Alejandra Ruiz Rato, la hija más unida a Juan Antonio Ruiz /
Patricia Rato y Juan Antonio Ruiz Espartaco ya son abuelos. La gran noticia se la deben a su hija Alejandra que se ha convertido en mama primeriza al traer al mundo un bebé que pesó tres kilos al nacer y que lleva el nombre de Ginebra. La niña ha nacido después de dos años del enlace que unió a la hija mayor del torero con Ernesto Novales en la ermita de la Virgen de Setefilla en Lora del Río. Ginebra es la primera hija del matrimonio, pero también la primera nieta para el diestro, que no puede estar más contento ya que se trataba de una niña muy esperada.
El nacimiento de Ginebra y la alegría del torero vuelve a confirmar algo que ya sabíamos: que la relación entre Espartaco y su primogénita es muy especial, que siempre han estado muy unidos y que comparten un estilo de vida similar y muchas aficiones. De hecho, en una de las imágenes del perfil de Instagram de Alejandra Ruiz de Rato, podemos verla, cuando aún era un bebé, subida a lomos de un caballo. El resto de sus instantáneas son, en la mayoría, de esta guisa: más caballos, perros, incluso leones o elefantes. Quizás esto es lo que más le une a su padre, que elige la vida de campo y naturaleza antes que los locales de moda de una gran ciudad
Fue en noviembre del año pasado cuando Alejandra daba a conocer la buena noticia: estaba esperando un hijo. Poco después, era el futuro abuelo el que daba más datos: «Estoy felicísimo... Otra niña en la familia», decía desvelando el sexo del bebé que esta a punto de llegar al mundo.
La relación entre Espartaco y su hija mayor es muy especial, aunque a sus 60 años el torero puede presumir de tener una relación cercana con sus descendientes Alejandra, Juan e Isabella. «Gracias papá por ser mi gran héroe todos los días. Te quiero», le dedicaba la primera en una imagen de su boda.
A sus 31 años, Alejandra tiene formación en Empresariales y Marketing (aunque casi estudia Veterinaria), lo que le ha valido para gestionar la empresa de turismo que organiza visitas a la Dehesa Majavieja. Allí, en la Sierra Norte de Sevilla, celebró su boda con el empresario Ernesto de Novales.
Según publicaba Vanitatis, se ha quedado al margen de la estructura legal del negocio que dirige junto a su padre, pero como ella ha respondido, se trata de un cambio burocrático que no afecta en su día a día. Comenzó esa andadura profesional en 2019 de la mano de su padre, que vive en la finca familiar desde su divorcio con Patricia (se separaron en diciembre de 2010 poniendo fin a casi 20 años de unión). El espacio es «fruto del amor, respeto y agradecimiento de Juan Antonio Ruiz Espartaco al toro bravo», como defienden en la web.
Situado en la localidad de Constantina, se puede alquilar, pero su principal fuente de ingresos es la ganadería en la que Espartaco invirtió en 1993. Como él mismo ha declarado, desde entonces «vive por y para el toro bravo». Desde 2015, el torero dejó colgado el traje de luces y decidió emprender por otros lares.
Su relación es muy fluida y él define a Alejandra como «una persona excepcional y un cielo de mujer, aparte de guapa». Lo mejor para el padre es que la armonía es total, también entre sus hijos. «Están muy unidos», ha dicho. Una afirmación que se sostiene por las innumerables ocasiones en las que se les ha visto juntos y felices.
Alejandra es una gran aficionada de la vida rural y taurina, y, por eso, decidió unir su pasión ganadera y su profesión. Allí se ocupa, además, de todo el saneamiento y del terreno de más de 30 hectáreas que poseen frente a la finca y que han decidido emplear en la fabricación de un aceite de consumo propio.
En una de las últimas fotos que recoge esta sintonía de los hermanos aparecen abrazados en la boda de Alejandra con Ernesto de Novales, al que llaman Tito. Su esposo, empresario de 43 años, es director de Nodo Publicidad y Comunicación. Le pidió la mano después dos años y medio años de relación, en 2020.
La pareja quería alejarse de la crisis de la pandemia, con sus mascarillas y restricciones. Por eso esperaron, para coincidir con el levantamiento del estado de alarma, en mayo de 2021. No obstante, tampoco fue un evento multitudinario, con unas 60 personas. La ceremonia religiosa se ofició en el pequeño santuario de Nuestra Señora de Setefilla, patrona de Lora del Río, en Sevilla.
Alejandra Ruiz Rato en su boda junto su padre, Espartaco. /
El vestido, que recibió numerosos halagos por parte de la prensa, fue confeccionado por Alessandra Rinaudo, directora creativa de la firma especializada en moda nupcial. Ideado íntegramente en el taller de Pronovias, fue el resultado de 250 horas de trabajo. Llevaba una impresionante cola extraíble de más de tres metros de longitud y forrada con organza de seda.
Después de la boda, cuando le preguntaron a Patricia por su hija no podía ocultar su sonrisa. Contaba que Alejandra estaba muy bien, en el campo con su marido. «Ellos dos están viviendo un momento precioso». Además, confesó sus ganas de ser abuela primeriza: «Lo que decida mi hija Alejandra y su marido, pero menuda bendición sería. A mí me chiflan los niños».
En noviembre de 2022 Alejandra anunciaba su embarazo. «Ya en nada está aquí el bebé, pero sigo trabajando en Majavieja, todo va muy bien y estamos muy contentos. Todos los meses tenemos eventos y lo llevo personalmente, esta ha sido una apuesta muy personal en la que he tenido el apoyo de mi padre», ha confesado.
Fue su padre, Espartaco, el que ha dado más información. El torero se ha mostrado entusiasmado. «Estoy felicísimo, es una alegría para todos. Por fin voy a ser abuelo. Otra niña en la familia», ha manifestado. Era imposible disimular, el futuro abuelo está muy ilusionado.