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La fabulosa historia de las villas más impresionantes de la Costa Amalfitana

Convertida en meca de la aristocracia internacional, los pueblos de esta costa italiana esconden algunas de las villas más legendarias del país. Descubrimos la fabulosa historia de cinco de ellas.

Las impresionantes vistas de Casa Colonica, propiedad de la arquitecta Annarita Aversa. / Matthieu SALVAING

Eduardo Verbo
Eduardo Verbo

El escritor italiano Neri Tanfucio pontificó sobre Amalfi en el siglo XIX: «El día del juicio final, para los amalfitanos que irán al cielo, será un día como todos los demás». Esta metáfora ha servido a la periodista Ana Cardinale para subrayar el gran atractivo que habita en las casas que ha seleccionado para ilustrar el segundo de sus libros, Amalfi Houses: Architectural Gems on the Italian Coast (Rizzoli).

Una muestra de algunas de las villas más desconocidas de la Costa Amalfitana , el tramo bañado por el mar Tirreno que fue declarado Patrimonio de la Humanidad y que, desde que las sirenas de Homero habitaran los mares de sus coloridos pueblos como Ravello, Amalfi o Positano, se ha convertido en meca internacional de aristócratas, royals y artistas cada verano. Estas son cinco de esas joyas.

Villa Torre di Capo Vettica. Fotografías: Matthieu Salvaing.

Villa Torre di Capo Vettica

En 1940, la ceramista estadounidense Ernestine Virden-Cannon se enamoró de este antiguo retiro de campo del siglo XX de dos plantas, techos abovedados y un pórtico con vistas al mar. Ubicado cerca de Amalfi y oculto entre frondosos jardines de olivos y limoneros, la rica americana dejó su huella al pintar sus pisos, inspirados en la naturaleza de esta zona.

Ernestine se hizo mundialmente conocida cuando decidió montar una fábrica con su propio nombre junto al también prestigioso arquitecto Matteo D'Agostino. Entre sus clientes, Jackie Kennedy o los reyes de Inglaterra. Más tarde, la residencia pasó a manos de Giuliana Fiastri, la primera mujer del cineasta Carlo Ponti, quien se casó en segundas nupcias con Sophia Loren, la gran diva italiana. Actualmente, sus dueños son Stefania y Roberto Aversa.

Villa Cimbrone. Fotografías: Matthieu Salvaing.

Villa Cimbrone

Los que visiten este enclave levantado entre colinas en Ravello no están exentos de sufrir el síndrome de Stendhal, el fenómeno que se produce ante la visión de algo de extremada belleza. En 1904, esta residencia, que data del siglo XI, fue adquirida y renovada por el empresario inglés Ernest William Beckett, conocido como el barón Grimthorpe. De gustos extravagantes, el aristócrata se propuso combinar diferentes estilos como el gótico y el árabe. El resultado: una casa que podría ser un castillo.

El literato Gore Vidal describió su jardín, repleto de estatuas de estilo romano, como «el más bonito del mundo». D. H. Lawrence se inspiró aquí para escribir El amante de Lady Chatterley y Richard Wagner compuso en sus estancias el segundo acto de su ópera Parsifal. Entre los mitos de la villa, en la que también estuvo Virginia Woolf, destaca la protagonizada por Greta Garbo en 1938. La actriz se refugió aquí para vivir su romance prohibido con el director de orquesta Leopold Stokowski. Hoy se ha transformado en un hotel propiedad de la familia Vuilleumier. La suite lleva el nombre de la estrella. Sólo es apta para románticos y cinéfilos empedernidos.

Villa Templa Mare. Fotografías: Matthieu Salvaing.

Villa Templa Mare

El mito de esta villa comenzó en 1926, cuando el arquitecto romano Giulio Barluzzi, cuyo abuelo había sido secretario de Estado del Papa Pío IX, comenzó a construirla sobre las ruinas de un edificio del siglo X. Tenía experiencia porque suya es la Basílica del Monte Tabor, en Israel, erigida junto a su hermano Antonio.

Situada en Sant'Andrea del Pendolo, en Ravello, esta fantástica casa, decorada son coloridos suzanis, sirvió de inspiración para las obras de arquitectura imposible que imaginaba Maurits Cornelis Escher. De esta joya, destacan sus suelos de azul turquesa vibrante, que inundan la residencia de luz. Los azulejos provienen de Vietri sul Mare y su nombre en italiano es pennelato.

Villa Astor. Fotografías: Matthieu Salvaing.

Villa Astor

Villa Tritone, hoy conocida como Villa Astor, es un lugar de cuento. Ubicada en Sorrento, sus paredes respiran pura tradición. La construcción se remonta al siglo I d.C., cuando Agripa Póstumo, nieto del emperador Augusto, la convirtió en su residencia. Mucho más tarde, en 1905, la casa fue adquirida por Lord William Waldorf Astor, uno de los hombres más ricos y poderosos de Estados Unidos.

Fundador de la cadena hotelera Waldorf-Astoria y propietario de varios periódicos como The Observer, se enamoró de Italia cuando fue nombrado embajador de Estados Unidos en Roma. Aquí dejó su impronta y Lo reformó al estilo neoclásico. El jardín fue otra de sus obras maestras, con numerosas peculiaridades botánicas y elementos decorativos. Al morir Astor, la habitó Benedetto Croce, un renombrado filósofo y político que vivió aquí durante la II Guerra Mundial. En la década de 1970, se convirtió en el residencia de Rita y Mariano Pane, una familia de ricos armadores de Sorrento. Hoy, los nuevos propietarios han confiado en el célebre interiorista Jacques García para devolver Villa Astor a su esplendor del pasado.

Villa Clemente / Fotografías: Matthieu Salvaing.

Villa Clemente

Aunque vive en una residencia en Nueva York que previamente perteneció a Bob Dylan, a Alba Primiceri Clemente le encanta pasar el verano en Amalfi, donde se crió hasta los 18 años. Actriz de teatro, figurinista, compositora y vocalista puntual del grupo Pink Martini, ha sido retratada por algunos de los artistas más famosos del mundo, como Warhol, Mapplethorpe, Basquiat, Katz, Schnabel o Francesco Clemente, del que no solo es musa, sino también es su mujer y madre de sus cuatro hijos.

Alba recibió esta fabulosa villa ubicada en Amalfi como herencia de su padre y confió en su amigo Ettore Sottsass, uno de los diseñadores italianos más importantes, para su remodelación. Cuando no trabajan, ella y su marido, uno de los genios más admirados en Europa, reciben a sus amigos, entre los que destacan socialites e intelectuales, como Fran Lebowitz, Lauren Hutton o Salman Rushdie.

Le Sirenuse, el icónico hotel de Positano. Fotografías: Matthieu Salvaing.

Y otros lugares de leyenda...

El libro de Ana Cardinale también reúne hermosas villas como Casa Colonica y repasa las leyendas de hoteles como Le Sirenuse, una casa del siglo XVII que fue la residencia de verano de la familia Sersale. La periodista tampoco olvida otras construcciones icónicas que han dejado huella en la historia de la Costa Amalfitana por su grandeza.

Entre ellas: la propiedad del bailarín ruso Rudolf Nuréyev en las islas de Li Galli; La Rondinaia, en Ravello, donde dicen que Gore Vidal se refugió porque no podía soportar el éxito de su archienemigo, Truman Capote, entre las altas esferas de Nueva York, o Villa Treville, la maravillosa casa en Positano que Franco Zeffirelli tuvo en la zona y que, naturalmente, parece sacada de un escenario... de la dolce vita.

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