CENTENARIO DE SU NACIMIENTO Lola Flores o cómo seducir a las mujeres con poder: así se metió en el bolsillo a Carmen Polo, la duquesa Cayetana de Alba o Esperanza Aguirre

El genio de Lola Flores no tenía límites. Como buena superviviente, se metió en el bolsillo a Carmen Polo, se hizo amiga de la duquesa de Alba Cayetana y sedujo a Esperanza Aguirre. No se le resistía (casi) nadie con poder.

Lola Flores supo poner su encanto popular y su sentido del humor al servicio de unas inteligentísimas relaciones públicas. Se metió en el bolsillo a las mujeres con más poder de su época. / GTRES

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

Celebramos el centenario del nacimiento de Lola Flores , la folclórica más querida de la historia de la copla que este 21 de enero hubiera cumplido 100 años. Poco se puede añadir ya de su arte, reconocido en premios, homenajes, documentales y hasta anuncios. Sin embargo, aún queda mucho por recordar de su genial personalidad, un don que le permitió meterse en el bolsillo a las mujeres más poderosas (y temidas) de su época.

Como buena diosa popular, una mujer hecha a sí misma que comenzó bailando descalza sobre el mostrador de una taberna (tenía cinco años), Lola Flores era una superviviente. Seductora y atrevida, su desparpajo natural le permitía operar en una frecuencia de onda que hacía gracia a los más poderosos: se atrevía a decir cosas que, aunque inofensivas, pocos se atrevían a decir.

Ejemplo de desparpajo de Lola Flores, del famoso conflicto de la cantante con el ministerio de Hacienda, a finales de los años 80: «Si una peseta diera cada español… Pero no a mí, a dónde tienen que darla, quizá saldría de la deuda y entonces me iría al estadio para tomar una copa con ellos y llorar de alegría».

Así se manifestaba Lola en 1989 y ante el juez que la encausó por no presentar la declaración de Hacienda durante diez años consecutivos. La cantante se quejó amargamente frente a una clase política, el PSOE de Felipe González y su ministro Josep Borrell, que no la cobijó. «Yo esperaba que los importantes me dijeran: 'Lola, vente p'acá, que queremos habar contigo'. Pero no me dijeron nada», explicó la matriarca.

Lola Flores hizo frente a su deuda con Hacienda vendiendo su mítico piso en la calle María de Molina de Madrid, por el que pasó el Hollywood del productor afincado en España Samuel Bronston. / @lolitafoficial

Más tarde, cuando el Tribunal Supremo confirmó una condena por la mínima (pagó 28 millones de pesetas), Lola dejó salir toda la rabia acumulada con otra frase tanto o más histórica. «Los políticos que me ha hecho daño serán sustituidos», advirtió en televisión. «Pero yo no tengo sustituta. Me moriré siendo Lola Flores».

Para entender el enfado de Lola Flores y su sensación de desprotección no solo hay que entender cómo se utilizó su figura para apuntalar la campaña 'Hacienda somos todos' y desincentivar el fraude. También su especial relación con el régimen anterior, con la dictadura de Franco. No solo de Lola Flores, sino de tantos mitos de la copla y el folclore que se congraciaron para conseguir la protección de su paternalismo.

Cómo Lola Flores logró caerle en gracia a Carmen Polo, la adusta esposa de Francisco Franco

Cada 18 de julio, Lola Flores asistía sí o sí a la fiesta que Franco organizaba en los jardines del Palacio de la Granja (Segovia), con gala artística incluida. Por allí pasaron Imperio Argentina, Concha Piquer, Juanita Reina, Paquita Rico, Juanito Valderrama, Sara Montiel, Marisol, Roció Dúrcal, Manolo Escobar, Rosa Moreno, Julio Iglesias, Víctor Manuel, Raphael, Massiel… Todos, fuera cual fuera su ideología.

Lola Flores se declaraba franquista durante el régimen y, posteriormente, «juancarlista de corazón». Circula una anécdota sobre su relación con el matrimonio Franco muy significativa. Parece que, durante la fiesta, Franco pasó al lado de Lola y está se echó a llorar «por efectos de la emoción al verlo y porque yo estaba embarazada de mi segundo hijo«, según relató la cantante.

Carmen Polo y Lola Flores charlan entre risas en uno de sus múltiples encuentros. / gtres

«Pero, ¿por qué lloras, Lolita? ¡Si tú eres la alegría de todos...! Si acaso, quien debería llorar sería yo, que estoy lleno siempre de problemas…», le dijo el dictador. Más tarde, ya ante las cámaras de televisión, Lola Flores se dirigió a Carmen Polo llamándola «'la generalísima», cosa que a Franco le hizo muchísima gracia y la congració para siempre con la primera dama franquista.

En plena crisis con hacienda, Lola Flores volvía a recordar la especial protección que disfrutó bajo el régimen. Decía Lola: «Franco me dio paz, y se lo agradezco en nombre mío y de mis hijos. En aquella época no había tanta delincuencia, ni tanta droga, ni tanto sinvergüenza haciendo desfalcos, porque esa es otra, yo cometí una negligencia, pero estos de ahora se han llevado el dinero a manos llenas».

Cayetana Fitz-James Stuart , duquesa de Alba, invitaba habitualmente a su caseta en la Feria a Lola Flores. / @EUGENIAMARTÍNEZDEIRUJO

Otra amiga inesperada de Lola Flores fue la duquesa de Alba , Cayetana Fitz-James Stuart. Las unió su pasión por la cultura andaluza y el baile flamenco y, de hecho, existen bastantes fotos de ambas en tablaos, en la feria o en fiestas privadas. Cuidado: no eran sencillamente conocidas que coincidían en fiestas. La duquesa Cayetana asistió al bautizo de Antonio, el único hijo de Lola, en 1961.

La amistad entre Cayetana de Alba y Lola Flores continuó intacta hasta el final de la vida de la cantante. De hecho, en 1994, en el homenaje que Antena 3 dedicó a la estrella por recibir la Medalla de Oro de Mérito del Trabajo, participó la misma duquesa, que quiso acompañar a su gran amiga en un momento tan importante de su carrera.

Existen múltiples testimonios gráficos de la complicidad entre Cayetana de Alba y Lola Flores, ambas grandes amantes del baile flamenco. / @eugeniamartinezdeirujo

Otra mujer poderosa que Lola Flores se metió en el bolsillo fue Esperanza Aguirre. Lola la entrevistó en «Sabor a Lolas»,el programa que presentaba en Antena 3 con su hija Lolita. Corría 1993 y Aguirre era concejala de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Madrid, pero ya se desenvolvía perfectamente en televisión. Fue un encuentro entre dos verdaderas faraonas que tenían, además, una conexión secreta en común.

En aquellos primeros años 90 (Lola falleció en 1995), la cantante solía escaparse a la sala Caracol, el templo del flamenco moderno de Madrid. Lo inauguró la Niña de los Peines, ya muy mayor, pero Lola fue su mejor pregonera. Antonio Carmona, productor de Rosario, la llevó por primera vez a la mítica sala, fundada precisamente por su mujer, Mariola Orellana. Pero no solo por ella.

En la puerta de la sala Caracol, en 1994 (de izquierda a derecha): Piedy Aguirre, Paco de Lucía, Mariola Orellana, Rocío Aguirre y Antonio Carmona. / @mariolaorellana

Mariola Orellana puso en marcha Caracol, el último sitio de recreo de Lola Flores, junto a (¡sorpresa!) Rocío y Piedy Aguirre, hermanas de Esperanza Aguirre. Grandes aficionadas al flamenco y figuras centrales de la movida madrileña, cierran el círculo de la secreta relación de Lola Flores con la familia Aguirre-Gil de Biedma.

«Me acuerdo perfectamente del día que llegó Lola en el coche», recordó Rocío en una entrevista en 'Vanity Fair'. «Llevaba muchísima gente con ella. Era impactante. Tenía una luz increíble, y esa esa mirada… Era una estrella».