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Qué fue de Ana Leza, primera mujer de Antonio Banderas: divorcio polémico, negocio ruinoso y refugio en el budismo

El fin del matrimonio de Antonio Banderas y Ana Leza estuvo marcado por la irrupción de Melanie Griffith en la vida del actor malagueño.

Antonio Banderas y Ana Leza, en un momento feliz de su vida en común. / GTRES

Juanra López
Juanra López

La carrera cinematográfica de Ana Leza, primera mujer de Antonio Banderas , fue breve y poco prolífica, pero en el imaginario colectivo queda su breve papel en Mujeres al borde de un ataque de nervios persiguiendo a Julieta Serrano camino del aeropuerto de Barajas. Después intervino en breves papeles en otras películas del actor malagueño como El placer de matar, Philadelphia y De amor y de sombras, su canto del cisne en el mundo de la interpretación.

La irrupción de Melanie Griffith en la vida de Antonio Banderas cuando rodaron juntos Two Much a las órdenes de Fernando Trueba acabó en los tribunales y en un divorcio muy complicado. No solo en lo emocional, pues fue muy duro para Ana Leza, sino en lo financiero. Estaban casados en régimen de gananciales, lo que supuso que el actor siga a día de hoy compartiendo al 50% los beneficios de las películas que rodó mientras estuvieron casados, entre 1987 y 1995 con su ex mujer. Hablamos de títulos tan taquilleros como las producciones internacionales Entrevista con el vampiro y La casa de los espíritus y otros rodados en España como Átame y Bajarse al moro.

Hasta su segunda boda, Antonio Banderas estuvo pagando una sustanciosa pensión a Ana Leza, a quien también dio una cantidad compensatoria de 570 millones de pesetas, casi tres millones y medio de euros, y le cedió la mitad de su casa de Madrid, además de pagar el proceso de divorcio, según publicó ¡Hola!. En cualquier caso, ambos guardaron un discreto silencio y Banderas reconoció que hizo daño a su exmujer.

Apartada completamente de la vida pública, Ana Leza recompuso su vida. Se afincó en Estados Unidos y encontró refugio y también un aliciente vital en la meditación, las filosofías orientales y el budismo. Además, encontró el amor de nuevo en el californiano de origen mexicano Christopher Lee Villareal, con quien vive entre Madrid, California y una pequeña localidad próxima a Nueva York, South Fallsburg, donde su presencia pasa absolutamente inadvertida, como es su pretensión.

Carmen Maura fue la madrina de sus dos bodas

Ana Leza y Christopher Lee Villareal contrajeron matrimonio civil en 2000 en un rancho en California y contaron con una madrina de excepción, Carmen Maura , que también lo había sido en su boda con Antonio Banderas. Se da la circunstancia que Ana y Carmen, además de ser muy amigas, tienen casa en Miraflores de la Sierra, en Madrid, donde Maura suele descansar entre película y película.

La pareja se conoció cuando comenzó la aventura estadounidense de Antonio Banderas y, lo que empezó como una amistad, acabó en una sólida historia de amor. No en vano este año celebran sus bodas de oro junto a sus dos hijas, Clara Sofía y María Macarena. Han formado una familia muy unida y apartada de los focos, aunque Christopher también forma parte de la industria audiovisual en el apartado técnico.

Melanie Griffith y Antonio Banderas siguen siendo grandes amigos. / GTRES

Ana Leza también intentó echar raíces aquí en su momento y de hecho abrió un restaurante de comida fusión en Madrid, Dossa Grill Café, que no funcionó y tuvo que cerrar sus puertas. Ocasionalmente se ha podido fotografiar en la capital a la actriz, que es hija de la reconocida intérprete Concha Leza, a quien recordamos por series como Teresa de Jesús y Nada es para siempre.

Ana Leza fue crucial para el desembarco de Antonio Banderas en Estados Unidos. Inteligente, versátil y con un excelente inglés, ayudó al protagonista de la saga de Spy Kids y Evita a memorizar fonéticamente los textos de su primera película en Hollywood, Los reyes del mambo y también a moverse en esa industria tan competitiva.

Otra anécdota que no podemos pasar por alto fue cuando Madonna se encaprichó de Antonio Banderas cuando pasó por Madrid en 1990 con su gira Blond Ambition Tour y se vivieron algunos momentos de tensión que aparecen reflejados en la película documental En la cama con Madonna.