La princesa Leonor junto a sus padres, Felipe VI y la reina Letizia, durante un desfile militar. /
El mes más importante en la vida de la princesa de Asturias , que inició en agosto su formación militar , juró bandera el pasado 7 de octubre, asistió al desfile de la Fiesta de Hispanidad y entregó hace unas semanas los Premsio Princesa de asturias culmina mañana, 31 de octubre, el mismo día de su 18 cumpleaños. No será, por supuesto, un aniversario más. Tal y como establece la Constitución en su artículo 61, ese día la princesa Leonor protagonizará el momento más importante de su vida hasta la fecha al jurar la Constitución frente a las Cortes.
«Es una ceremonia bastante especial porque la Constitución es muy parca en cuanto a la regulación de este acto. Se limita a decir que el príncipe heredero, al cumplir los 18 años, tiene que prestar juramento de fidelidad a la Constitución y a las leyes. Y se queda ahí», explica José María Codes Calatrava , letrado de las Cortes Generales desde 2007 y que ha estudiado en profundidad el único precedente que existe de la ceremonia. La semana pasada, el gobierno ha solicitado a las Cortes Generales celebrar una sesión conjunta de las dos cámaras para la toma del juramento de la princesa de Asturias.
A falta de un guion oficial que ni la Constitución ni el reglamento de la cámara prevén, el acto reproducirá el protocolo utilizado durante el juramento de su padre el 30 de enero de 1986 y en él la princesa de Asturias se comprometerá solemnemente a «desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes, respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas, y guardar fidelidad a Su Majestad el Rey». Sin embargo, no es solo una cuestión simbólica. El juramento también tiene una dimensión jurídica, pues se trata de la manifestación de su disposición para asumir la Jefatura del Estado que garantiza la continuidad de la Corona.
« La de 1986 fue una sesión muy sencilla, protocolaria y bastante austera», explica Calatrava. «Ahí se formó lo que llamamos una costumbre constitucional. Se fijaron las bases que tienen el contenido jurídico y que deberían inspirar los aspectos sustanciales, aunque no los protocolarios o formales, de lo que pasará el día 31. Creo que la cosa irá por ahí», explica Calatrava, que también es profesor de Derecho Administrativo en la Universidad Pontificia de Comillas.
El entonces príncipe Felipe jurando la Constitución en 1986. /
Si todo transcurre siguiendo aquel guion, solo habrá tres intervenciones durante el pleno. La del letrado mayor de las Cortes Generales, Carlos Gutiérrez Vicén, que dará cuenta de la naturaleza del acto, un discurso posterior pronunciado por la presidenta del Congreso Francina Armengol y el propio juramento de la Constitución por parte de la princesa Leonor, después del cual Armengol levantará la sesión. «Podría haber algún cambio en el orden o que intervenga alguien más, pero tampoco sería un cambio relevante. Lo que sí tengo claro es que las cortes no emitirán ningún tipo de declaración ni habrá debate ni votación posterior ni ningún parlamentario tomará la palabra. Eso sí que es muy evidente», explica Calatrava.
¿ Podría la princesa Leonor dar un discurso a continuación del juramento? «No me parecería extraño que pudiera dirigirse a sus señorías. No se hizo en la sesión de su padre, pero no me chocaría. No creo que el uso de la palabra forme parte del núcleo de esa costumbre constitucional que debe ser respetado. Es algo que valorarán la Casa del Rey, los servicios de protocolo de ambas cámaras y el gobierno. Y la decisión que tomen será correcta», cuenta José María Codes Calatrava. La posibilidad de que Felipe VI pronuncie unas palabras parece algo más remota. «A mí eso me extrañaría un poquito más, pero tampoco estaría fuera de lugar. Pero creo que el protagonismo, desde luego, ha de recaer en la heredera y en las Cortes, que son quienes están realizando un acto con valor jurídico».
Otra incógnita es la reacción que podría tener la cámara, con grupos parlamentarios de diferentes sensibilidades, algunos de ellos abiertamente republicanos. Si cualquiera de los diputados tratara de intervenir durante el pleno, el letrado prevé que la presidenta del congreso se encargaría de neutralizarlos. «La presidenta Armengol, que presidirá la sesión, es quien dirige el debate mantenido el orden en las sesiones. Si se diera alguna situación que se saliera de lo que es el marco jurídico que hay que respetar en este debate, ella ejercería su labor como haría en cualquier pleno», concluye el letrado.
La princesa Leonor en su jura de bandera, el pasado 7 de octubre. /
Es previsible que la escenografía también sea similar a la que se utilizó durante el juramento de Felipe VI, cuando se instaló una tarima sobre la que se situaron las principales autoridades del estado, entre ellos la presidenta del Congreso, el presidente del Senado, miembros de la Mesa de cada Cámara así como el propio Felipe VI y probablemente también el presidente del Gobierno. Pero también los miembros más destacados de la familia real.
Aunque es previsible que la reina Letizia también esté situada en un lugar preferente, como lo hizo la reina Sofía en 1986, y que la infanta Sofía también se situé sobre esa misma tarima, los detalles todavía son una incógnita. Consultados por Mujerhoy, tanto Casa Real como la dirección de comunicación del Congreso de los Diputados señalan que todavía el protocolo de la ceremonia no se ha cerrado.
Tras la ceremonia, el rey Felipe VI le impondrá a su hija el Collar de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III en un acto que se celebrará en el Palacio Real. Se trata de la más alta distinción honorífica entre las órdenes civiles españolas que se concede, desde hace más de dos siglos, a miembros de Familias Reales y Jefes de Estado y de Gobierno, tanto españoles como extranjeros.
Después de los actos institucionales en el Congreso y el Palacio Real, se celebrará un acto privado en el palacio de El Pardo, al que se espera que asistan los principales miembros de la familia real, incluído el rey emérito , que viajará a España desde Abu Dabi para la ocasión, pero que previsiblemente no estará presente en los actos institucionales.