De jóvenes enamorados (con boda secreta) a enemigos en los juzgados: cómo fue el divorcio que acabó en tragedia de Espartaco y Patricia Rato

Parecían una pareja modelo pero antes de que saltaran las alarmas parece que el matrimonio de Espartaco y Patricia Rato llevaba roto más de cinco años.

Patricia Rato junto a Espartaco. / gtres

Elena Castelló
Elena Castelló

Se casaron en secreto, de madrugada, el 8 de julio de 1991, sin la familia de la novia, en Espartinas, Sevilla. Ella era hija de un banquero y provenía de una importante familia de empresarios y financieros asturianos que se opuso desde el principio al enlace, y él, un joven torero de éxito, de una familia muy humilde, sin formación, que se había puesto delante del toro a los 12 años y tomó la alternativa con 16, de la mano de Manuel Benítez, El Cordobés.

El matrimonio entre Patricia Rato y Juan Antonio Ruiz, Espartaco , duró 19 años y se rompió en 2010, tras tres hijos en común. Ahora Patricia tiene un nuevo amor, Javier Moro . Fue una historia que sorprendió a la sociedad española por su romanticismo y cuya ruptura llegó también de improviso. Su imagen siempre había sido la de una pareja discreta y muy unida. Sin embargo, la pareja no podía ser más distinta.

Patricia y Espartaco se habían conocido en un festival benéfico, en 1989, en Madrid. Ella tenía 20 años y él le pidió su teléfono. Empezaron a llamarse durante largas horas, hasta que él la invitó a su finca. José Antonio Ruiz, Espartaco, era un chico sin estudios, que se convirtió en una de las grandes figuras del toreo en los años ochenta, y logró cautivar a Patricia, una chica bien de Madrid, criada en el Barrio de Salamanca, y sobrina del vicepresidente del Gobierno del PP Rodrigo Rato.

Se casaron en el santuario de Nuestra Señora de Loreto, cerca de Espartinas. Fue una boda por amor que anunciaron meses después. Luego se supo que ella estaba embarazada de su primera hija, Alejandra, que nació en enero de 1992. Luego llegarían Isabel y Juan Antonio. Patricia, educada en los mejores colegios, lo había dejado todo por él y se había ido a vivir al campo. Con el tiempo, la familia de ella fue aceptando la relación.

La pareja parecía una de las más estables, cuando llegó la ruptura por sorpresa. Nunca se ha sabido con exactitud el motivo. Se habló de infidelidades por ambas partes. Se dijo, incluso, que ella vivía un romance con Fran Rivera, pero todo se reveló falso.

Espartaco junto a Macarena Bazan. / gtres

Tres años después, Patricia inició una relación con el empresario Javier Moro, mientras Espartaco sigue a día de hoy con la abogada Macarena Bazán, funcionaria de la Junta de Andalucía, y de la que se dijo que fue la causante de la ruptura, aunque nunca se les puso fotografiar juntos.

Se conocieron cuando ella ostentaba el cargo de secretaria general de la Consejería de Medio Ambiente. La pareja se instaló en una urbanización de lujo de Huelva y pasaba temporadas en la finca de Sevilla, Majavieja.

Patricia se marchó a vivir a Madrid tras el divorcio. Espartaco, que ya estaba retirado de los ruedos, explicó la ruptura en un comunicado, que parece que también sorprendió a la propia Patricia, que entonces estaba de vacaciones con sus tres hijos en Cádiz.

«Siempre he procurado guardar la mayor discreción sobre mi vida privada«, explicaba el torero. »Hoy, ante la utilización interesada y manipulada que se está haciendo de mi privacidad, voy a romper mi norma de silencio por una vez -y espero que única- para aclarar determinadas cuestiones sobre las que nunca creí que tuviera que dar explicaciones».

Patricia paseando con Javier Moro, su actual pareja. / gtres

Espartaco se sentía perseguido por la prensa y por la aparición de filtraciones falsas sobre su vida privada. Y aseguraba que estaba siendo víctima de una persecución por parte de detectives privados. El diestro afirmaba que su matrimonio llevaba roto cinco años y que ya en 2005 habían firmado una separación de mutuo acuerdo y que, en 2010, habían firmado otro documento muy parecido.

«Oficialmente mi mujer y yo llevamos cinco años separados y, por si fuera poco, estoy sometido a una demanda de divorcio en un juzgado de Sevilla. Si salgo o dejo de salir con quien yo quiera creo que es mi derecho y a nadie tengo que rendirle cuentas. Salvo a mis hijas, que lo haré cuando pueda y crea conveniente (...) Mi vida es mía, como la de Patricia es suya» y añadía que nunca había abandonado a su familia.

Patricia presentó la demanda de divorcio y prefirió guardar silencio. «No voy a decir nada por respeto a mi misma y por respeto a los 21 años que he vivido con Juan. No diré nada ni ahora ni en un futuro, digan lo que digan», fueron sus únicas palabras entonces. Posteriormente nunca ha hablado del tema.

Patricia Rato y Espartaco. / gtres

Parecía evidente que habían seguido juntos por sus hijos, todavía muy pequeños cuando surgió la crisis. ¿Fue Espartaco quien decidió romper definitivamente al enamorarse de otra mujer? ¿O fue Patricia, que se sintió traicionada? En su comunicado, Espartaco habla de unas donaciones que habría hecho a su mujer y que ésta presentó en el juzgado para su ratificación, en contra de la opinión del torero, lo que desencadenó en él el convencimiento de que el matrimonio era irrecuperable.

Nunca sabremos todas las razones. Estos detalles pertenecen a la intimidad de la expareja. Sin embargo, Patricia declaró poco después a la periodista Paloma Barrientos que se sentía «muy triste, dolida por mis hijos y humillada como mujer» y que el comunicado no se ajustaba a la verdad. «No reconozco sus palabras». Según Patricia, la crisis de cinco años atrás se había superado. Se sentía rota.

La última foto del matrimonio fue el 26 de enero de 2010, en Sevilla, con sus hijas Alejandra e Isabel. Patricia sufrió, pero poco a poco ambos superaron los desacuerdos y hoy tienen una relación afable. Pactaron no aparecer con sus actuales parejas sentimentales, en el enlace matrimonial de su hija Alejandra.

Y llegaron juntos a la ermita de la Virgen de Sefecilla, a treinta kilómetros de la finca Majavieja, situada en la localidad sevillana de Constantina, donde se casó Alejandra. Patricia rehízo su vida. Hoy vislumbra un futuro de felicidad junto al empresario Javier Moro.

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