seis años de amor
seis años de amor
Han cumplido seis años de relación, pero Alexandra de Hannover, la hija pequeña de Carolina de Mónaco, y su novio el alemán Ben-Sylvester Strautmann parece que se resisten a pasar por el altar. Sin embargo, el joven está plenamente integrado en la familia Grimaldi. Asiste a los Bailes de la Rosa y acompaña a Alexandra a numerosos eventos deportivos y sociales.
También asistieron juntos a la boda de Carlota Casiraghi y Dimitri Rassam, en 2019, en La Provenza. Disfrutan juntos de sus vacaciones en la Costa Azul, cada verano. Les unen muchas cosas: ambos son de origen alemán y se han criado en el Principado. Pero Alexandra es la única hija de Carolina que todavía no ha dado el «sí, quiero».
Alexandra y Ben-Sylvester comenzaron su relación a finales de 2016. Se conocían desde hacía varios años, porque frecuentaban los mismos círculos, pero fue entonces cuando la amistad se convirtió en algo más. Quizá una de las razones por las que todavía no han pasado por el altar es que Alexandra tiene apenas 23 años y se considera demasiado joven para convertirse en una mujer casada.
Él tiene un año más y está terminando sus estudios de administración de empresas en Londres. En la adolescencia fue un destacado jugador de baloncesto: llegó a formar parte del equipo nacional de Mónaco sub-18. Sus padres se dedican a la banca. Su madre, Sabine Holz-Strautmann, trabaja en un banco internacional, y su padre, Joachim, en un fondo de inversión monegasco.
Proceden de la Baja Sajonia, la misma región de la que proviene Ernesto de Hannover. Cuando Ben era pequeño, la familia se mudó a Mónaco y es allí donde el joven ha hecho sus amigos y su vida. El matrimonio con Alexandra supondría para el joven emparentar con una de las familias nobles más importantes (y ricas) de Europa.
Alexandra es princesa de Hannover, duquesa de Brunswick y Lüneburg y princesa de Gran Bretaña e Irlanda –aunque no ha reclamado sus derechos– y nació en Vöcklabruck, en Austria, pocos meses después de la boda de sus padres. Carolina y Ernesto se casaron el 23 de enero de 1999.
Alexandra creció fuera de la atención de la prensa y vivió a las afueras de París, en Le Mée-sur-Seine, durante su primera década de vida. En el verano de 2009, se mudó a Mónaco y allí fue a L'Institut François d'Assise Nicolas Barré, un centro escolar católico, hasta su graduación. Su relación con Carolina es muy cercana. Ella ha sido su ojito derecho y ha llevado una vida discreta, muy distinta a la de sus hermanos mayores.
Hoy sigue una vida tranquila. Es una joven seria y reflexiva. Jamás se ha convertido en el centro de las miradas, salvo por sus apariciones en algún evento deportivo o sus elecciones de vestuario para el Baile de la Rosa. Parece que no ha decidido cuál va a ser su futuro, a pesar de que es una apasionada del arte y de la moda, y se ha convertido en asidua acompañante de su madre en los desfiles de Alta Costura de Paris.
Tras concluir la escuela, Alexandra se instaló en Nueva York y allí comenzó a estudiar Ciencias Políticas y Filosofía en la prestigiosa Universidad de Columbia. Parece que esperará a estar realmente segura de su relación para anunciar su enlace.