Obituario

Muere Concha Velasco a los 84 años: adiós a la inolvidable chica yeyé que tuvo un matrimonio trágico y se reconstruyó gracias a la televisión y el teatro

Concha Velasco ha muerto a los 84 años. Encarnó la alegría de vivir como la chica yeyé del cine español de los 60. Pocas actrices han sido tan queridas.

Concha Velasco se dejó la vida y la cuenta corriente en el teatro: su vocación y su incansable trabajo la convirtieron en gran dama del teatro, junto a Nuria Espert y Lola Herrera. / gtres

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

Concha Velasco ha muerto este sábado en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda a los 84 años. Después de un tiempo retirada de la escena pública y los escenarios, la actriz y cantante nos ha dicho adiós. Pocas artistas han sido tan queridas y respetadas como ella.

En una de sus últimas apariciones en televisión, en el programa 'Lazos de sangre' de Televisión Española, Concha Velasco sorprendió a casi todos al contar un episodio más de su apasionada y apasionante vida: desveló que la identidad del padre de su primer hijo, Manuel, mantenida en secreto durante más de 40 años, era Fernando Arribas, el director de fotografía fallecido solo dos meses antes. Así era Concha : alegre y vivísima en la forma, pero con los rasguños de grandes tragedias arrañando su fondo. Ha fallecido hoy, a sus 83 años y a consecuencia de un cáncer.

Lo cierto es que Concha Velasco llevaba desde verano de 2021 enferma, aunque eso no impidió que siguiera presente en el entretenimiento con nuevos proyectos, como un dueto junto a Enrique del Pozo grabado en 1996 que ha visto al luz en estos días. Además de los cuidados de sus hijos Paco y Manuel, no le faltaron las visitas de famosos que también pudimos ver en los medios de comunicación, de sus íntimos José Sacristán o Alberto Closas Jr. a Isabel Díaz Ayuso, a la que admiraba mucho.

Concha Velasco (Valladolid, 1939) pertenece a una generación de actrices que conectó especialmente con su público, gracias a la irrupción revolucionaria de la televisión. Hablamos de Carmen Sevilla, Rocío Dúrcal o Marisol. Todas triunfaron en el cine, Conchita como la inolvidable chica yeyé de 'Las chicas de la Cruz Roja' (1958) o 'El día de los enamorados' (1959), ambas junto a Toni Leblanc. Pero, además, fueron las primeras en asomarse a la pequeña pantalla en programas y películas que fascinaron a una España en mutación.

Velasco fue en los 60 el equivalente a Jennifer Aniston en los 90: la guapa vecinita de al lado que, sin ser despampanantemente sexy, enamora. De hecho, su no encajar en el papel de ingenua total le permitió explorar matices dramáticos hasta en las películas más estereotipadas. Conchita Velasco era guapa pero no tonta: por algo llevaba en el negocio desde los 15 años. Trabajó al ritmo de una película al año, a veces dos. Y se enamoró. En alguna ocasión sin ser correspondida, como con Manolo Escobar. A veces de señores casados.

Quiénes fueron los grandes amores de Concha Velasco

El director de cine José Luis Sáenz de Heredia fue uno de sus romances fallidos: el primo de José Antonio Primo de Rivera tenía 49 años y estaba casado cuando conoció en un rodaje a la joven Concha, de 21. Era el director oficial del régimen de Franco, para el que dirigió 'Raza', con argumento obra del mismo dictador. La pareja mantuvo su romance clandestino durante 11 años y seis películas, hasta que una treintañera Concha dijo basta. Quería casarse.

Concha Velasco junto a su hijo, con el que trabajo en varias obras de teatro. / gtres

En 1970, aún más Conchita que Concha, coincidió en la obra de Buero Vallejo 'La llegada de los dioses' a Juan Diego. El flechazo entre la chica yeyé del franquismo y el rojísimo simpatizante comunista fue instantáneo. «Juan Diego era arrasador, combativo, te hacía tomar conciencia y te hacía tomarla de forma apasionada, me hizo descubrir a los 31 lo que tenía que haber vivido a los 18», escribió Concha en sus memorias, 'El éxito se paga'.

Juan Diego fue la Transición de la actriz, que cambió su nombre definitivamente su nombre al adulto Concha. Lo dejaron en 1975: «No acababa de gustarme nuestra relación: yo me quería casar y formar una familia, y él no», recordó Velasco. Por entonces ya mantenía una relación secreta con Fernando Arribas, también casado, y anunció que sería madre soltera de Manuel: fue un escándalo. Ya había conocido a Paco Marsó, del que se encaprichó en 1966, en el rodaje de 'Don Juan Tenorio'.

Por qué fue desgraciado el matrimonio de Concha Velasco con Paco Marsó

La boda llegó en 1977 y precisamente con Paco, diez años más joven y ya padre de una niña, Diana Patricia. Juntos tuvieron un niño más: Paco Jr. No deja de ser injusto que una actriz de tanto talento como Concha Velasco corra el peligro de ser definida por un matrimonio tan apasionado como desgraciado.

No por los lujos que se daban, sino por las adicciones, juergas e infidelidades de Marsó y producciones carísimas que no respondieron en taquilla (el musical 'Hello Dolly' o 'La truhana', por ejemplo). La pareja se arruinaba una y otra vez. La puntilla llegó de Hacienda: Concha debía más de 700.000 euros.

El día de la boda de Concha Velasco y Paco Marsó, en 1974. (Foto: GTRES)

Las desavenencias económicas fueron un quebradero de cabeza tan importante como el desamor, aunque solo su dependencia sentimental de Paco Marsó, convertido ya en su productor y agente, la puso al borde del suicidio. «¿Separarme de Paco? Si no tengo tiempo ni de ir a la peluquería, figúrate ir al abogado... Y además, para repartirnos qué. Sólo tenemos deudas», contestaba cuando le preguntaban por qué seguía con un hombre al que tachaba de vividor.

Lo cierto es que Concha Velasco también vivió con Paco Marsó años de esplendor y gloria. Desde su giro intelectual y dramático en los años 70, a su consagración en los 80 con la serie 'Teresa de Jesús' (1983), de dirigida por Josefina Molina, o las obras de teatro 'Mamá, quiero ser artista' (1986) y 'Carmen, Carmen' (1988).

Por qué la gran tragedia de la vida sentimental de Concha Velasco fue Paco Marsó

Supo desde el principio que su marido, Paco Marsó, no iba a ser el soñado príncipe azul: ella misma contó que desapareció en su noche de bodas. En unas memorias publicadas en 'Pronto' se cuenta: «Asustada y hecha un mar de lágrimas llamó a su suegra, que le dijo: «¡Uy, hija! Ya te acostumbrarás'. Y me acostumbré», reconocía años después una desencantada Concha».

Los 90 fue la década tormentosa, con Concha Velasco ingresando más dinero que nunca (ya hacía audiencias millonarias en televisión con 'Viva el espectáculo', 'Querida Concha' o 'Sorpresa, sorpresa') y habitaciones separadas en casa debido a las infidelidades de Paco Marsó.

Pese a los ingresos multimillonarios, Concha tuvo que vender el chalet familiar en La Moraleja en 2002.En 2005, la actriz no soportó más la presión y se separó de Marsó. «Le eché de casa porque estaba cansada de que viniera tarde o de que no viniera, y de que, cuando lo hacía, muchas veces durmiera en el pasillo, reconoció.

Concha Velasco junto a Alberto Closas'. (Foto: GTRES)

En realidad, fue él quien finiquitó definitivamente en 2010. «Noté que esa vez era para siempre, porque se había enamorado de una chiquita joven, que es lo que suele pasar», admitió la actriz con el tiempo. Paco Marsó se comportó entonces de manera cruel. Acudió a los platós de televisión a airear los trapos sucios de su matrimonio. Y confesó que había sido infiel, incluso con prostitutas; que la había arruinado, y que tenía una reconocida adicción por el juego, llegando a perder un millón de pesetas en sólo una noche.

Una de esas noches en las que Marsó hablaba de su vida privada con Concha Velasco en Telecinco, la actriz le contemplaba desde un hotel de carretera en el que vivía con su perrita, después de haber tenido que vender su chalet y sus dos pisos. Contempló en directo cómo el amor de su vida decía que nunca la había querido y que su relación no fue auténtica.

Cómo Concha Velasco se salvó de un intento de suicidio gracias a Andreu Buenafuente

En un momento de dolor y sola frente a la tele, Concha Velasco echó mano de las las pastillas para dormir que tenía en ese momento y se las tomó con alcohol. Por suerte, antes de caer inconsciente cambió de canal y un monólogo de Andreu Buenafuente le provocó un ataque de risa tal que le hizo vomitar. Así se frustró su intento de suicidio.

Pocos meses después de este trágico momento, Paco Marsó murió de un derrame cerebral. «Todas las mañanas me levanto y la primera persona en la que pienso es Paco Marsó, y la última en la que pienso antes de acostarme es Paco Marsó», admitió años después la actriz.

El último trabajo que su marido orquestó para ella, un contrato para publicitar una marca de compresas para la incontinencia urinaria, pasó de suponer algo humillante a rescatarla de la ruina total. Fue su salvavidas económico en los años más duros de su última etapa vital, cuando aún trataba de pagar todas deudas.

(Concha Velsco y Carmen Sevilla. (GTRES)

Por suerte, los premios y un curriculum impresionante fueron borrando los dramas de su vida personal y realzando su insumergible vocación de actriz. Concha Velasco rodó 77 películas, también para Berlanga, Mario Camús, Josefina Molina o David Trueba; actuó en 31 obras de teatro, incluidas clásicos como 'Hécuba' o textos escritos por Antonio Gala.

Concha Velasco presentó 11 programas de televisión y participó en 19 series y grabó 11 discos. Era, además, una consumada bailarina: estudió danza clásica y española entre los 10 y los 20 años en el Conservatorio Nacional y comenzó, precisamente como bailaora flamenca, en la compañía de Manolo Caracol.

Recibió todos los premios: el premio Goya de Honor 2013, la Medalla de Oro de la Academia de Cine 2003, la Medalla de Oro del Mérito en el Trabajo 2008, el Premio 'Toda una vida' de la Academia de Televisión 2009, la Medalla de Honor del Círculo de Escritores Cinematográficos 2010, el Premio de la Unión de Actores 2012, el Valle-Inclán de Teatro en 2015 y el Premio Nacional de Teatro 2016, entre otros.

Sus amigos la adoraron: Luis del Val, Pepe Sacristán, Pepe Viyuela, Ana Belén y Víctor Manuel, Fiorella Faltoyano, Fernando Méndez-Leite, Pedro Olea, Andreu Buenafuente, Silvia Abril… Y otros tantos que acudieron a visitarla a la residencia donde la cuidaron hasta su fallecimiento. No superó un cáncer. Tenía 83 años.