A lo largo de sus tres temporadas Solo asesinatos en el edificio nos ha demostrado que al otro lado del rellano pueden vivir todo tipo de personajes, desde los más peligrosos a los más excéntricos. Pero aquí también la realidad supera a la ficción y la historia real del inmueble en el que viven Mabel, Charles y Oliver está repleta de hechos sorprendentes, como unas gallinas en la azotea, e inquilinos peculiares, algunos con problemas con la ley.
Aunque los exteriores de la serie se ruedan en el Belnord, situado entre la calle 86 y Broadway, parece claro que, por historia y por fonética, el Ansonia es la inspiración real del lugar en el que viven los protagonistas a la hora de construir algunos de los personajes e historias que suceden en el Arconia.
Situado también en Broadway, aunque un poco más al sur, entre las calles 73 y 74, este edificio de apartamentos de lujo tiene una altura de 17 pisos. Su construcción arrancó en 1899 y las elevadas aspiraciones de su fundador lo dotaron de una estética y unas infraestructuras nunca vistas hasta ese momento. En la actualidad, un piso de cuatro dormitorios y tres baños supera los 10 millones de dólares.
Su fundador fue William Earl Dodge Stokes, un neoyorquino que tras la muerte de su padre demandó a su hermano por su herencia . Con el millón de dólares que consiguió, se alejó del negocio familiar de la minería y de dedicó al desarrollo inmobiliario en el Upper West Side, que en aquella época, el siglo XIX era un barrio menos ostentoso que en la actualidad.
En la segunda temporada de Solo asesinatos en el edificio una trama explora los inicios del inmueble, cuando el arquitecto que lo hizo posible espiaba a las mujeres a través de unos espacios entre apartamentos que solo él conocía. Algo que parece estar libremente basado en su fundador original.
Para construir el Ansonia, que en sus inicios fue un hotel, Stokes compró el terreno que ocupaba un orfanato, y allí construyó un edificio de inspiración parisina, amplias ventanas y una entrada en forma de arco. En su interior albergó la que era, por aquel entonces, la piscina cubierta más grande del mundo, restaurantes decorados al estilo Luis XIV, un salón de baile, un banco y una sastrería entre otros negocios.
Fue inaugurado en 1904 y Stokes trasladó hasta allí su amor por los animales. Tenía focas (vivas) en la fuente principal del edificio, cuatro gansos y un cerdo como mascotas y en la azotea construyó una granja en la que vivían medio millar de gallinas, seis cabras y un oso. Los huevos que ponían las gallinas eran repartidos diariamente entre los inquilinos.
En 1907 el Departamento de Salud clausuró al granja pero Stokes siguió escondiendo animales ilegales en el hotel y en el divorcio de su segunda mujer esta declaró que «compartían» piso con 47 gallinas.
Tras su inauguración, el magnate inmobiliario invitó a uno de los hombres más peligrosos de la época, Al Adams, a mudarse al edificiocuando saliese de la cárcel. Adams vivió en el Ansonia durante dos años, hasta que fue encontrado muerto por un disparo en la suite 1579. Aunque el forense declaró que el fallecimiento se debía a un suicidio, la versión inicial señalaba que fue Stokes quien le había asesinado, a causa de una deuda impagada.
Otro de los episodios delictivos más conocidos del Ansonia estuvo relacionado con un hecho que marcó la historia del béisbol en el siglo XIX. Tras la I Guerra Mundial muchos jugadores de los Yankees de Nueva York se convirtieron en inquilinos del hotel, entre ellos el mítico Babe Ruth.
Pero fue Chick Gandil, de los White Socks de Chicago, el que decidió celebrar una reunión en uno de los apartamentos para pedirles a sus compañeros que se dejaran ganar en las Series Mundiales de 1919. Un escándalo que trascendió a los medios y acabó con los implicados expulsados de por vida del béisbol.
El Ansonia también contó entre sus inquilinos con grandes nombres más allá del crimen. Conocido como «El palacio de las musas» durante su apogeo, el edificio era muy popular entre los cantantes de ópera, entre los que se encontraba Enrico Caruso. El compositor Igor Stravinsky o el violinista Yehudi Menuhin también vivieron en alguna de sus suites, al igual que , convertido ya en un edificio de apartamentos, Angelina Jolie y Richard Dreyfuss.
Así como su faceta empresarial fue un éxito, la vida personal de Stokes estuvo llena de sobresaltos. Con 42 años se encaprichó de una joven de 15 años, con la que se casó para divorciarse seis años después, tras tener un hijo. En 1911, volvió a casarse, en esta ocasión con una mujer de 24 años. Fue entonces cuando protagonizó uno de los escándalos más comentados en Nueva York.
Lilian Graham, corista y actriz, llevaba un tiempo recibiendo cartas de amor de Stokes y quizá no le sentó muy bien que su admirador se casase con otra cuatro meses antes. Él le pidió que le devolviese las cartas, temeroso de que las hiciese públicas y, ante la negativa de ella, según el testimonio de la mujer, la atacó. Él, por su parte, declaró que ella trató de chantajearle.
Fuera como fuese la disputa terminó con Graham disparando en tres ocasiones al empresario. Stokes sobrevivió al incidente y estuvo casado con su segunda esposa, con la que tuvo dos hijos, durante siete años. En la disputa por el divorcio, además de contar que compartía piso con un buen número de gallinas, su exmujer le acusó de tener varias amantes, entre ellas Graham.
20 de enero-18 de febrero
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