INSOMNIO Y NERVIOS Los secretos de la boda de Guillermo y Kate que cumple 12 años: del mensaje oculto del ramo a la gran mentira de Harry

Se cumplen 12 años de la boda de Guillermo y Kate. Fue una ceremonia llena de romanticismo , que dejó satisfecho a todo el mundo y, sobre todo, a los novios, que no podían ocultar su felicidad. Repasamos algunos de los detalles más curiosos de aquel día .

El encaje del vestido fue hecho a mano en la Royal School of Needlework, con una técnica irlandesa que se remonta a 1820, llamada «carrickmacross». Las flores del diseño, rosas, narcisos y tréboles, se recortaron a mano y se cosieron una a una sobre el tul. El equipo de Sarah Burton, que diseñó el vestido para Alexander Mcqueen, cosió un lazo azul en el interior del vestido, para que la novia pudiera seguir la tradición.

El ramo de Kate, elaborado con lirios del valle, jacintos y mirto también incorporaba una flor llamada «sweet William» (dulce William») en homenaje al novio. El mirto procedía del mismo arbusto que fue utilizado para elaborar el ramo de novia de la reina Isabel II.

Apenas existen fotografías de él, pero Kate utilizó un segundo vestido para la recepción que tuvo lugar por la noche, en Buckingham Palace. Era también un diseño de Sarah Burton para Alexander Mcqueen: un vestido de satén con escote corazón y sin tirantes con un cinturón bordado en plata. Lo combinó con una chaqueta corta de mohair. Guillermo vistió un frac.

El presupuesto de la decoración floral alcanzó las 800. 000 libras. Las naves y pasillos de la abadía de Westminster se llenaron de árboles. Las damitas de honor llevaban coronas florales inspiradas en la que llevó la madre de Kate el día de su boda en 1981.

La música de la ceremonia fue coordinada por el entonces príncipe Carlos y estaba disponible en internet a las pocas horas. Participaron el Coro Real, la Orquesta de Cámara de Londres, la banda Central de las Fuerzas Aéreas Reales y el Coro de la Abadía de Westminster. La novia entró en la iglesia al son de uno de los himnos que se escuchó en la coronación de Isabel II en 1953. La letra es la del salmo 122: «Qué alegría cuando me dijeron vamos a la casa del Señor». Pero sus notas no son las que conocemos los españoles, sino las de Hubert Parry, que compuso el himno para la coronación Eduardo VII.

Se dice que Kate sorprendió a la reina Isabel cuando decidió encargarse ella misma de su propio maquillaje, tras recibir varias clases privadas de la maquilladora profesional Arabella Preston. Hay quien duda de que esto sea así, por la perfección y la naturalidad que presentaba la piel de la novia. Con su peinado sí rompió la tradición, al dejarse la melena suelta sobre los hombros y llevar solo un semi-recogido. La revista «People» aseguró que fue el propio novio, Guillermo, quien ayudó a Kate con su peinado, sujetando un espejo para que pudiera verse por detrás, cuando el estilista James Pryce retocó la melena de Kate después de la boda y antes de la recepción en Clarence House.

Harry no fue el padrino, como se dijo, sino los amigos del novio James Mead y Thomas van Straubenzee. Se decidió explicar públicamente que el padrino era Harry para proteger la privacidad de los verdaderos padrinos. En sus memorias «Spare», Harry asegura, además, que su hermano no quería arriesgarse a que él diera un discurso en una ocasión tan señalada.

Cuando Guillermo y Kate recorrían las calles de Londres tras la ceremonia, un lector profesional de labios pudo captar una romántica conversación entre ellos. Guillermo le dice a Kate: «Pareces feliz» y ella le responde «¡Sí¡» antes de preguntarle «¿Tú eres feliz?» Y él responde «Sí, mucho».

Las puertas de la abadía se abrieron a los ocho de la mañana y empezaron a llegar los 2000 invitados, entre ellos David Beckham o Sir Elton John. Guillermo y Harry llegaron a las 10.15 h. Los miembros de la familia real empezaron a llegar a partir de las 10.30 h. Un cuarto de hora después, llegaron la reina Isabel y el duque de Edimburgo. La novia hizo acto de presencia poco después, tras salir del Hotel Goring, cercano a Buckingham Palace, donde se vistió.

La tarta nupcial estaba elaborada con 17 tipos de fruta y decorada con 900 flores de azúcar y una recreación del bordado del velo de Kate. Se necesitaron 500 chefs y cinco semanas para elaborarla. Costó 57.000 libras. Pero hubo una segunda tarta de chocolate a petición del novio.

Kate no tenía intención de llevar una tiara, sino una corona de flores. Finalmente accedió a llevar la tiara Halo de Cartier, con 739 brillantes y 149 diamantes, que le prestó la reina Isabel. Fue su elemento prestado.

Guillermo llegó a la ceremonia tras haber dormido apenas media hora. No podía conciliar el sueño por los nervios. Pasó su última de noche de soltero junto a su hermano Harry en Clarence House, la residencia del Principe Carlos

Guillermo preparó en secreto la luna de miel y no reveló sus planos a Kate hasta el último momento. Su destino: una villa privada en Las Seychelles. Rompieron la tradición al pasar su noche de bodas en Buckingham Palace.