BODA en otoño

Por qué Bárbara Mirjan no podrá lucir la tiara más espectacular del joyero de los Alba en su boda con Cayetano Martínez de Irujo

Está aún por saberse si Barbará Mirjan llevará tiara el día de su boda con Cayetano Martínez de Irujo. Si decide hacerlo, hay una que no podrá elegir.

Bárbara Mirjan y Cayetano Martínez de Irujo se casarán en octubre. / gtres

Elena Castelló
Elena Castelló

Las últimas novias de la casa de Alba, Sofía Palazuelo, futura duquesa, y Belén Corsini, condesa de Osorno, optaron por no lucir tiara el día de su boda y llevaron, en su lugar, dos sencillos recogidos: un tocado de plumas, en el caso de Sofía Palazuelo , y una trenza decorada con un prendedor, en el caso de Belén Corsini. Genoveva Casanova, la primera esposa de Cayetano , llevó una discreta pulsera de Cayetana, regalo de boda de su entonces prometido Luis Martínez de Irujo, a modo de tiara. Sin embargo, las nueras de la duquesa llevaron en sus bodas una magnífica diadema conocida como «La rusa».

La última novia en llevarla en una boda de los Alba fue precisamente la madre de Frenando y Carlos Fitz-James Stuart, Matilde Solis, cuando contrajo matrimonio con el duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart. Antes de ella, la lució otra de las nueras de Cayetana, María de Hohenlohe-Langeburg, cuando se casó con el duque de Híjar, Alfonso Martínez de Irujo.

Matilde y Carlos se casaron en el altar mayor de la Catedral de Sevilla –un privilegio solo reservado a la nobleza y a la realeza–, el 18 de junio de 1988, ante 2.000 invitados. La ciudad entera lo celebró con ellos. El duque lucía el uniforme de maestrante de Caballería, mientras la novia escogió un diseño de corte romántico confeccionado en organza natural y seda traída de la India, obra del modisto José María Cerezal.

Sujetándole el velo, Matilde llevaba una de las tiaras más importantes de los Alba, la denominada La Rusa, de brillantes y platino, y cuyo diseño geométrico está inspirado en las diademas Kokoshnik, los tocados tradicionales rusos, que estuvieron muy de moda a finales del siglo XIX.

La tiara de la casa de Alba, un encargo de Ansorena

Cayetana la heredó de su abuela materna, María del Rosario de Gurtubay, duquesa de Híjar. Se llegó a relacionar la pieza con la madre del zar Nicolás II, María Fiodorovna, pero, parece que fue un encargo a la joyería Ansorena, que ya hizo varias diademas con un diseño parecido. Está formada por cinco aros incompletos decorados con otros concéntricos, y uno central completo, todos de diamantes de talla antigua y brillante con dos estilos diferentes de engaste. En el centro brilla un solitario. Tanto Cayetana como su madre la lucieron en numerosas ocasiones.

Carlos Fitz-James Stuart junto a Matilde Solis el día de su boda. / GTRES

Antes de Matilde Solís y, por primera vez en la familia, llevó la tiara la princesa María de la Santísima Trinidad de Hohenhole-Langeburg, sobrina de Alfonso de Hohenlohe-Langeburg , fundador del Hotel Marbella Club, cuando se casó con Alfonso Martínez de Irujo, el primer hijo de la duquesa en pasar por el altar. María y Alfonso se casaron en Marbella en 1977. La novia lució un vestido de tul de manga larga y transparente y llevó la tiara de la duquesa. Sin embargo, se cuenta que la tiara provocó cierta tensión entre la novia y la suegra, porque la primera no estaba decidida a lucirla ya que le parecía demasiado importante, aunque finalmente accedió.

Carlos Fitz-James Stuart junto a Matilde Solis el día de su boda. / gtres

Cayetana lo contaba así en sus memorias, Yo Cayetana: «Era una joya muy querida y simbólica para la Casa y para mí», escribía. «Y Alfonso, duque de Aliaga, grande de España, era el primero de mis hijos que se casaba. Yo entendía que no eligieran un lugar más adecuado para su boda (se casaron en Marbella), pero que ella no quisiera llevar nuestra diadema me costaba comprenderlo, puesto que yo se la había ofrecido con todo el cariño y respeto a la tradición. Finalmente, la aceptó a regañadientes«.

La joya, vendida para comprar un caballo

Sin embargo, aunque era la favorita de la duquesa, la tiara ya no permanece en la familia, por lo que Bárbara Mirjan no podrá lucirla el día de su boda. Cayetana la vendió en la década de los noventa para comprarle precisamente un caballo a su hijo Cayetano, su preferido según los rumores, como contaba también la duquesa en sus memorias.

El caballo se llamaba Gigoló y permitió a Cayetano competir profesionalmente como jinete y participar en los juegos olímpicos de Barcelona de 1992. Los compradores de la joya fueron la joyería neoyorkina Joseph Saidian & Sons, que pagó entonces unos 200.000 euros. Hace tres años, La rusa salió a subasta por 2,5 millones de euros, según anuncio la joyería M.S. Rau Jewels, con sede en Nueva Orleans, pero ya no se ha vuelto a saber de ella.

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