A Corinna Larsen se le quedó clavado que Juan Carlos I tuviera la osadía de invitar a su hija Anastasia Adkins, de entonces 24 años, a un barco con señores de 78 años. La amiga y (según cuenta en su podcast 'Corinna y el rey') amante del emérito se lo confesó al comisario jubilado José Manuel Villarejo; sentía que todo era una táctica para perjudicarla. Pero meter a sus hijos eran palabras mayores.
La empresaria ha decidido contar sus aventuras con el que fue rey de España, un hombre al que su otro hijo, Alexander zu Sayn-Wittgenstein llegó a llamar «papá», según ha apuntado la periodista Pilar Eyre. La situación ha dado un vuelco total. Aquel niño que tuvo con el príncipe Casimir zu Sayn-Wittgenstein ahora es un hombre de 20 años. Y las relaciones con Anastasia, su otra hija que ha cumplido los 30, se han enrarecido.
Para Corinna ese es el problema. El verano de 2016 le contaba al ex comisario de policía que las dos estaban distanciadas. Ante eso, Pepe Fanjul, multimillonario por su negocio azucarero e íntimo del rey, había invitado a su barco a la hija a su barco, según Ok Diario. Por lo que dice su madre en la grabación, Anastasia accedió.
«Ella no se da cuenta de lo que pasaría si eso sale en la prensa», le decía en la conversación. «Después del verano recibí muchísimas llamadas diciendo: '¿Estás de vuelta con el Señor (Juan Carlos I)? Lo digo por lo de tu hija'. Imagínate», se horrorizaba. Corinna sintió que mentían en el asunto a Anastasia para perjudicarla a ella.
Anastasia es una joven inquieta y aplicada que se formó en el campus de Deerfield, ubicado en Massachuset, y después se trasladó a Nueva York para estudiar Historia del Arte y Empresariales en la prestigiosa Universidad de Columbia, según Vanitatis. Dentro de su extensa experiencia destaca su pasión por el arte. Incluso tuvo un contrato de prácticas en la famosa casa de subastas Christie 's.
Además, atesora una amalgama de puestos por los que ha pasado: hizo tareas de media jornada en el local ubicado en el Rockefeller Center. Fue becaria en el departamento de marketing de Tencent, una de las empresas tecnológicas más importantes. Trabajó tres meses con uno de los arquitectos más prestigiosos, Tom Grassi.
Actualmente se ha asentado en Estados Unidos, pero durante un tiempo vivió en Madrid. Incluso recibió una beca para ser traductora de español-inglés y organizar la logística de algunas exposiciones del Museo del Prado. Además de esas dos lenguas, domina el alemán.
A Anastasia Adkins le llaman cariñosamente Nasty. Es fruto del matrimonio de Corinna con el empresario británico Philip Adkins, a quien conoció en París después de estudiar Relaciones Internacionales y trabajar un tiempo en la firma L'Oreal.
Convivieron poco juntos; los padres se separaron cuando la niña tenía dos años, aunque mantienen una buena relación. Por eso no es tan extraño que Philip conociera a Juan Carlos I. Aficionado a la caza, estuvo presente en el famoso viaje a Botsuana, junto al emérito, su ex mujer Corinna y el hijo de ella, Alexander. «Fue un viaje familiar», relató a la revista Vanity Fair, y aseguró que era «un privilegio» estar ahí.
Después llegó la ruptura. Las tensiones. El malentendido. Aquella vez Corinna Larsen respiró tranquila, su hija se había librado de salir en los medios sobre el barco. Temía que hubiera ido a cambio de dinero; que la gente dijera que su hija estaba con el rey; que alguien pensara que ella, su madre, le había mandado con el grupo de hombres. «Son muy malignos», concluyó sobre el rey y sus amigos.
20 de enero-18 de febrero
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