HA MUERTO A LOS 82 AÑOS

Adiós a Raquel Welch, la actriz que debutó con Elvis, conquistó Lanzarote y se enfrentó a Hollywood (ganando una fortuna)

Fue una de las grandes actrices de Hollywood gracias a un bikini que se convirtió en un icono. Pero la historia de Raquel Welch va mucho más allá.

Raquel Welch ha fallecido este miércoles, 15 de febrero, a los 82 años. / GTRES

Javier Díaz de Lezana
Javier Díaz de Lezana

Debutó junto a Elvis Presley , pero triunfó entre dinosaurios. Raquel Welch, la icónica actriz que ha muerto este 15 de febrero a los 82 años, se anticipó al éxito de la saga Jurassic World enfrentándose a los peligros de un mundo dominado por tiranosaurios y velociraptores. Y lo hizo solo con un bikini. Uno que la situó en el imaginario cinematográfico global y la convirtió en estrella, icono y sex symbol. De una tacada.

Eran los tiempos en los que la actriz, nacida Jo Raquel Tejada (de madre norteamericana y padre boliviano) se llevaba muy bien con una industria que la convirtió en una de las actrices más deseadas y famosas del momento. Años después, esa misma máquina de hacer dinero en la gran pantalla intentó darle la espalda, pero la jugada le salió mal. Muy mal. Y muy cara.

A principios de los ochenta Raquel Welch fue contratada por la Metro Goldwing Mayer para protagonizar una película qué llevaría por título Cannery Row, adaptación de la novela homónima de John Steinbeck que finalmente acabaría protagonizando Debra Winger, una actriz que empezaba a sonar con fuerza y que acabaría encumbrándose con Oficial y Caballero. Raquel tenía entonces 41 años, una edad complicada en la industria del cine, especialmente para las actrices. No tanto para los actores. Debra tenía 15 menos.

La MGM decidió entonces prescindir de la actriz, argumentando que Raquel rechazaba al equipo de maquillaje y peluqueria y se empeñaba en llegar al plató con el make up hecho en su casa. La visión de la actriz era bien distinta: «Los ejecutivos de MGM realmente me hicieron enfadar al afirmar que la razón por la que estaba haciendo esto después del juicio era porque era una actriz de más de 40 años y, en general, las actrices en ese grupo de edad ya no pueden conseguir papeles», declaró en una entrevista para The Washington Post.

La actriz acabó ganando el juicio por incumplimiento de contrato y embolsándose casi 11 millones de dólares: «Terminaron gastando más dinero en sus abogados de lo que habría sido mi acuerdo original. La razón por la que seguí adelante con esto es que difamaron mi nombre. Tenía mucha fe en el caso». La victoria engrosó su bolsillo, pero la alejó de la interpretación y dejó de recibir ofertas.

Por qué Raquel Welch puso las islas Canarias en el mapa

Su debut en el mundo del cine se produjo de la mano de Elvis Presley. Raquel hacía un pequeño papel como figurante en la película El trotamundos. Después vendrían otros papeles, pero el momento cumbre de su carrera llega cuando se enfundó un icónico bikini (se llegó a bautizar como el primer bikini de la humanidad) para enfrentarse a los verdaderos amos de la tierra, los dinosaurios, Hace un millón de años.

Esta imagen de Rachel Welch se convirtió rápidamente en una de las imágenes más reconocibles de la historia del cine. / GTRES

Los exteriores de la película se rodaron en Tenerife, Gran Canaria y Lanzarote. Después de eso, el espectacular paisaje volcánico de las islas (especialmente la que alberga el Timanfaya) ha servido de escenario para muchas más películas, sobre todo de ciencia ficción. Su paso por España también se recuerda por la visita de la actriz para participar en la película 100 rifles: en el aeropuerto tuvo un encontronazo con un reportero y durante el rodaje vivió (según cuenta la rumorología de la época) un romance con Sancho Gracia (mientras estaba casada con Patrick Curtis)

A lo largo y ancho de los años sesenta, la carrera de Raquel Welch se dispara, los proyectos se multiplican y su vida sentimental se complica: la actriz estuvo casada cuatro veces. La primera en 1959 con James Westley Welch. El matrimonio duró cinco años, le dio dos hijos y un apellido que ha conservado hasta el día de su fallecimiento. Su segundo marido fue Patrick Curtis, al que siguió André Weinfield (ya en los ochenta) y culminó con Richard Palmer, matrimonio que terminó en 2011.