La prevención, una rutina clara para nuestras necesidades y protección de la piel son algunos de los pasos que no nos podemos olvidar en nuestra rutina para prevenir las arrugas. Un cuidado que debe de estar presente desde la juventud, siempre siguiendo las necesidades de la piel en cada momento vital, y que debemos de ir adaptando a nuestra piel con el paso de los años.
Aunque sí es cierto que con la llegada de la menopausia la piel se afina y, por ello, las arrugas se acentúan, la genética también juega un papel fundamental, existiendo pieles con más propensión a aparecer de manera prematura. ¿Qué podemos hacer para mejorar estas arrugas manteniendo nuestro aspecto natural?
Conocemos los puntos de vista de los expertos: la doctora Elena Jiménez, cirujana plástica y estética y directora médica en Eleca Clinic; Marta García, facialista y fundadora de Marta García esteticistas; Marta Masi, farmacéutica y fundadora de MM Madrid; Juanma Revelles, dermatólogo, fundador de la clínica Le Boost en Madrid y divulgador de Merz Aesthetics; Antonia Álvaro, ingeniera química y fundadora de Sublime Oils y Carmen Gorriz, doctora en IMR (Instituto Médico Ricart) en Madrid y Valencia.
No existe un momento específico en el que comienzan a acentuarse las arrugas, ya que, esto depende de muchos factores específicos de cada persona. La doctora Elena Jiménez explica que «hoy en día sabemos que el inicio del proceso de envejecimiento, más o menos suele ser alrededor de los 25 años. Se produce un descenso en los paquetes de grasa profundos, por debajo de la musculatura mímica, que va poco a poco cambiando». La doctora añade que también, aparecen «las arrugas estructurales y se produce un cambio de posición de estructuras faciales como son la posición de la ceja, la formación del surco nasogeniano, la caída de la línea de marioneta. Después de asocian las arrugas dinámicas que aparecen en el movimiento muscular».
Explica Marta García que «las arrugas comienzan a formarse ya sobre los 20/30 años, pero su visibilidad y profundidad se acentúan con el tiempo y con el estilo de vida. En ocasiones las arrugas sólo aparecen por falta de hidratación y nutrición esencial o por deshidratación, por la exposición al sol, por el consumo de alcohol y tabaco, etc. La genética también juega un papel importante en cuán temprano y cuánto se marcan estas líneas y arrugas».
No podemos olvidarnos, tal y como considera Antonia Álvaro, ingeniera química y fundadora de Sublime Oils, que el rictus también juega un papel importante en este envejecimiento. Esto es porque «depende de la evolución de nuestra estructura ósea y musculatura facial, por lo que las emociones y el estrés se reflejan en la mímica de nuestro rostro».
Evidentemente, cuando nos miramos al espejo, podemos detectarnos arrugas, pero, existen algunos indicativos que nos darán pistas. La doctora Elena Jiménez de Eleca Clinic destaca cuatro puntos esencial. «Primero, mis cejas se encuentran más altas o más bajas. Segundo, parece que tengo bolsas por las mañanas. Tercero, el surco nasogeniano se empieza a notar más más y cuarto lo que llamamos las líneas de marioneta a ambos lados del mentón».
La doctora explica que «son los cuatros puntos donde debemos fijarnos porque eso es la base sobre la cual luego van a ir apareciendo las arrugas dinámicas. La estructura de la cara es fundamental. Hay rasgos fáciles con paquete de grasa con volumen y en cambio, en otros casos, tenemos rasgos más delgados que tienden a crear arrugas dinámicas».
Considera el doctor Juanma Revelles, que «la historia familiar nos puede dar alguna pista sobre nuestra predisposición a la aparición de arrugas. Hay que revisar los hábitos de vida, ya que el fumar, el consumo excesivo de alcohol, la falta de sueño y el estrés crónico favorecen la aparición de arrugas, y por supuesto, nuestro nivel de exposición solar a lo largo de la vida, pues todo ese fotodaño se va acumulando. Debemos también evaluar si las arrugas sólo aparecen con movimientos de la cara o si ya son arrugas estáticas que están fijas incluso cuando no gesticulamos».
Y es que las arrugas se ven «más notorias a medida que vamos perdiendo elasticidad y firmeza en la piel, lo cual está muy asociado a la pérdida de colágeno y elastina en nuestra dermis» destaca Marta Masi. «A partir de los 30 años, la producción de colágeno disminuye un 1% cada año y a partir de la menopausia este porcentaje sube a un 2%, de manera que, la preocupación va en aumento de manera progresiva y, además, asociado a una notable pérdida de firmeza en la piel».
Sobre estas arrugas debemos de fijar nuestra atención en « la profundidad y la ubicación, así como a cómo afectan a la apariencia general del rostro» explica la doctora Carmen Gorriz, de IMR (Instituto Médico Ricart). Esto marcará el tipo de tratamiento porque «las arrugas más superficiales y finas pueden ser tratadas de manera más efectiva con procedimientos menos invasivos, mientras que las arrugas más profundas pueden requerir tratamientos más intensivos».
Algo en lo que coincide la facialista Marta García y que destaca que no podemos olvidarnos del «tipo de piel ya que algunos tratamientos pueden no ser adecuados para pieles muy sensibles o con ciertas condiciones». Añade que debemos ver si son «arrugas de expresión o dinámicas (son las primeras que salen y las causadas por los movimientos repetitivos de los músculos faciales y que se forman como resultado de expresiones habituales como fruncir el ceño – entrecejo -, sonreír – pata de gallo – o entrecerrar los ojos».
La profesional prosigue considerando que «si son arrugas gravitacionales que ya aparecen por el resultado del efecto de la gravedad y que van acompañadas de pérdida de elasticidad y colágeno y de pérdida de soporte óseo, en estas, la piel ya marca surcos más profundos». Además, «las arrugas elásticas son las que van acompañadas de fotoenvejecimiento y las provoca la exposición prolongada al sol, fumar y la contaminación ambiental y SMOG», siendo este último un tipo de contaminación.
Existen otro tipo de arrugas que serían, en palabras de García, «las arrugas por compresión o arrugas del sueño, que aparecen por la presión de la piel contra una superficie mientras se duerme». Lo que ocurre con estas arrugas es que, aunque son temporales, pueden volverse permanentes con el tiempo sino se tratan». En último lugar, «las arrugas por pérdida de masa son el resultado de la pérdida de grasa en el rostro, que es común con el envejecimiento. La disminución del volumen facial lleva a la flacidez de la piel y la formación de pliegues, especialmente alrededor de las mejillas, los labios y su contorno debajo de los ojos. Estas arrugas pueden dar un aspecto más hundido o cansado al rostro».
Tenemos que cuidar la rutina y nuestros hábitos diarios, pero, en los procedimientos estéticos podemos mejorar considerablemente la apariencia de las arrugas. El dermatólogo Juanma Revelles explica que «siempre es fundamental consultar con un dermatólogo o médico estético para determinar cuál es el procedimiento más adecuado para nuestras necesidades, así como para recibir orientación sobre el cuidado posterior al procedimiento». Una vez hemos consultado, el profesional considera procedimientos como:
• Uso de neuromoduladores: «tratamiento inyectable que relaja temporalmente los músculos responsables de las líneas de expresión y las arrugas».
• Rellenos dérmicos (ácido hialurónico): «los rellenos dérmicos a base de ácido hialurónico se utilizan para agregar volumen a áreas donde las arrugas y líneas finas se han formado debido a la pérdida de colágeno y elastina».
• « Uso de biorregeneradores como la hidroxipatita de calcio, los exosomas o los factores de crecimiento: estimulan la producción propia de colágeno, elastina, proteoglicanos, así como recuperan un estado de la piel más joven, estructural y funcionalmente».
• Peeling químicos: «exfolian las capas superiores de la piel. Esto puede ayudar a reducir las arrugas finas y mejoran el tono y la textura de la piel».
• Microneedling: «utiliza pequeñas agujas para crear microlesiones en la piel, estimulando la producción de colágeno y elastina».
Los rellenos son uno de los tratamientos más interesantes ya que, en palabras de Elena Jiménez, «abarcan toda la gama de necesidades. Existe relleno profundo estructural para el tratamiento de déficits profundos y para contrarrestar la caída facial. Disponemos de rellenos suaves, muy flexibles, para arrugas dinámicas como para hacer una medicina estética preventiva».
Además de los neuromoduladores, la profesional también destaca los « dispositivos con energía». Jiménez matiza que «en este caso estamos hablando de dispositivos como puede ser el uso de luz pulsada o el uso de ciertos láseres a baja intensidad. En este uso de aparatología con energía vamos a conseguir unificar la piel, eliminar muchas manchas, eliminar venitas y pequeñas arañitas vasculares y a hacer que la cara sea mucho más uniforme».
Otro uso que considera la doctora Jiménez son los inyectables dérmicos que son, « el uso de vitaminas desplazadas actualmente por los polipéptidos y polinucleótidos y el uso también de dermapen o punta de diamante».
Jiménez explica que «el uso de dermapen para poder aplicar estas sustancias y que penetren más interiormente dentro de la piel. Luego ya también asociándonos al uso de energías podemos tener Endolift o un láser interno que tiene una acción parecida a los hilos tensores. El hilo tensor va a generar un colágeno que pasados unos seis meses empieza a disminuir, la aplicación de Endolift es una aplicación de una energía que hace que la propia dermis y la propia piel del paciente genere ese colágeno y retense sin necesidad de dejar en el tejido subcutáneo ninguna estructura ajena a él».
Por último, la doctora considera «el uso de aparatología externa como puede ser la radiofrecuencia, la endermología y morpheus, radiofrecuencia con agujas. Genera opciones que son altamente eficaces para poder trabajar las arrugas, tanto actuales como, sobre todo, en el momento preventivo».
En procedimientos más sencillos, la limpieza también es importante y Marta Masi recomienda «realizar tratamientos sencillos como la limpieza Hydrofacial, que, además tiene una parte de exfoliación y renovación celular suave y tratamientos como la radiofrecuencia para estimular la producción de colágeno desde fuera». La experta recomienda también INDIBA que es «un tratamiento de radiofrecuencia suave, que se tolera perfectamente y no necesita recuperación, pero es importante realizarlo en varias sesiones, necesita continuidad para ver resultados a corto, medio y largo plazo». Por último, apuesta por Ultherapy que «es otro tratamiento de radiofrecuencia que no necesita recuperación y, que además de trabajar la firmeza y las líneas de expresión, mejora la luminosidad».
El mantenimiento de los procedimientos dependerá de cuál realicemos. La doctora Gorriz explica que «el tratamiento con toxina botulínica generalmente necesita ser repetido cada 3-6 meses para mantener los resultados, mientras que los rellenos dérmicos pueden durar de 6 meses a 2 años dependiendo del producto utilizado. Los peelings químicos suaves pueden requerir sesiones de mantenimiento cada cierto tiempo para optimizar los resultados a largo plazo».
Explica Marta García, que en el caso de «los peelings regenerativos y tratamientos con láser, suelen necesitar mantenimientos anuales. En el caso de radiofrecuencias, se recomienda repetir sesión cada 21 días y en el caso de la radiofrecuencia fraccionada y del HIFU, con un recordatorio anual sería suficiente». La protección es importante y Marta Masi destaca que «lo esencial sería siempre la limpieza, la hidratación y, por supuesto, el protector solar SPF50+ todo el año».
Si alguno de estos tratamientos es más invasivo, considera Juanma Revelles que «tenemos que saber que podemos presentar eritema, algo de edema y algún pequeño hematoma los días posteriores al tratamiento y que deberemos evitar manipular la zona, el uso de productos irritantes y la exposición solar».
El mantenimiento, más allá de los tratamientos que nos realicemos, también lo tenemos que realizar a diario en nuestros hogares. Para Elena Jiménez es «fundamentalmente, el skincare correcto. Retinol, protección solar y aplicación de sérums seleccionados para nuestro tipo de piel». La experta considera también «la nutricosmética asociada al tratamiento de la microbiota con resultados muy efectivos sobre todo en la prevención».
Para el dermatólogo Juanma Revelles, la limpieza es esencial «para retirar los restos de maquillaje, exceso de sebo y partículas contaminantes que se hayan podido depositar en la piel y, por supuesto, la protección solar a diario». También apuesta por activos antioxidantes como «vitamina C, vitamina E y resveratrol por la mañana antes de nuestro protector solar y renovadores celulares como el retinol». Destaca también «activos como el argilerine porque parece que ha demostrado su eficacia en la reducción de las arrugas».
La facialista Marta García destaca también « los retinoides para promover la renovación celular y la producción de colágeno. Vitamina C para tratar y prevenir el daño solar y fotoenvejecimiento, ácido hialurónico para la hidratación y para dar un aspecto relleno a la piel». La protección solar es otro factor que tiene en cuenta la facialista y la recomienda «a diario, de un SPF de al menos 30 para proteger la piel del envejecimiento prematuro causado por sol», sin olvidar «los ácidos AHA y BHA para una exfoliación y regeneración óptimas. Por último, matiza que, «cuando ya tenemos arrugas es importante no saltarse ningún paso de la rutina: limpieza, regeneración, sérum, crema, SPF.»
La farmacéutica Marta Masi apuesta por ingredientes «hidratantes y calmantes como el ácido hialurónico, la niacinamida, centella asiática, ceramidas y esfingolípidos; ingredientes reafirmantes como el DMAE y los péptidos de firmeza y filtros solares de última generación como las patentes Tinosorb A2B o Mexoryl 400».
En el caso de Antonia Álvaro, de Sublime Oils, especifica que es imprescindible «el aporte de activos que nos ayuden a potenciar la función del estrato córneo, que eviten la pérdida de agua transepidérmica, que regulen su respuesta inflamatoria, con una acción potente regeneradora y antioxidante, que nos ayuden a activar la velocidad de regeneración y aporten distintos tipos de energía a nivel celular». Añade que se deberían de considerar «activos que aporten redendificación y restauren la armonía del rostro, a través de diferentes biomecanismos y que nos ayuden a activar la microcirculación sanguínea y linfática».
Por último, la experta considera que no debemos olvidarnos «de la importancia de la estructura ósea y la musculatura facial, es importante incluir un automasaje en nuestras rutinas diarias y/o acudir a una experta facialista que nos ayude a eliminar las tensiones del rostros y el estrés».