20 AÑOS SIN LA DIVINA

El impacto de la muerte de Carmen Ordóñez: «Nadie esperaba lo que sucedió ni sabemos qué pasó esa noche»

Hablamos con la periodista Rosa Villacastín sobre Carmina Ordóñez, con quien durante décadas mantuvo una relación muy estrecha.

La muerte de Carmen Ordóñez conmocionó al país entero hace 20 años. / gtres

Juanra López
Juanra López

El 23 de julio de 2004 está grabado en el imaginario colectivo por la inesperada muerte de Carmen Ordóñez a los 49 años. Una noticia de enorme impacto por lo inesperado y por la gigantesca figura en la crónica social de 'la divina', una mujer que desafió los clichés que presuponían su origen. Para recordar su figura y la repercusión que tuvo esta tragedia hablamos con la periodista Rosa Villacastín, quien la conoció en profundidad y nos desvela muchos detalles de su personalidad sobre los que nos gustaría poner el foco en tan triste aniversario.

Rosa Villacastín nos atiende desde Marbella , su base de operaciones desde que anunció su jubilación tras una brillante carrera en la que se dedicó inicialmente a la prensa política y posteriormente al corazón, género en el que es una maestra. La primera cuestión que abordamos es cómo se enteró del deceso de la que fuera mujer de Paquirri .

«Estaba cogiendo un avión en Barajas porque iba a dar una conferencia en Estepona. De repente recibí un mensaje que me decía que había aparecido muerta Carmina. No podía dar crédito. Cuando me senté en el avión, me puse a llorar. Al salir me encuentro a Julián Muñoz y la Pantoja. Yo con ella no hablo, pero él se me acercó y me preguntó qué me pasaba. Le contesté que estaba desconcertada porque se había muerto Carmina. No te puedes imaginar la cara que puso ella… Se me había olvidado quién era. Salí zumbando de allí».

Villacastín habla con emoción sobre la madre de Francisco y Cayetano Rivera , y Julián Contreras, y subraya su lealtad hacia los amigos: «Con Carmina tuve una relación muy especial de muchos años. La conocí en Marbella cuando salía con (Antonio) Arribas… Julianín me llamaba cuando era muy chiquitín para decirme que me había visto en la tele y que le había gustado mucho», nos comenta.

«Nunca lo había contado hasta ahora, pero te lo voy a decir para que veas lo buena persona que era. Cuando me quitaron 'Extra-Rosa', ella pensó que era por falta de audiencia y en realidad teníamos un 30% de share. Me llamó y me dijo que si necesitaba que fuera con todos sus hijos a su programa ella venía y sin cobrar. Carmen era muy generosa. Sus mayores enemigos eran ella misma y la gente que la rodeaba. No era fácil de aconsejar, pero creo que le hicieron más daño que beneficio».

Rosa Villacastín tuvo una relación muy cercana con Carmen Ordóñez. / GTRES

La periodista quita fuste a la supuesta premonición de Carmina de que no llegaría a cumplir 50 años: «Su muerte fue una conmoción. Nadie se la esperaba. Todo el mundo decía que sabía muchas cosas de ella, pero fue inesperado. Tenía 49 años. Aunque se dijo que ella no quería llegar a los 50, Carmina tenía una vitalidad y unas ganas de vivir enormes. Creo que eso nunca lo pensó. Son esas cosas que se dicen y no se piensan. No olvidemos de dónde viene Carmina. Son dos troncos de familia. Por una parte el matrimonio de Paquirri, que dio mucho que hablar, y después por parte de madre los Dominguín y por parte de padre los Ordóñez. Ha sido una saga increíble».

Lo que tenía en común con Carmen Martínez-Bordiú

Conversamos con Rosa Villacastín después de haber participado en su último programa, Lazos de sangre, en TVE, donde hablaron de una figura también muy codiciada por la prensa rosa con la que establece ciertos paralelismos.

«Tanto Carmina como Carmen Martínez-Bordiú han sido dos mujeres que han necesitado vivir. En Marbella se enamoró de un palmero. No he visto una mujer más guapa, con una piel más bonita y más ganas de vivir. Cuando le dije que qué hacía con alguien así, me decía que era tonta, que qué pintaba ella con un ejecutivo. Le contesté que llevar una vida normal y ella respondió que no quería llevar una vida normal. Carmina quería enfrentarse al mundo, hacer lo que le diera la gana. No había muros que no quisiera derribar y, sobre todo, lo que más valoraba era la libertad».

A propósito de las contradicciones que podía albergar Carmen Ordóñez, por un lado adalid de la libertad en muchas cuestiones, y por otra, muy machista (ella misma lo reconocía), Villacastín nos da su propia interpretación: «Es cierto que Carmen era muy machista. Te recuerdo que en esa época había muchos hombres que lo eran, pero también muchas mujeres. Además, tenía esa parte conservadora en términos de política, porque estuvo en Fuerza Nueva. Se movía en la contradicción», nos cuenta la periodista.

«Vuelvo a Carmen Martínez-Bordiú: mira qué mérito tenía que se marchara a París con un señor, teniendo en cuenta quién era su familia, en una época en las que las mujeres no podían en España ni abrir una cuenta corriente. Carmina, sin ser exactamente igual, también venía de una familia muy conservadora. Sus padres eran muy conservadores. Quizás su afán de mantener a sus hijas tan aferradas, tan agarradas, era lo que hacía que quisieran volar».

Y añade: «Carmina quería vivir su vida, no la vida como la concebían sus padres, sobre todo su madre. Eran los más conservadores de esas dos sagas. Ella luchaba por salir de ahí. Concha Serra, la abogada que llevó el divorcio con Paquirri, me contó que ese día, él se presentó con una caja de una joyería y le dijo a Carmen que la abriera y que si le gustaba no se separaban. Cuando la abrió se encontró con un collar de diamantes, lo miró, se lo devolvió y le dijo que se quería divorciar. No le llamaba la atención el dinero».

La familia Ordóñez, en su casa de Madrid, en 1971. / Archivo abc

Villacastín nos pone un ejemplo muy concreto: «Cuando vendió el piso que tenían en Sevilla, que le había dejado su padre, le decía que cogiera un asesor, que guardara ese dinero, que no se lo gastase, que no se lo diera a nadie. Esto fue unos años antes de su muerte… Tenía un agujero en cada mano, era generosa. En la época de 'Crónicas marcianas' estaba rodeada de gente que le sacó el dinero. O no se dieron cuenta o no se quisieron dar cuenta de cómo estaba ya».

Le planteamos a la periodista cómo ha tratado el paso del tiempo una figura tan icónica como la de Carmen Ordóñez, también producto de una época muy distinta a la actual, en la que las celebrities son de una pasta muy diferente a la suya.

«La gente la entendería mejor ahora que hace veinte años porque la sociedad ha cambiado mucho. No se saben los detalles de su muerte, porque no se desveló el resultado de la autopsia, pero cabe preguntarse en qué familia no se ha dado una tragedia de estas características. Nadie esperaba lo que ocurrió ni sabemos lo que ocurrió esa noche. Nadie ha explicado ni ha querido explicar qué ocurrió, si hubo una juerga o no la hubo, si se pasaron… Julián es el que ha estado con ella en momentos muy duros y no ha contado nada. Tampoco sus hermanos, Fran y Cayetano, han querido tocar ese tema».

La inolvidable boda de Fran Rivera y Eugenia Martínez de Irujo

«Carmina pagó un precio por su libertad, las críticas. Cuando se casó con Paquirri de alguna forma cumplía con lo que se esperaba de ella, pero después con los hombres con los que estuvo no tenían nada. Ella era generosa hasta en eso. Ella se bebía la vida a sorbos. El tiempo ha borrado las apariciones en 'Crónicas Marcianas' y todo ese tipo de cosas. La muerte de una forma tan traumática hizo que nos planteáramos lo que habría sufrido para llegar a esa situación. A veces pienso si no podía haber pedido ayuda, pienso en su soledad, rodeada siempre de tanta gente y tan sola al final. Eso me ha dado siempre mucha pena», concluye.

Finalizamos con un triste paralelismo y la imagen que prevalece en los recuerdos de Rosa Villacastín: «Acuérdate cómo murió Cristina Onassis , que también venía por aquí por Marbella. Fue de una forma un tanto extraña. A veces creemos que tener dinero o una buena posición te hace feliz, pero no es necesariamente así. Prefiero quedarme con imágenes como cuando fue madrina de su hijo Francisco con ese traje y esa peineta azul, esa belleza, esa entrega a la gente.»