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E. Jean Carroll a la entrada de los juzgados en Nueva York. /
Inmerso en su tercera campaña presidencial y con la vista puesta de nuevo en la Casa Blanca , Donald Trump recibía esta semana otro misil en la línea de flotación de su campaña: un jurado encontraba culpable al ex presidente por un delito de difamación contra la escritora E. Jean Carroll. Y le obligaba a compensar con 83 millones de dólares a la periodista, que en 2019 le acusó públicamente de un delito de violación ocurrido en los años 90.
De entre todos los frentes judiciales que el ex presidente mantiene abiertos, el que Carroll está librando con él desde hace cinco años es uno de los que más titulares y disgustos le ha proporcionado hasta la fecha. En mayo, un jurado ya encontró a Trump culpable de difamación y abuso sexual y la periodista recibió una compensación económica de cinco millones de dólares, aunque el veredicto no consideró probado el delito de violación.
Hija de un inventor y de una política republicana, Carroll fue cheerleader y miss en sus tiempos de instituto antes de trasladarse de Indiana a Nueva York y empezar a trabajar como periodista. Fue la primera colaboradora femenina de revistas como Rolling Stone y Playboy y en los años 80 escribió guiones para Saturday Night Live antes de presentar su propio talk show.
En 2002 fundó la web greatboyfriends.com, en la que las usuarias recomendaban a sus mejores ex novios a otras mujeres y vendió el dominio a The Knot, una corporación dedicada al negocio de las bodas.
Pero la periodista es, sobre todo, conocida por Ask E. Jean, una popular columna de consejos publicada en la revista Elle en la que, a menudo, hablaba sobre sexo o insistía sobre cómo las mujeres no deberían estructurar sus vidas alrededor de un hombre. La escribió desde 1993 y hasta 2019, cuando fue despedida de manera fulminante por la publicación. No fue, claro, algo casual.
Carroll acababa de acusar públicamente a Donald Trump de haberla violado en los años 90. Primero, lo hizo en un artículo publicado en 2019 en New York Magazine y después en el libro What Do We Need Men For?: A Modest Proposal. El incidente relatado por Carroll ocurrió a finales de 1995 o principios de 1996 en Nueva York. Mientras hacía unas compras en los famosos almacenes Bergdorf Goodman, la escritora se encontró con Trump, que le pidió ayuda para comprar un regalo a una mujer.
Después de pasar por la sección de lencería de la tienda, terminaron en los probadores, donde Trump empezó a besarla y la violó sin que ella pudiera zafarse de él. Según su testimonio, el encuentro duró menos de tres minutos e inmediatamente después la periodista se lo contó a dos de sus amigas más íntimas y no volvió a mencionárselo a nadie. Carroll también ha contado que desde el incidente, no ha vuelto a tener relaciones íntimas con ningún hombre.
« No fui una pionera, soy una seguidora. Cuando vi a otras mujeres denunciar a Harvey Weinstein, pensé: ¿Quién soy yo para quedarme callada? Además, ya tenía 78 años, había estado callada demasiado tiempo», declaró Carroll ante el tribunal sobre cómo decidió acusar públicamente a Trump, que siempre ha negado las acusaciones y llegó a decir que no conocía a Carroll, algo que ella rebatió mostrando una foto en la que posaban juntos.
En 2019, una investigación del New York Times corroboró el relato de la periodista, que decidió demandar al ex presidente por difamación por, como explicó en un tuit, haber ridiculizado «mi reputación, por reírse de mi aspecto y por arrastrarme por el barro». Ahora, Trump tendrá que indemnizarla con 83 millones de dólares.
Un dinero que Carroll piensa emplear en «algo que Donald Trump odie. Si le duele que yo done ese dinero a ciertas causas, esa es precisamente mi intención». La periodista ha sugerido que la indemnización podría destinarse a un fondo de ayuda a las decenas de mujeres que, desde los años 70, han acusado al ex presidente de violación, abusos o acoso sexual. Trump, que siempre ha negado los hechos de los que la escritora le acusa, ha anunciado que recurrirá la decisión.
El caso sentará, además, un importante precedente legal. La gobernadora demócrata de Nueva York, Kathy Hochul , ha anunciado que el caso de la escritora ha inspirado una modificación legislativa que expandirá la definición legal de violación para incluir otras formas de contacto sexuales no consentidos más allá de la penetración.
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