes y pueden usarse tanto externamente como para la estimulación interna.

Desde cuándo se habla del punto G

Puede que pienses que esto del punto G es de ahora. En realidad, ya hace muchos años que se habló de la existencia de una zona erógena situada en la pared anterior de la vagina.

• Hace ya 2.000 años, un poema chino, escrito por Bai Xinjiang y titulado El placer del cielo y de la tierra, hablaba de un punto, denominado fruto lechoso/lácteo, que producía un líquido blanquecino al ser estimulado.

• En la India, tanto el Kama Sutra -escrito en el mismo período que el poema chino- como el Anangaranga del siglo XIII hacen referencia a una zona erógena vaginal llamada madanagamanadola, cuya estimulación produciría « una tormenta de agua de amor».

En los países y culturas occidentales, en cambio, investigar la existencia de dicha zona erógena se consideraba impropio. Entre otras cosas, porque interesaba que el placer femenino permaneciera en la sombra. Tendría que llegar Gräfenberg para ponerlo sobre la mesa y para que, después, las mujeres lo llevaran a la alcoba.

Quién se inventó el punto G

El punto G, o punto de Gräfenberg, es una zona altamente sensible situada en la pared anterior de la vagina que, al ser estimulada, podría intensificar el placer sexual femenino. Sin embargo, la existencia de esta estructura ha sido objeto de debate en la comunidad científica durante décadas.

Le debe su nombre a Ernst Gräfenberg, un ginecólogo alemán conocido por sus investigaciones sobre la anatomía y la sexualidad femenina, quien en un artículo publicado en 1950 afirmaba que «se podía demostrar una zona erótica en la pared anterior de la vagina a lo largo del recorrido de la uretra», y que esta área se hincha con la estimulación sexual, alcanzando su máximo al final del orgasmo . Tres décadas después, Addiego publicó un informe de «eyaculación femenina» asociada a «un punto eróticamente sensible, palpable a través de la pared anterior de la vagina». Había nacido el concepto de punto G.