La trágica infancia de Carole Bouquet, la consuegra y amiga de Carolina de Mónaco: sin madre, interna en un colegio de monjas y adicta a las drogas a los 20

Después del director creativo de Chanel Karl Lagerfeld, fallecido el pasado 2019, Carole Bouquet puede ser la amiga famosa de Carolina de Mónaco más antigua. Las fotos de ambas divirtiéndose en los clubes de París datan de los años 80, justo cuando Philippe Junot desapareció de la vida de la primera dama oficiosa del Principado. Su amistad de juventud se ha mantenido firme durante décadas.

Carole Bouquet cumple ahora 66 años en un lugar muy distinto al de su íntima amiga, Carolina de Mónaco. De hecho, además de amiga se ha convertido en consuegra , pues su hijo Dimitri Rassam se casó en 2019 con Carlota Casiraghi. Los lazos son, por tanto, familiares. Aún así, la vida les ha llevado por caminos bien separados.

Carole y Caroline debieron confortarse la una a la otra a la vista de sus respectivas tragedias maternas. El fallecimiento de Grace Kelly en un accidente de tráfico fue un golpe durísimo para la primogénita de Rainiero, recién cumplidos los 25. Para esa fecha, Bouquet ya había experimentado esa misma pérdida, aunque con consecuencias más dramáticas.

Cuando Carole Bouquet y Carolina de Mónaco se reúnen para celebrar, pongamos, un cumpleaños, cuentan con el vínculo familiar como un nexo común más fuerte que sus respectivas trayectorias. Carolina no ha tenido que desarrollar una carrera profesional, mientras que Carole sí se ha sostenido y ha sostenido a su familia con su trabajo. Además de la fiesta les unió la moda, pero una era compradora y la otra, modelo y musa.

Carolina de Mónaco fue durante años víctima, no solo por la desaparición de Grace Kelly sino tras el accidente moral en el que falleció su marido, Stefano Casiraghi . Carole Bouquet, sin embargo, califica mejor como una superviviente. Su infancia no fue ni palaciega ni convencional. Sus padres no eran felices: se separaron poco después de nacer ella.

El matrimonio entre Micha Bayle y Robert Bouquet, un ingeniero de la construcción nada cálido ni familiar, duró lo justo: se divorciaron cuando Carole tenía tres años y su hermana, Laurence, ocho. De hecho, Micha desapareció de la vida de las niñas por completo, algo que en principio no impactó en la pequeña Carole, pues hoy recuerda una infancia feliz.

«Tuve una infancia muy feliz. Aunque mi madre se fue cuando yo tenía 3 año y solo la veía durante las vacaciones escolares. En una de las fotos estoy con mi hermana Laurence, cinco años mayor que yo, en una playa de La Baule donde pasábamos todos los veranos. Luego, alrededor de los 12 años, tuve un período de gran melancolía que duró hasta los 18 años. »

Puede que esa melancolía tuviera que ver con el carácter de su padre, nada dado a la vida familiar y con dificultades para mostrar afecto a sus hijas. De hecho, Carole Bouquet contó al diario 'The World' que su padre siempre le pareció «un solitario» con una vida aburrida y plana. «Vivimos primero en Neuilly y luego en Versalles, un lugar que yo odiaba», confesó Bouquet. «Él no organizó nada para la familia. No se daba cuenta de que los niños necesitan alegría a su alrededor».

La vida de Carole y Laurence era solitaria, pues su padre se pasaba el día trabajando y así evitaba estar en casa. Tampoco tenía amigos que pudieran echarle una mano, así que decidió internar a sus dos hijas en un colegio religioso, dirigido por monjas dominicas. «Recibimos una educación basada en el mérito y la humildad», recordó Carole. Pese a la atención de las monjas, la joven jamás perdonaría a su padre por abandonarlas. Ya adulta, admitió que solo pensaba en «escapar de mi propia vida»

La herida del abandono de su madre y la enfermedad de su padre, un cáncer del que se recuperó gracias a los cuidados de sus hijas, llevaron a una jovencísima Carole Bouquet a tontear con las drogas . La joven Carole buscó la noche y los clubes como escape a unos días grises junto a la cama de su convaleciente padre. Y encontró, además de diversión, drogas. Tuvo el buen juicio de no engancharse mortalmente, pero se enamoró y se casó con un adicto incorregible. Su primer marido, Jean-Pierre Rassam, se suicidó con una sobredosis.

Muchos años después, ya establecida y reconocida como actriz de culto y musa de Chanel , Carole Bouquet quiso reconectar con su madre, pero todos sus intentos fueron en vano. «Era muy bella, pero jamás se comportó como una madre. No sabía cómo querenos», la disculpó Carole Bouquet en una entrevista en la edición francesa de la revista 'Elle'. «Había demasiada ira, demasiados celos. No fue posible que nos acercáramos la una a la otra».