Lorena García en el plató del programa Espejo Público. /
Lorena García se ha puesto al frente de Espejo Público un verano más durante el periodo vacacional de Susanna Griso . Un trabajo que ha vuelto a abordar con la solvencia que le caracteriza y la misma ilusión. Esta semana arrancaba la nueva temporada, en la que hay grandes cambios no solo en el programa sino también en la competencia: «Como cada verano, un reto maravilloso y apasionante. El día que cogí los mandos de Espejo fue el día después de las elecciones. La temporada nueva es un reto apasionante, porque este año tenemos los objetivos muy altos y esperamos cumplirlos», nos dice.
Para Lorena, natural de Guadalajara, su compañera Susanna Griso es un referente periodístico con el que trabaja día a día, con enorme compenetración, según nos cuenta: «Es un lujo tenerla al lado desde el punto de vista profesional y también personal. Esto es muy importante. No solo es una curranta, es que personalmente es maravillosa. Lo bueno de Espejo es que somos un buen equipo, eso se nota, en el trabajo y en el día a día.
Este año, Lorena García ha publicado el libro 'Educar es ser un espejo: Una aproximación a la salud mental' (Salud y bienestar) junto al psiquiatra José Carlos Fuertes Rocañín, del que ha quedado muy satisfecha por lo didáctico y útil que puede resultar a cualquiera que se acerque a sus páginas: «La idea me la plantea el doctor Fuertes, que aporta la faceta médica, psiquiátrica, mientras que yo aporto la social, la de ser madre. Para mí es como saltar al abismo porque jamás me había planteado escribir un libro, especialmente cuando se trata de algo tan delicado como la salud mental», nos explica.
«Según me iba contando cuál era su idea me enamoré del proyecto y me doy cuenta de la necesidad que hay de manuales de ese tipo. En ese momento ya tenía a mi hijo Mario y la salud mental es algo que siempre me había preocupado, en mí misma, en quienes me rodean y, sobre todo, en los niños. Son asuntos que me preocupan muchísimo y a veces los padres estamos muy perdidos. Es fundamental que estemos muy pendientes de ello desde que son pequeñitos porque, además, son los adultos del futuro. Escribiendo el libro me di cuenta de la importancia que hay de cuidarlo desde el minuto uno. Porque los niños son esponjas, para lo bueno y para lo malo, y puede dejar marcas para su salud mental».
Lorena es madre de dos niños, el ya mencionado Mario, y una niña, Gabriela y le planteamos si tiene en cuenta, como se hacía décadas atrás, la distinción entre géneros a la hora de educarlos: «En mi casa no hacemos distinción alguna. Están educados exactamente igual y hacen las mismas actividades. Gabriela es todavía muy pequeñita y no va al colegio, pero irá al mismo cole que Mario. Va a las mismas extraescolares que su hermano, a la piscina, a inglés… Juegan mucho juntos porque se llevan muy bien y a ambos les apasionan los coches. Aquí se juega indistintamente con los coches y las cocinitas. De hecho, la cocinita con la que juegan es de Mario», nos explica.
«Al final los niños hacen lo que ven en casa y enla nuestra somos corresponsables todos. Mi marido es el primero que cocina y colaboramos por igual los dos. Lo importante es que los niños normalicen lo que ven. No tanto educarles en la igualdad sino que vean la igualdad. Desde mi experiencia, no puedo tener ni la más mínima queja. Mi marido hace lo mismo que yo en casa, incluso en ocasiones más. Esto va en función de los trabajos de cada uno y es verdad que yo tengo un trabajo más absorbente que él y muchas veces lleva el peso de todo, de la casa y de los niños», nos recalca.
El trabajo de Lorena García en Espejo Público le obliga a madrugar mucho, lo que predetermina cómo organizan su día a día: «Sobre todo, tenemos horarios muy estrictos de sueño. Aquí, a las nueve o las nueve y cuarto los niños ya están dormidos y nosotros nos permitimos la licencia de una media hora o tres cuartos para poder hacer un poco de vida marital, conversaciones, ver una serie, leer un libro, lo que sea… A las diez o diez y cuarto ya estamos en la cama. Somos muy disciplinados con los horarios de sueño, porque al final el despertador suena a las cinco y media de la mañana. Y la agenda de Mario y la mía están bastante completas»
Uno de los grandes retos de la sociedad contemporánea, en la que tanto hombres como mujeres están plenamente volcados en sus respectivas facetas profesionales es la conciliación familiar: «Yo soy una privilegiada. Tengo la suerte de que mi horario me permite compaginar bien la maternidad. Trabajo por la mañana y los niños están en el cole o en la escuela infantil. Mi marido tiene un horario que nos permite organizarnos bastante bien. Además tengo la suerte de poder pasar toda la tarde con ello. El problema son las vacaciones o el verano. ¡Tenemos que hacer un sudoku! Pedir de ayuda, tirar de abuelos o campamentos de verano».
Lorena García ha logrado compaginar su trabajo con la maternidad. La presentadora es madre de dos hijos. /
Una de las aficiones favoritas de Lorena y su marido es viajar, pero sus dos hijos nunca han cambiado este hábito: «Nosotros nunca hemos renunciado a viajar con los niños. De hecho, el primer viaje de Mario fue con nueve meses a Moscú. No nos impidió hacer ese viaje, que nos apetecía mucho. No nos hemos puesto límites por ese motivos. No es lo mismo que viajar dos adultos, un niño y un bebé, que es lo que tenemos ahora mismo, pero adaptándolo se puede hacer. No renunciamos a ese disfrute familiar».
Lorena García se muestra muy satisfecha con su vida laboral actual, pero le planteamos si le queda alguna meta que le gustaría alcanzar: «Ya sabes que el periodismo y en la televisión, que es donde más he trabajado, todo cambia mucho. Cada temporada es un mundo. No sabes muy bien dónde vas a estar la siguiente. En ese sentido no me cierro ninguna puerta. Es verdad que he conseguido mucho más de lo que había pensado en su día. La Lorena estudiante de Periodismo ni se atrevía a soñar a estar en un programa de la categoría de Espejo Público y al lado de una profesional como Susanna Griso y el resto de componentes del equipo, además de una casa como Atresmedia. Estoy más que satisfecha».
A propósito de cómo gestionar el ego, la vanidad y la popularidad nos comenta lo siguiente: «Eso lo tengo muy asumido, no sé si por educación o por lo que he aprendido en casa. Sigo siendo la misma persona que antes de salir en la tele. Cuando salgo de la tele soy la misma persona. No le doy importancia a eso y sé que llama la atención el salir por la tele, pero lo mejor que me puede decir alguien que me quiere es qu e soy la misma persona. Para mí es lo mejor. Entiendo que puedes estar tentada, no porque tú te lo creas sino por lo que los demás ven por la tele, por ese aura de misterio. Soy muy consciente de que un día estás y a la siguiente no y no pasa nada, porque la tele es así de ingrata. Si no asumes eso mueres de un microinfarto cada fin de temporada».
Lorena García siempre ha reivindicado sus raíces y sus orígenes: «Eso siempre, creo que no hay que perder lo que te hace lo que tú eres: el ambiente en el que me criado, mi familia, mi tierra. Eso soy yo, esa es Lorena García. No se debe perder nunca y es donde más a gusto estoy. Para mí irme a mi pueblo cada fin de semana con mis niños y mi marido es un regalo, darme una vuelta por mi Guadalajara natal, darme una vuelta por Talavera de la Reina, donde estuve viviendo tantos años y desarrollé una parte profesional allí. Cambie lo que cambie mi mundo profesional, eso no va a cambiar, va a seguir estando».
Le pedimos a Lorena para concluir un deseo y no duda un segundo: «Salud. Es lo único que le pido a la vida. El resto va y viene. La fama es de ida y vuelta, el dinero es de ida y vuelta. El salud de los míos y la mía propia es lo único que no está en nuestra mano. El resto irá o vendrá, pero sin salud no eres nada. Tanto la salud física o la psíquica. Si no estás bien mentalmente no lo estás físicamente. Si tienes una angustia existencial, si tienes un trastorno de alimentación, si tienes a un familiar enfermo… Pensando en mis hijos, que estén bien, que no desarrollen una depresión infanto-juvenil, que las hay y son durísimas. Es imposible ser feliz cuando tienes a un hijo mal. Pido salud física y mental para mí y para los míos».