actualidad Habla Alexandra, la hija de Nancy Pelosi, sobre política, agresiones y bulos en Internet: «Mi madre dice que el servicio público es una vocación noble; yo digo que nunca le haría algo así a mi familia»

Nancy Pelosi, la mujer más poderosa en la historia política de EE.UU, sabe muy bien qué es la política tóxica. Hablamos con su hija Alexandra sobre la renuncia de la expresidenta de la Cámara de Representantes, la agresión que casi le cuesta la vida a su padre y el poder de los bulos en internet.

Nancy Pelosi y su hija Alexandra, en una cena de Estado en la Casa Blanca, el pasado 1 de diciembre. / DR

E. AUSTIN

En las últimas semanas, la periodista, escritora y documentalista Alexandra Pelosi ha recordado una conversación que mantuvo con su madre cuando tenía 16 años. Nancy era entonces una ama de casa involucrada en la política local, que pateaba las calles de San Francisco con sus hijos pequeños para mostrar su apoyo a líderes demócratas y que acababa de recibir la propuesta de presentar su candidatura al Congreso de Estados Unidos.

«Me contó que una congresista le había dicho, en su lecho de muerte, que debía ir a por el cargo –dice Alexandra, de 52 años–. Y me dijo: 'Mamá tiene la oportunidad de postularse para el Congreso, pero no lo hará sin tu permiso'». La niña dio luz verde a su madre, que con el tiempo se convirtió la mujer más poderosa de la historia política estadounidense.

Tras ser la primera mujer elegida presidenta de la Cámara de Representantes, en 2007, y repetir en ese puesto en 2019, Nancy Pelosi, de 82 años, ha sido el rostro de la oposición al presidente Donald Trump y vio su vida en peligro en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021. Ahora, tras las elecciones de noviembre, mantendrá su escaño, pero dejará paso a una nueva generación de políticos demócratas.

Violencia, odio y miedo: todos los ataques a Nancy Pelosi y su familia

«Después de que atacaran a mi padre, estando los tres en la UVI, le dije a mi madre: «Si hubiera sabido que esto iba a acabar así, nunca te hubiera dado ese permiso». Y mi padre, que parecía Frankenstein [su hija simula que se venda la cabeza], me contestó: «Eso no es justo. Deberías haberle dicho: 'Si me hubieras preguntado hoy, por el clima actual, la toxicidad de las redes sociales y el daño que le han hecho a nuestra familia, no te habría dado permiso'. Pero no puedes borrar su carrera de un plumazo, sugiriendo que no valió la pena».

El pasado 28 de octubre, tras más de una década de amenazas contra la familia, un intruso irrumpió en la casa de Nancy y Paul en San Francisco con un martillo. El presunto atacante, un hombre de 42 años llamado David DePape, se dirigió al dormitorio y despertó a Paul, de 82 años, gritando: «¡¿Dónde está Nancy?!». Él le explicó que su esposa estaba en Washington y fue al baño, desde donde llamó a la policía. Minutos después, los agentes llegaron a la casa, justo cuando el intruso presuntamente acababa de golpear a Paul en la cabeza con el martillo, dejándolo inconsciente, en un charco de sangre y con una fractura craneal.

«Mi madre dice que el servicio público es una vocación noble; yo, en cambio, digo que nunca le haría una cosa así a mi familia» , asegura Alexandra. Hasta esa noche de octubre, estaba convencida de que el ataque al Capitolio de Estados Unidos, protagonizado por una turba armada, sería el suceso más traumático que viviría a causa de la carrera de su progenitora. Aquella tarde gélida de hace dos años, Alexandra –acompañada de su padre, sus hermanos y sus dos hijos adolescentes– estaba en el Capitolio para ver cómo la matriarca presidía la histórica sesión conjunta del Congreso que certificaría la victoria electoral de Joe Biden. Pero todo acabó en un caos violento.

La familia se sentía en el punto de mira. «Días antes, alguien dejó una cabeza de cerdo ante la puerta de la casa de mis padres», recuerda la documentalista, en un tono que denota furia, incredulidad y cansancio. «Fue una semana aterradora, porque éramos conscientes de la magnitud de las amenazas. Una declaración jurada del FBI habla de un hombre que amenazó de muerte a mis hijos de 15 y 16 años».

¿Por qué quieren matar a Nancy Pelosi?

Eso no es todo. En 2009, el Comité Nacional Republicano publicó un anuncio con el rostro de Nancy rodeado de onomatopeyas de balazos. A principios de 2022, un candidato republicano al Senado por el estado de Arizona publicó un vídeo, con aire de western, en el que se le ve disparando a una anciana desaliñada y enmascarada a la que llama «Cara de loca Pelosi». Y en los días posteriores al asalto del Capitolio, el líder de una milicia de extrema derecha involucrado en el ataque, Stewart Rhodes, fue grabado mientras aseguraba que le hubiera gustado «colgar a la jodida Pelosi de la farola».

«Hace unos días, mi hijo de 16 años me preguntó: «¿ Por qué toda esta gente quiere matar a Mimi?«; así llamamos a mi madre. »¿Qué les ha hecho?«. No lo sé. Todavía no he podido encontrar una respuesta», explica Alexandra, la menor de los cinco hijos de la pareja.

Alexandra con sus padres, Nancy y Paul Pelosi, en una gala celebrada en 2011. / dr

Una posible explicación es que, tanto a nivel político como personal, Nancy Pelosi encarna todo lo que los seguidores de Trump odian. Apoya el aborto, el matrimonio homosexual y el control de armas, y en 2003 se opuso a la invasión de Iraq. Dice lo que piensa y se entrega al teatro político –su imagen rompiendo una copia del discurso sobre el Estado de la Unión que Trump pronunció en 2020 se convirtió en meme. Incluso dentro de su partido han criticado sus mandatos como presidenta por ser demasiado centrista. «El Partido Republicano ha invertido millones de dólares en demonizar a mi madre y convertirla en una caricatura», lamenta Alexandra en su casa de Nueva York.

'Pelosi in the House', el nuevo documental de Alexandra Pelosi

Nos encontramos por ' Pelosi in the House', su nuevo documental en el que traza el ascenso de su madre en el Partido Demócrata, desde que fue elegida congresista a los 47 años hasta que alcanzó el tercer cargo con más poder de EE.UU. Es su decimocuarta película, entre las que destacan 'Journeys with George', sobre la campaña presidencial de su amigo George W. Bush en 2000, y 'American Selfie', sobre la agitación social y política durante 2020.

Tres meses después del ataque, su padre ya está en casa y espera recuperarse por completo. «El médico dice que estuvo a centímetros de la muerte», señala su hija. Pero aunque las secuelas físicas van sanando, las psicológicas siguen sacudiendo a la familia. Su presunto agresor, cuya actividad online sugiere fascinación por las teorías de la conspiración de la ultraderecha e incluye frecuentes ataques contra las mujeres, ha sido acusado de agresión e intento de secuestro. Se ha declarado inocente de ambos cargos y está a la espera de juicio.

«No duermo mucho, todavía estoy traumatizada», revela Pelosi. Dice que fue en la UCI donde su madre decidió renunciar a ser líder de los demócratas en la Cámara de Representantes, aunque seguirá siendo congresista. ¿Consultó a la familia antes de tomar la decisión? «Lo decidió, y punto. «Se acabó, se acabó, se acabó«, dijo para sí misma», recuerda su hija.

Desde la agresión, los Pelosi han reforzado su protección. HBO, la cadena que ha producido el documental, ha puesto seguridad personal a la directora y hay una unidad de policías de élite cerca de la casa familiar donde, hace unas semanas, todos se reunieron. Nancy, católica devota, había invitado a un sacerdote para que celebrara una misa. «Mientras rezábamos, el sacerdote dijo: «Dios proteja a esta familia». Y yo pensé: «No sé dónde estaba Dios el 28 de octubre». Y poco después, cuando preguntó: «¿Alguno de los presentes quiere ofrecer una oración?'», pensé: «Mientras estamos aquí, fuera hay un cambio de guardia de los policías de élite, con sus enormes rifles, y rezo para que no dejen de protegernos cuando mamá no sea presidenta». Y añade: «Mi padre sigue recibiendo amenazas de muerte«».

Alexandra se planteó la posibilidad de retrasar el estreno del documental, pero decidió hacer pública su versión de la historia de su madre. En realidad, no tenía permiso para hacer la película, pero comenzó a seguirla, cámara en mano, durante momentos políticos cruciales, como las protestas contra la guerra en Iraq, la campaña de los demócratas para impulsar en 2010 el Obamacare (la reforma del sistema sanitario) o el asalto al Capitolio.

El documental recoge la insurrección en tiempo real: vemos a uno de los hijos de la directora, Paul, mirar por la ventana a una multitud de manifestantes furiosos que se agolpan fuera, antes de seguir a su madre hacia el interior del todoterreno que los conducirá a un búnker. La película incluye también escenas domésticas, como una filmada durante la pandemia en la que Nancy, en pijama, atiende por teléfono al vicepresidente Mike Pence, mientras dobla la ropa y se ríe de su esposo, que intenta distraerla.

Alexandra insiste en aclarar que su madre no ha participado editorialmente en la película ni ha visto su metraje final. «Espero que le guste. Pero parte del contenido le resultará poco halagador». ¿Por ejemplo? «Hay unas imágenes, captadas cuando trataba de sacar adelante el impeachment contra Trump, en las que se ve a mi padre preguntando: «¿Dónde diablos está esa llave?». Ella no le vería el sentido. Pero ese momento muestra que tiene esposo, hijos y nietos, y que en casa no recibe un trato reverente. Recorre los pasillos del Capitolio con tacones de aguja y libra batallas importantes, pero también prepara desayunos y hace la colada. Esa escena demuestra que las mujeres tenemos que hacerlo todo...».

Retomamos el asunto de su padre y de cómo, en los días siguientes al ataque, algunos republicanos –entre ellos Donald Trump Jr y Glenn Youngkin, gobernador de Virginia– se burlaron de él en redes sociales y actos de campaña. Elon Musk publicó un tuit, posteriormente eliminado, con el que respaldaba un rumor infundado que decía que Paul había sufrido lesiones mientras se peleaba, en estado de embriaguez, con un trabajador sexual.

«Lo que le pasó a mi padre es trágico, pero no es el motivo por el que estamos traumatizados –dice Pelosi–. Lo estamos por todos los gobernadores, senadores, miembros del Congreso y otras personas que se burlaron y retuitearon material tóxico. Este es el mundo en el que vivimos, un lugar en el que puedes inventar una locura y difundirla por Internet». ¿Qué mensaje mandaría a quienes esperan una oportunidad para criticar a su familia? «Sé amable, por favor. Ya hemos sufrido bastante».

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