La herencia envenenada de Fernández Tapias: la guerra sentimental y judicial de sus hijos por su patrimonio multimillonario

«Cada familia infeliz lo es a su manera», dice Tolstoi en Ana Karenina, y quizá se equivocó en lo que respecta a la infelicidad de las grandes fortunas familiares. Parece ya un topicazo que los hijos de los grandes hombres de los negocios, los próceres hechos a sí mismos, declaren una guerra por el control del patrimonio paterno, al más puro estilo 'Succesion'. En el caso de Fernando Fernández Tapias, fallecido a los 84 años , así ha sido. La guerra por su herencia envenenada comenzó ya antes de su fallecimiento.

La biografía económica de Fernández Tapias, 'Fer' a veces 'Fefé' para los íntimos, desvela la avispada inteligencia del joven que aprovechó al máximo la oportunidad de entrar en la familia de Victoria de la Riva, su primera mujer e hija del influyente almirante asturiano Ángel Riva Suardíaz. Era, además, propietario de Vapores Suardíaz, un imperio naval que dejó en manos de Fernández Tapias cuando solo tenía 25 años.

En 'Señores de Galicia' (La Esfera de los Libros, 2008), el periodista Julián Rodríguez relata cómo un Fernández Tapias voluntarioso y trabajador, pero sin el Bachillerato, acudió a Deusto por órdenes de su suegro, habitual de la corte de El Pardo . Allí se formó en Dirección de Empresas para, a renglón seguido, ponerse al frente de la empresa naviera del almirante.

'Fefé' siempre reconoció el papel clave del Riva Suardíaz en su éxito posterior, culminado en la fundación de la Naviera Fernández-Tapias, joya de un imperio que incluyó dos conserveras, una compañía dedicada al control de calidad y una agencia de viajes. Fernández tapias fue, además, consejero de Unión Fenosa, Viajes Marsans y Construcciones OHL.

En 2004, Fernando Fernández Tapias vendió su empresa a Teekay Corporation por más de 650 millones de euros. Ya era la naviera especializada en petróleo más importante de España, la tercera de Europa y la décima del mundo, pero el siempre inteligente empresario supo dejarla ir en el momento perfecto.

'Fefé' liquidó su activo más importante, pero aún poseía empresas dedicadas al transporte de mercancías por carretera o servicios marítimos, con activos que en 2020 superaban los 120 millones de euros. En las listas de los más ricos de España, se cifraba en 2021 un patrimonio neto de 100 millones de euros. Una fortuna suculenta que, ahora, está en el punto de mira de sus hijos.

Las desgracias de Fernando Fernández Tapias carburan a golpe de divorcio. El empresario se casó tres veces y tuvo hijos con sus tres esposas, creando así tres frentes que se han movido estratégicamente. Con Chiqui de la Riva tuvo a Fernando, Borja, Íñigo y Bosco, fallecido en 2010 en un fatal accidente de buceo.

En 2021 se casó con Juana García-Courel, con quien tuvo a Juan Carlos y a Sandra, su secretaria y mano derecha en los negocios hasta que se declaró la gran guerra familiar . Su última y definitiva esposa, Nuria González, es la madre de sus dos hijos pequeños, el veinteañero Iván y la quinceañera Alma.

Fernando Fernández Tapias tuvo que batallar con sus propios hijos en un proceso judicial que trató de apartarle del control de su propia fortuna, pocos años antes de su fallecimiento. Sus tres hijos mayores, fruto de su relación con Chiqui de la Riva y los dos de Juana García Courel se aliaron para oponerse a las decisiones de su padre. El empresario tenía 82 años cuando apartó de sus cargos ejecutivos a casi todos sus hijos mayores.

La guerra familiar salió a la luz en marzo de 2021, cuando los tres hijos mayores interpusieron una demanda judicial que perseguía la incapacitación de su padre por un supuesto deterioro cognitivo. En este punto álgido de la guerra, tanto Sandra como Juan Carlos modificaron su posición, ya que no acompañaron a sus hermanos en la demanda. Sea como fuere, las decisiones de Fernández Tapias fueron refrendadas por el juez, quien no observó confusión alguna en el empresario.

Tras el escándalo de aquel juicio , Fernando Fernández Tapias echó cerrojazo sobre los movimientos familiares y empresariales, aunque sus siguientes decisiones desvelan un alejamiento definitivo de sus tres hijos mayores, Fernando, Borja e Íñigo, y una reconciliación con Juan Carlos, conocido como 'Tito' y el que más responsabilidad adquirió desde 2022 en las distintas sociedades de su padre. Las crónicas contaron que su decepción con Sandra, en cambio, había sido profunda e irrecuperable.

Mientras, Nuria González, última esposa de Fernando Fernández Tapias y madre de sus dos hijos pequeños, es apoderada de siete de las sociedades del naviero y administra dos sociedades más, en total un monto de actividad superior a los 100 millones de euros. Vive, además, en una gran mansión en Puerta de Hierro, con arquitectura años 50, mayordomos uniformados, Tàpies en las paredes y lacas chinas.

Con el terremoto familiar que supuso la cruenta guerra judicial que terminó con el alejamiento definitivo entre Fernando Fernández Tapias y cuatro de sus hijos, cabe esperar un reparto de la herencia disputado. Imposible que el empresario no haya dejado todo atado y bien atado para que sus más queridos reciban la mayor. Improbable que los menos atendidos en el reparto no opongan resistencia.

Dicen que aquella extraña demanda en la que los hijos de Fernández Tapias llevaban todas las de perder venía motivada por la previsión de una cercana disputa judicial con su viuda por la herencia . Sin duda, más pronto que tarde sabremos si Nuria González debe pleitear con los hijos traidores del empresario para atesorar el monto de liquidez y propiedades que Fernández Tapias quiso para ella y sus hijos.