Empecemos derribando un mito moderno: si estás buscando pareja, hay vida más allá de Tinder. Y de Bumble, MeetMe, Badoo o cualquiera de las plataformas de citas on-line que han revolucionado la manera de ligar en la última década. Sobre todo, si has vuelto al mercado romántico después de un divorcio o una relación larga y prefieres conocer gente nueva de una manera más convencional. O si, después de tu separación, decidiste lanzarte al universo de las apps de citas, pero estás experimentado la conocida como fatiga del dating on-line, caracterizada por una sucesión de encuentros decepciones y relaciones esporádicas sin futuro y por el agotador bucle de navegar entre perfiles y deslizar a izquierda y derecha con el piloto automático.
Otra buena noticia: hay muchos, muchísimos, peces en el mar. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, en 2021 había cuatro millones de personas solteras de entre 50 y 69 años en España. Lo primero, en realidad, es tener una buena actitud. «Cuando te divorcias lo importante es tener claro que estás iniciando una etapa fantástica. Hay que pensar que, si te separas, es porque no estabas bien con tu pareja. Así de sencillo. Lo primero que hay que meterse en la cabeza es que puede ser una fase maravillosa de tu vida», explica el escritor Miguel Ángel Bargueño, autor de Yo, tú, ex: Diez historias para tomarse el divorcio con humor.
Lo segundo es ser capaz de reconocer las ventajas de tu nueva situación. Y exprimirlas a tope. «Para empezar, tienes más tiempo para ti, sobre todo si tienes hijos y se establece una custodia compartida. Ahora vas a tener más tiempo para actividades, quedar con amigos, ir al gimnasio, cogerte una semana de vacaciones o irte de crucero. Aunque en una relación puedes tener mucha independencia, siempre hay que consensuar ciertas cosas. Si llevabas mucho tiempo en pareja, es algo que no has vivido nunca: estás en tu madurez, tienes tiempo para disfrutar, cuidarte y ser feliz», explica Bargueño.
Un error habitual, opina el autor, es tratar de buscar pareja demasiado pronto. O con demasiada ansiedad. «Hay quien quiere buscar pareja enseguida. Por aquello de que un clavo saca a otro clavo. También porque mucha gente siempre ha vivido en pareja. En esta generación era muy habitual que vivieras con tus padres hasta terminar la carrera y conocer a alguien. Te casabas y luego, pasabas toda la vida con esa pareja. Por eso, estar solo puede dar vértigo y, a veces, se busca pareja por pura inercia», explica el escritor, que lo vivió en carne propia después de sus dos divorcios.
«Ahí es donde mucha gente comete el error de empezar a utilizar las aplicaciones de citas. Acabas de divorciarte y es un chute de autoestima porque te apuntas el primer día y esa misma noche tienes 100 mensajes. Pero si buscas algo estable, quizá no sea lo más recomendable». Efectivamente, según una encuesta de Choice Mutual, las app de dating no son algo exclusivo de la generación millenial: casi un tercio de los senior las han utilizado en los últimos cinco años.
Sin embargo, y en contra de lo que podría parecer, las probabilidades de éxito de quienes las utilizan son muy similares a quienes prefieren conocer a alguien en persona. Según un estudio del servicio de emparejamiento profesional Kelleher International, el 54 por ciento de las personas que encuentran pareja lo hacen a través de un app de citas; pero el 46 por ciento todavía recurre a los espacios tradicionales.
«Hay muchas formas de conocer gente: el gimnasio, el curso de italiano al que acabas de apuntarte, el cumpleaños de un amigo… Hay que tener paciencia y no precipitarse», explica Bargueño. Casi cualquier lugar es bueno para explorar el mercado: desde los clubs deportivos o las actividades socioculturales hasta los espacios profesionales y de networking. Y, por supuesto, las reuniones sociales y las citas a ciegas orquestadas por amigos comunes. Los eventos para singles que se organizan de manera local en muchas ciudades de España o los viajes para buscar pareja son otra opción interesante.
De hecho, incluso si estás utilizando una app de citas, conviene no apostarlo todo a esa fórmula para evitar la fatiga que muchas veces está asociada a la búsqueda de pareja online. A partir de ahí, todo es una cuestión de actitud. «Habitualmente después de un divorcio, que puede ser una experiencia muy estresante, lo que se busca es una relación tranquila. Si para conseguirlo tienes que pulir algunas cosas, es muy posible que merezca la pena. No es cuestión de renunciar a aspectos fundamentales para ti, pero sí puede ser una oportunidad para cambiar otras», explica Bargueño sobre las manías adquiridas que conviene domesticar para que una nueva relación funcione.
Y luego, está el sexo. Después de un divorcio, la perspectiva de mantener relaciones sexuales con una nueva pareja puede ser una fuente de preocupación. Bargueño recomienda no dejarse llevar por la presión. «Ahora, a menudo el sexo llega en la primera cita, quizá en la segunda... Es un cambio drástico. Por eso, hay que afrontarlo con naturalidad. No hay ninguna obligación. Si te apetece, genial. Si no, no pasa nada. No hace falta precipitarse ni sentir presión», concluye el escritor.