Un cuadro lleno de simbolismo
Un cuadro lleno de simbolismo
El Palacio de Buckingham ha dado la bienvenida al primer retrato oficial del rey Carlos III desde su coronación y la de la reina Camilla en mayo de 2023. Sin embargo, la ceremonia de inauguración de esta original y moderna obra, creada por el retratista británico Jonathan Yeo, fue recibida con reacciones desiguales en respuesta al rojo intenso que constituye la mayor parte de la composición.
Con perplejidad y sarcasmo a partes iguales, las redes sociales han analizado al detalle el cuadro (como ya hicieron en su día con la fotografía de Kate Middleton y sus hijo o el vídeo en el que la princesa daba a conocer su enfermedad). En este caso, los internautas han comparado la obra con una variedad de referencias que van desde un demonio en las profundidades del infierno hasta la Tomatina de Buñol o el famoso caso del 'tampongate'.
El cuadro, que poco tiene que ver por ejemplo con el que el genio hiperrealista Antonio López pintara de nuestra Familia Real, mide más de dos metros y medio y representa al monarca mirando al espectador en un mar de pinceladas rojas. El propio Carlos III se sintió inicialmente sorprendido por el atrevido color. Sin embargo, la pintura cobra más sentido cuando se profundiza en su simbolismo.
En declaraciones que recoge el diario 'Express', Alex Bury, director de la Grove Gallery de Londres, lo describió como una «audaz declaración sobre una monarquía en cambio», describiendo el fondo rojo como «caótico». Este guiño al caos podría apuntar hacia varias cosas: desde el malestar causado por el 'megxit' de los duques de Sussex a California en 2020 a las malas noticias de este año sobre la salud del monarca y su nuera, Kate Middleton.
Bury añadió que sentía que la obra mostraba «transición e incertidumbre», y lo comparó con una famosa pintura de la difunta Isabel II. «Al igual que el controvertido retrato de la Reina en 1997 de Justin Mortimer, se trata de una obra poco tradicional que parece captar la compleja transición y la incertidumbre en el seno de la Familia Real», afirmaba este experto. Vamos a repasar todas las claves de un cuadro que está dando mucho que hablar.
Jonathan Yeo es uno de los retratistas más prestigiosos de la actualidad. Ha pintado una serie de rostros famosos del mundo del espectáculo, la política y la realeza, como el naturalista sir David Attenborough, los actores Idris Elba y Nicole Kidman o el antiguo primer ministro David Cameron. Yeo también inmortalizó a la reina Camilla cuando era duquesa de Cornualles, así como al difunto duque de Edimburgo, el príncipe Felipe.
Retrato de la reina Camilla por Jonathan Yeo. /
«Una foto es un momento congelado», dijo Yeo en una entrevista con la BBC, «lo que se consigue al pintar un retrato es que transcurra el tiempo. Cuando pintas un cuadro, trabajas en una parte en un momento distinto que en otra. Así, en lugar de una imagen estática, captas muchos momentos diferentes».
«Tu relación con el sujeto evoluciona a medida que lo conoces. Les ves en días diferentes y la gente se comporta de forma diferente, tienen un aspecto distinto en días distintos, así que puedes aportar diferentes elementos de su personalidad, mezclados de forma interesante. Y los ves con dos ojos y no con una cámara, que los ve solo con uno», añadió el pintor.
El controvertido retrato de Carlos III se encargó en 2020, inicialmente para conmemorar sus 50 años como miembro de The Draper's Company, un aniversario que tuvo lugar en 2022. La primera sesión tuvo lugar en 2021 en Highgrove House, y concluyó en septiembre de 2023 con otra más en Clarence House. Yeo también utilizó dibujos y fotos tomadas a Carlos en su estudio de Londres.
Yeo ha retratado a Carlos con el uniforme rojo brillante de la Guardia de Gales, de la que fue nombrado coronel en 1975, y estas tonalidades se reflejan en el fondo del retrato. En su página web, el artista explica que «el vivo color de los esmaltes del fondo se hace eco de la túnica roja brillante del uniforme, no solo en consonancia con la herencia real que se encuentra en muchos retratos históricos, sino también inyectando una sacudida dinámica y contemporánea al género con su tonalidad uniformemente poderosa».
Carlos III, junto a su nuevo cuadro. (INSTAGRAM)
El uniforme de Carlos se funde con la pintura roja, lo que permite que su rostro destaque más, una decisión deliberada de Yeo para crear una mayor conexión entre el espectador y el sujeto. «Como retratista, tienes la oportunidad única de pasar tiempo con el sujeto y llegar a conocerlo, así que quise minimizar las distracciones visuales y permitir que la gente conectara con el ser humano que hay debajo», dijo.
Sobre uno de los hombros del Rey hay una mariposa, que por supuesto está ahí por una razón. Resulta que fue idea de Carlos, a quien se le ocurrió después de que le pidieran que pensara en una «pista» que resumiera su reinado para las generaciones futuras. Durante una conversación con el monarca, Yeo dijo que hablaron de lo «bonito que sería tener un elemento narrativo que hiciera referencia a su pasión por la naturaleza y el medio ambiente».
Según Yeo, también refleja la «transformación personal» de Carlos en su papel de Rey, ya que empezó el retrato cuando Carlos III aún era príncipe de Gales. En el contexto de la historia del arte, una mariposa es a menudo el símbolo de la metamorfosis y el renacimiento, y por lo tanto también es paralela a la transición de príncipe a monarca durante el período en que se creó el retrato.