EN EL PUNTO DE MIRA
EN EL PUNTO DE MIRA
La vida amorosa de la princesa Amalia de Holanda sigue dando mucho que hablar tanto dentro como fuera de las fronteras del pequeño país europeo. Sobre todo ahora que se han enfriado los rumores de una relación sentimental entre la hija mayor de la reina Máxima y el rey Guillermo Alejandro con el príncipe Boris de Bulgaria, hijo del recordado Kardam de Bulgaria, y Miriam de Ungría, ahora casada con Ghazi bin Muhammad, un primo de Abadlá de Jordania.
Ambos parecen ser actualmente tan solo buenos amigos, aunque la propia heredera al trono de los Países Bajos guarda silencio sobre el tema. Pero eso no significa que la princesa Amalia no sepa exactamente lo que busca. Y a tenor de sus propias palabras y de la opinión de los expertos, es poco probable que sea un chico normal, sin un cierto perfil concreto.
Cierto es que la joven royal, que acaba de cumplir 21 años y cada vez gana más protagonismo dentro de la familia real, acaba de salir de unos meses complicados. Tras recibir amenazas de muerte por parte de una organización criminal, se refugió en secreto durante un tiempo en Madrid, donde Letizia fue una segunda madre para ella. En la capital de España pudo encontrar la libertad que le faltaba en su país, aunque ahora se muestra feliz por haber regresado a Holanda.
«Ella tiene preferencia por ciertos chicos», ha explicado en la televisión holandesa RTL, de forma un tanto enigmática, el experto en realeza Jeroen Snel. Unas palabras que habría confirmado la propia Amalia al autor que escribió su biografía con motivo de su 18 cumpleaños.
«Me dijo que le gustan los hombres que siguen ciñéndose al protocolo y a cómo deben ser las cosas», añade el experto, confirmando que a Amalia le van los hombres clásicos y formales. Es, por tanto, muy improbable que la princesa elija como primer novio formal a «un estudiante normal y corriente que aún pueda tomarse veinte cervezas». Snel zanjaba la cuestión diciendo que no cree que la primogénita de Máxima «caiga en esa trampa».
Amalia de Holanda en el Prinsjesdag, el día de la apertura oficial del Parlamento de los Países Bajos. /
En el mismo programa, otra experta en la familia real holandesa, como es Annemarie de Kunder, también opinaba que es más probable que Amalia de Holanda encuentre la felicidad en otro lugar. «Por supuesto que conocerá a mucha gente nueva en la fraternidad estudiantil». Sin embargo, hay que tener en cuenta que viaja a menudo al extranjero debido a su papel real. « En fiestas y bodas en España y Austria, por ejemplo, ahí es donde se mezcla con la aristocracia europea», explicaba de Kunder. Quizá el príncipe azul de Amalia aguarde en el próximo cónclave royal.
Sobre Amalia y el amor hablábamos en Mujerhoy con Justine Marcella, autora del último libro sobre la vida de la princesa titulado Amalia, The Royal Lifestyle. La escritora nos comentaba que aunque «muchas personas sin sangre azul se han casado con príncipes y princesas, pensar que un miembro de la realeza puede casarse con cualquiera es una utopía«.
A la hora de pensar en un futuro rey consorte, en la mente de muchos políticos está el recuerdo de la agria polémica por el pasado del padre de Máxima durante el régimen del dictador Videla. « Si se enamora de un príncipe heredero, también será un problema», nos contaba también Marcella. »Amalia no puede ser reina de dos países. Un matrimonio con, por ejemplo, Moulay Hassan, príncipe heredero de Marruecos, no es, por tanto, una opción. Se casará con el corazón, pero con alguien que haya sido aprobado».
Más allá de sus asuntos del corazón, la autora nos insistía en que su pueblo guarda «una estima altísima a Amalia», una princesa a la que ven «muy entregada a su papel». La opinión general en su país es que «cuando se fue haciendo mayor y empezó a hablar con la prensa, en televisión, de manera espontánea, todo el mundo estaba maravillado por lo inteligente y empática que es».