Caitríona Balfe en una imagen de Amateur, su nueva película, que llega a los cines este viernes. /
Introducir el nombre de Caitríona Balfe (Dublín, 1979) en cualquier buscador de internet es adentrarse en un universo de biografías que arrancan con su carrera como modelo , fans que la admiran por su trabajo en Outlander e informaciones sobre la conocida serie, que este año emitirá su última temporada.
Entre los resultados también es posible encontrar un vídeo grabado en 2002, poco antes de que participase en el desfile de Victoria's Secret , en el que le preguntan por sus estudios de interpretación y si retomará su carrera de actriz. «No lo sé, no tengo planes, quizá», responde sonriente e insegura una joven que apenas supera la veintena. Cuatro años después, consciente de lo importante que es la edad en el mundo de la moda, la posibilidad se convirtió en un hecho.
«Cuando miras hacia atrás en tu vida, te das cuenta de que todo lo que ha sucedido te ha traído donde estás», explica la actriz irlandesa. «Cada instante puede alimentar tu existencia más adelante. He sido muy afortunada de haber tenido una vida interesante hasta ahora», reconoce.
Un momento, el actual, en el que el día a día que ha marcado su biografía en los últimos 11 años ha experimentado un cambio, porque el rodaje de la serie que la llevó a la fama mundial ha terminado. «Sé que llevo 15 años haciendo esto, pero como estuve en Outlander durante tanto tiempo siento que estoy empezando un viaje», confiesa.
Rami Malek y Caitríona Balfe en una imagen de Amateur. /
La primera parada de esta travesía es Amateur (11 de abril en cines), un largometraje protagonizado por Rami Malek en el que el actor conocido por encarnar a Freddie Mercury en Bohemian Rhapsody, es Charlie Heller, un brillante decodificador de la CIA que hace de la venganza por la muerte de su mujer, asesinada por un grupo terrorista, su misión más personal. Para llevar a cabo esta sangrienta tarea, contará con la ayuda de una pirata informática de origen ruso a la que interpreta Balfe.
«Cuando leí el guion pensé: «Esto es divertido», confiesa, antes de añadir que aunque «estas películas de acción están dominadas por la fuerza, porque todo gira en torno a las peleas, Amateur es una versión muy inteligente y muy divertida del género».
Algo que sumado a la admiración que siente por Malek –«Es un actor muy interesante y único»–, con el que no había trabajado pero al que conocía «socialmente porque coincidíamos en los Globos de Oro», hizo que en un descanso del rodaje de la última entrega de Outlander cambiase el vestuario de una médica del siglo XX que viaja en el tiempo 300 años por el de una mujer que vive oculta en la actualidad.
Para la actriz, lo mejor del personaje es que es «una loba solitaria que vive en las sombras». Se inspiró en Nadya Tolokonnikova, integrante de las Pussy Riot, porque «trataba de encontrar a alguien que se sintiera muy cómodo en inglés pero que tuviera un origen ruso», por el acento de su personaje, pero también por sus motivaciones. «Disfruté mucho encontrando en ella un compromiso con la justicia y la integridad que no está contaminado por la influencia de un régimen», reconoce.
La venganza que mueve al personaje de Malek, y al suyo, es para la actriz «muy interesante de retratar, porque es muy diferente para cada persona: en algunas es debilitante y las paraliza por completo; en otras las impulsa hacia delante y les lleva a hacer cosas realmente increíbles. Ese es un punto en el que mi rol y el de Malek divergen, pero también les da este lugar donde conectan profundamente», explica.
Cuarta de cinco hermanos y con otros dos niños de acogida en casa, Caitríona Balfe creció en la Irlanda rural soñando con ser actriz. «Era esa niña molesta –comparte sonriendo– que desde los tres o cuatro años hacía pequeñas actuaciones en casa. Mi padre solía hacer sketches cómicos con amigos suyos, así que creo que, de alguna manera, estaba en mis genes».
Así que cuando llegó el momento de escoger una carrera se decantó por la interpretación. Pero no contaba con que, mientras ayudaba a unos amigos a recaudar fondos para la esclerosis múltiple, un hombre que trabajaba para una agencia de modelos en Dublín le diese su tarjeta y, poco después, una agencia francesa le contratase para trabajar como modelo en París.
Desfiló para firmas como Louis Vuitton y Chanel , pero ella misma se definía como «modelo de cuello azul», las que viven en el peldaño anterior a las supermodelos y pasan desapercibidas. Cuando en los 2000 decidió regresar al camino de la interpretación, se mudó a Los Ángeles y volvió a tomar clases.
«Tuve mucha suerte porque conocí a grandes profesores y me sirvió para recuperar la confianza», comparte después de reconocer que «cuando vienes del mundo de la moda, te sientes cómoda con el rechazo». Tras conseguir pequeños papeles en películas y series, en 2013 llevaba varios meses sin trabajar cuando su agente le propuso presentarse a la audición de Outlander.
Ante la falta de noticias, organizó unas vacaciones que finalmente tuvo que anular porque le pidieron que viajase a Londres para la audición definitiva. Tras conseguir el rol con el que alcanzó la fama, decidió que cambiaría Los Ángeles por Escocia durante un año.
Caitríona Balfe y Sam Heughan en una imagen de Outlander. /
Más de una década después, sigue viviendo en Glasgow y disfruta pasando tiempo con su hijo, «porque fue duro no hacerlo en los últimos años». Un proyecto tan longevo como la serie basada en las novelas de Diana Gabaldón ha sido una época «muy agitada, como si estuvieras en un tren que nunca se detiene».
Ese convoy imparable le llevó, entre otros destinos, a trabajar en Belfast, la película de Kenneth Branagh con la que consiguió una nominación a los Globos de Oro. «Ahora disfruto del lujo de tomarme algo de tiempo y elegir buenos proyectos», admite, expectante ante el rumbo que tome su nueva, aunque experimentada, carrera.