Josh O'Connor: el Carlos de Inglaterra de The Crown que tiene alma hippie, obsesiona a los directores más cool y es imagen de Loewe

El hermano pequeño de Josh O'Connor (Cheltenham, Reino Unido, 1990) es economista medioambiental y no frecuenta el cine, pero hace seis años, le contó que había visto una película increíble llamada Lazzaro feliz. El actor la buscó en la cartelera ese mismo día. Lloró a mares. Acto seguido, se abalanzó sobre el resto de los títulos de su directora, la italiana Alice Rohrwacher.

«Quería, necesitaba trabajar con ella, así que le escribí una carta a mano, con corazones dibujados. Al poco, tuvimos una conversación por Zoom y me dijo que estaba trabajando en un proyecto, pero yo no encajaba, porque el protagonista era demasiado joven. Cuatro meses después, había reescrito el papel para mí», contaba el actor en el Festival de Cannes , donde tuvo su puesta de largo La quimera (estreno, 12 de abril).

El largometraje, ambientado en la Toscana durante los años 80, cuenta la historia de un tahúr inglés que saquea las reliquias arqueológicas de los etruscos. En las secuencias donde su personaje localiza esos tesoros milenarios enterrados, el actor que dio vida al príncipe Carlos en The Crown parece genuinamente maravillado. No en vano, su abuelo era escultor y él ha hecho sus pinitos con figuras de barro.

De esa afición ha surgido un estrecho vínculo con el director creativo de Loewe, Jonathan Anderson , junto al que ha colaborado en varias campañas y cuyos desfiles no se pierde. «Suele emplear instalaciones cerámicas que te quitan el aliento», asegura. El actor, modestamente, afirma que hace macetas, pero no demasiado bien. «Me gusta la cerámica porque es una forma de expresión muy sencilla: tomas tierra y le das forma con las manos. Es muy orgánico, como la forma que tiene Alice de crear cine».

Josh ha encontrado en la realizadora a un alma hippie gemela. Durante el rodaje, le prestó una canoa para que el artista pudiera hacer la compra. La idea inicial era salir en la bici que tenía colgada en la parte trasera de su autocaravana, aparcada junto a un lago, «pero en las carreteras italianas no respetan a los ciclistas, así que pronto aborté la misión».

También tuvo que trabajar el aspecto práctico del duelo. Para que se percibiera un cambio en el personaje en la segunda parte de la trama, perdió mucho peso. Esa tarea, que habitualmente se hace ardua, en este caso lo fue más, porque entremedias rodó junto a Zendaya y Mike Faist el drama deportivo de Luca Guadagnino Rivales, «donde debía lucir músculo, cuando yo siempre he estado fibroso».

El actor asegura ser un chico de campo al que, fuera de su trabajo, solo le interesa la cerámica y los árboles. ¿La última especie de la que se ha prendado? «El olmo montano».