La boda de Sonsoles Suárez y Pocholo Martínez-Bordiú: un evento con grandes faltas, solo dos años de matrimonio y vidas muy diferentes

El matrimonio entre Pocholo Martínez-Bordiú y Sonsóles Suárez duró solo dos años, pero él ha confesado haberla amado mucho y llevarse muy bien con ella.

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Elena Castelló
Elena Castelló

Fue el 12 septiembre de 1992 y aquella boda unía a dos destacadas familias en la historia reciente de España: los Suárez y los Martinez-Bordiú . Los novios eran José María (Pocholo) Martínez-Bordiú y Basso, conocido como Pocholo, que entonces tenía 30 años, hijo mayor de los barones de Gotor y sobrino del Marqués de Villaverde, Cristobal Martínez-Bordiú, casado con Carmencita , la hija única del general Franco , y Sonsoles Suárez Illana, la tercera hija del primer presidente de la Democracia y su esposa, Amparo Illana , de 24 años. El enlace se celebró en el monasterio de Piedra, en Zaragoza.

La boda generó una gran expectación y reunió a la aristocracia, la política y la jet set. En total 650 invitados, aunque solo unas decenas pudieron seguir la misa, por lo reducido de la iglesia. Adolfo Suárez, padre de la novia, atendió a los medios de comunicación, dos horas antes del enlace, a la salida del hotel en el que se alojaba, para explicar algunos detalles.

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Los testigos, además de varios hermanos de los contrayentes, fueron Gonzalo de Borbón, hermano del Duque de Cádiz y primo del rey Juan Carlos , Luis Alfonso de Borbón, la socialité Bibí de Samaranch -representando a su marido-, Andrés y Tomás Martínez Bordiú -conde de Morata y barón de Illueca, respectivamente y tíos del novio-, y la actriz Maribel Verdú.

Entre los invitados se pudo ver al general Manuel Gutiérrez Mellado y a su esposa, y a los políticos Fernando Abril Martorell, Leopoldo Calvo Sotelo o Landelino Lavilla, y a los periodistas Jesús de Polanco, fundador de Prisa, y su esposa, María Luz Barreiros, Juan Luis Cebrián y su mujer, la periodista Teresa Aranda, y Rafael Ansón, director de ABC entonces, y su mujer.

Por parte del novio, acudió la numerosa familia Martínez-Bordiú, aunque no se vio al marqués de Villaverde, pero sí a su esposa, la Duquesa de Franco. Tampoco faltaron Arancha y Jaime Martínez-Bordiú Franco, aunque Carmen Rossi no acudió. El banquete se celebró en Nuévalos, cerca del Monasterio.

Sonsoles, rubia y de ojos azules, impactó por su belleza al salir por el claustro del Monasterio de Piedra del brazo de su padre y padrino, camino de la pequeña iglesia. Vestía un traje de corte princesa y cuello bardot con el talle bordado en pedrería, que había sido diseñado por su nueva cuñada, Cuca Martínez-Bordiú, y se adornaba con pendientes y un largo collar de perlas. Llevaba la melena suelta, apenas decorada por unas flores blancas. El novio vistió un elegante chaqué con camisa de cuello Mao y ribetes en negro.

El matrimonio entre Pocholo Martínez-Bordiú y Sonsóles Suárez duró solo dos años y, según desveló el propio Pocholo, hoy XVIII Barón de Gotor, en una entrevista con Bertín Osborne, hace algunos años, «Sonsoles Suárez ha sido y será la mujer de mi vida. Me hubiera gustado tener hijos con ella». Él ha confesado haberla amado mucho y llevarse muy bien con ella, así como con sus hermanos. También desveló entonces los verdaderos motivos de su divorcio, un tema del que nunca había hablado antes.

«Yo me enamoré locamente de Sonsoles. Nos queríamos y nos casamos, pero a veces empiezas a vivir y a amar al mismo tiempo y cuando eso pasa el tema se complica», afirmaba el primo hermano de Carmen Martínez-Bordiú. «Me fui a vivir a Buenos Aires porque tenía la idea de montar un negocio de máquinas de lavar coches, pero me faltó parte del dinero y no quise pedírselo a nadie. Luego mi padre llevó a una finca que tenía allí unos caballos, yo me saqué la carrera de veterinaria y vivimos allí». Estaban alejados de todo, el bar más cercano estaba a 50 km., y Sonsoles no aguantó ese estilo de vida.

El «showman» confesaba así que su ruptura fue, de alguna forma, el precio que tuvo que pagar a cambio de continuar con la vida que había elegido. Sonsoles Suárez ha sido y será «la mujer de mi vida, y si volviera a nacer volvería a estar con ella como estuve en su día», confesó en otra entrevista, en la que afirmó que Suárez había sido un suegro perfecto. «Era una persona amable, nunca se metió en lo nuestro, siempre nos apoyó en todo, siempre tuvo cariños para mí. Fue realmente ejemplar». Pocholo ha reconocido, en los últimos años, que el amor es la asignatura pendiente de su vida.

Archivo ABC

Sonsoles es la tercera de los cinco hijos que tuvo el expresidente del Gobierno, fallecido a causa del alzhéimer el 23 de marzo de 2014, y una de las más conocidas junto a su hermano Adolfo Suárez Illana, que actuó de portavoz de la familia e inició una corta carrera política. Pasó gran parte de su infancia en el Palacio de la Moncloa, mientras su padre fue presidente del Gobierno, en uno de los momentos más delicados de la historia de España.

Hoy tiene 54 años y, al igual que sus dos hermanas y su madre, padeció un cáncer de mama, que la obligó a una cirugía de doble mastectomía, en 2004. Su madre Amparo y su hermana Marian habían muerto por el cáncer poco antes.

Tras su separación de Pocholo, Sonsoles se dedicó a la cooperación con la fundación CEAR de ayuda al refugiado, en Mozambique, donde conoció a su segundo marido, el DJ Paolo Wilson, del que se separó en 2017. Su segunda boda, en 2012, en Madrid, fue por lo civil y muy íntima, muy diferente a la primera.

Su padre no pudo asistir por razones de salud. Al regresar de Mozambique, Sonsoles se reincorporó como periodista a la televisión. Primero colaboró en «Las caras del crimen», un programa de sucesos de Antena 3, y después en «Espejo público», trabajo por el que ganó una Antena de Oro, en 2006. Luego abandonó su carrera. «No volveré a la tele, lo garantizo. Es una puerta cerrada para siempre», aseguraba en 2012.

La infancia de Pocholo transcurrió junto a sus padres, José María Martínez-Bordiú, abogado jienense, y Clotilde Bassó y Roviralta, de origen acaudalado y nacida en Barcelona– y sus cuatro hermanos en Marbella, en la misma casa que después perteneció a Encarna Sánchez y más tarde a Antonio Banderas.

Al poco de cumplir 18 años, su padre le envió a Miami a trabajar en el International Bank of Miami y a estudiar finanzas. Allí vivió seis años, pero empezó a darse cuenta de que lo que le divertía de verdad era ganar dinero como modelo y practicar deportes y no estar encerrado en un despacho. Entonces conoció Ibiza y entró en el mundo de la noche, como relaciones públicas, Dj, pequeño empresario… Hoy sigue con su estilo de vida independiente y hace incursiones en la televisión tras una época en la que participó en numerosos «reality shows».