Muere Oliviero Toscani, el polémico fotógrafo de Benetton: sus tres amores, Mónica Bellucci y su difícil relación con Anna Wintour

Ha muerto a los 82 años Oliviero Toscani, uno de los fotógrafos más controvertidos y también brillantes del siglo XX y del XXI. Hace dos años le habían diagnosticado amiloidosis y el día 10 de enero se agravó su condición. Falleció tres días más tarde. Su nombre siempre estará vinculado a las campañas de Benetton que hicieron correr ríos de tinta y pusieron el foco en cuestiones delicadas que impactaron muy fuertemente en la opinión pública. Su relación con Anna Wintour también fue épica.

Fueron su mujer, Kirsti y sus tres hijos menores quienes emitieron un breve comunicado para hacer pública la luctuosa noticia: «Con inmenso dolor damos la noticia de que hoy, 13 de enero de 2025, nuestro querido Oliviero ha emprendido su próximo viaje. Rogamos confidencialidad y comprensión para este momento que nos gustaría afrontar en la intimidad de la familia. Kirsti Toscani con Rocco, Lola y Ali».

La mencionada dolencia es una enfermedad rara que produce proteínas de manera anormal y que se concentran en los órganos y comprometen su funcionamiento. Estas últimas Navidades parecía que su salud había mejorado. Las pasó en la finca familiar, que había comprado en los años 70, pero tuvo que ser ingresado de urgencia. Su mujer, con la que compartió cuarenta años, se esperaba lo peor. «Es un camino sin retorno», manifestó.

Nacido en Milán e hijo de un conocido fotoperiodista, Fedele Toscani, que prestó sus servicios en el diario 'Corriere della Sera', hubiera cumplido 83 años el próximo 28 de febrero. Su primera fotografía publicada fue un retrato de Rachele Mussolini, en Predappio. Una dolorosa imagen de la viuda de Mussolini que evidenció a sus 14 años su precoz talento como fotógrafo. Posteriormente se licenció en fotografía en la Kunstgewerbeschule de Zurich y más tarde comenzó su trabajo en el ámbito publicitario.

Quizás conviene recordar sus orígenes para definir su carácter. Su padre había sido un fotógrafo mayúsculo, había hecho una foto de Mussolini miccionando que dio la vuelta al mundo, y también, la más impactante, la del dictador y su amante, Clara Petacci, colgados boca abajo en Piazzale Loreto. Le dejó el listón muy alto.

Su madre, Dolores Cantoni, había empezado a trabajar de niña en una fábrica de camisas donde también lo hacía su abuela. Cuenta el periódico 'Corriere della Sera' que no le dio más de 50 besos en toda su vida, lo que explicaría su carácter áspero y brusco. Serían sus dos hermanas quienes ejercieran ese rol maternal y quienes le iniciaron en la arquitectura y las artes.

Nacido en plena Segunda Guerra Mundial, prefería perderse las clases en la escuela para irse al cine y aprender idiomas a través de las películas. Su profesor recomendó a sus padres que aprendiera un oficio inmediatamente, pero al ser admitido en la Universidad de las Artes de Zürich su destino cambió radicalmente.

Su vida estuvo marcada por su gran amistad con Luciano Benetton. Dos hombres con carácteres antitéticos y que sin embargo se entendían a la perfección. Benetton era un hombre callado y pragmático, mientras que Oliviero Toscani era más poético y subversivo. La marca comenzó su andadura en los 60, pero sería años más tarde cuando trascendería el mundo de la moda para adentrarse en las cuestiones de calado social.

Fue en los años 80 cuando se adentraron en cuestiones como la guerra, el racismo, el aborto, el sida, la anorexia… Temas que no abordaban de puntillas sino con toda la fiereza de la que era capaz la imagen, lo que generó en algunas ocasiones gran controversia. Luciano Benetton y Oliverio Toscani también crearon en 1994 Fábrica, un centro para encontrar nuevos talentos dentro del ámbito de la fotografía.

Amante de la música de Bob Dylan, creía que sería eternamente joven y así fue hasta que se enfermó. Fotografió y frecuentó a personajes del calado de Fidel Castro, Andy Warhol, Muhammad Alí, Patti Smith y Dylan Thomas. Llegó a Nueva York con poco más de 20 años y trabajó para Anna Wintour.

Su relación no fue buena, hasta el punto que le recomendó a la todopoderosa directora de Vogue América que se buscara un psiquiatra (acabó casándose con uno). Fotografió a las top Claudia Schiffer , Naomi Campbell y Cindy Crawford cuando eran unas desconocidas. También presumía de haber sido el primero en llevar a Monica Bellucci de Milán a París.

En cuanto a su vida sentimental podemos destacar que hubo tres mujeres fundamentales: Brigitte, la madre de su primogénito Alexandre; Agneta, madre de Olivia y Sabina; y Kirsti, madre de Rocco, Lola y Ali. Sobre esta última manifestó lo siguiente: «Ella es la persona que menos me conoce sobre la faz de la tierra, quizás por eso creo que me ama. Kirsti es la mujer de mi vida, el gran amor verdadero, tan grande que ni siquiera puedes nombrarlo«.