Carmen Tello y su inseparable amiga Cayetana de Alba, del brazo y paseando por Sevilla. / getty images

escándalos aristocráticos

Así se convirtió Carmen Tello en la mejor amiga de Cayetana, la duquesa de Alba: dos mujeres unidas por la rebeldía y el romanticismo

Carmen Tello fue la inseparable amiga de Cayetana, duquesa de Alba, hasta su fallecimiento. Su amistad inquebrantable se fundó en un gesto de rebeldía y romanticismo.

Agarradas del brazo, en la plaza de toros, a la salida de misa o en la feria, Carmen Tello y Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba, eran la viva imagen de la amistad. Los lazos que unían a estas dos carismáticas mujeres no eran, sin embargo, tan obvios como pudiera parecer. Es cierto: a ambas les unía pertenecer a los círculos de la élite aristocrática sevillana, pero esa exclusividad no bastó para unirlas. Al fondo de su amistad había mucho más, algo que delata la personalidad de ambas y explica su conexión.

En realidad, los mundos de Carmen Tello y Cayetana de Alba no estaban tan próximos como pudiera parecer. La duquesa de Alba se movía en palacios y calesas, mientras que Tello era hija de un médico, el prestigioso ginecólogo Enrique Tello, fallecido en 2016, y de María del Carmen Barbadillo, fallecida este junio a los 94 años. Fue el matrimonio de Tello con Miguel Solís, entonces marqués de Valencina (vivían sus padres, los marqueses de Motilla), lo que lo cambió todo.

Convertida en marquesa de Valencina en 1977, Carmen Tello se introdujo en los círculos aristocráticos en los que ya mandaba la duquesa de Alba. Cayetana y Carmen se conocieron en 1979 y, desde el minuto cero, se hicieron inseparables. «Cayetana es incombustible y muy sabia. Con solo verla sabe si una persona va a ser su amiga o no», declaró Carmen Tello a 'Sevilla Magazine' en 2013. Siempre la ha recordado como una amiga fiel, divertida y que nunca revelaba un secreto.

Los marqueses de Valencina, Migue Solis y Carmen Tello, tuvieron cuatro hijos: Fernando, Carmen, Miguel y Enrique. El marqués se mantuvo siempre en un discreto segundo plano, fuera de la crónica social y las fiestas de la alta sociedad. Su invisibilidad tiene mérito, sobre todo si tenemos en cuenta que su hermana, Matilde Solís, emparentó con la Casa de Alba en 1988, año de su boda con Carlos Fitz-James Stuart, entonces duque de Huéscar y hoy ya duque de Alba.

Por qué se divorció Carmen Tello de Miguel Solís, entonces marqués de Valencina

El matrimonio de Carmen Tello duró hasta 1991, momento en el que la sevillana hizo las maletas, cogió a sus cuatro hijos y se marchó del céntrico e imponente palacio de la Motilla de Sevilla, donde vivía la familia. El divorcio fue comentadísimo en su momento, pues la familia de él pasaba por ser de las más ricas de Andalucía y había expectación por conocer cuáles serían las demandas económicas de ella. Hablamos de Carmen Tello, con lo que su dignidad fue máxima.

Aunque Miguel Solís y Carmen Tello se ganaron en régimen de gananciales, seis años después de su boda decidieron hacer una separación de bienes con carácter retroactivo. Esto hizo que Carmen perdiera cualquier derecho económico sobre los seis años anteriores en los que la fortuna de su marido fue también la suya. El divorcio también fue amistoso: se acordaron las pensiones y punto.

Carmen Tello y Cayetana de Alba vestidas de flamenca y en una calesa durante la Feria de Abril de 2008. / gtres

La marquesa de Valencina, más tarde solo Carmen Tello, estaba más interesada en su libertad que en el título y sus privilegios. De hecho, jamás habló de su divorcio. Solo en una entrevista de 2013 en 'Sevilla Magazine' pareció referirse a aquella época de su vida con una frase muy significativa: «Yo fui una persona incomprendida en una sociedad cerrada». Lo cierto es que al marqués le apasionaba el campo pero no socializar.

Con el divorcio, Carmen Tello perdió parte del atractivo que había tenido para la alta sociedad sevillana, una desafección que se hizo aún más profunda cuando comenzó su romance con Curro Romero, once años después de su divorcio. Las grandes familias de la jet hispalense le cerraron las puertas: no entendían qué podía ver Tello en una figura tan polémica y popular como el torero de Camas, famoso por carácter extravagante y su afición a las mujeres y las juergas flamencas.

Por qué Cayetana de Alba defendió a Carmen Tello frente a la alta sociedad de Sevilla

Fue en ese momento cuando Cayetana de Alba demostró la calidad de su amistad. La duquesa se mantuvo al lado de su amiga contra viento y marea: abrió las puertas del palacio de Dueñas a la pareja formada por Carmen Tello y Curro Romero y les invitó a todos sus eventos. El mensaje estaba claro: si la pareja de enamorados era suficientemente buena para Dueñas, también debía serlo para el resto de las familias de la alta sociedad de Sevilla y del extranjero.

Rebeldes y románticas ambas dos, años más tarde Carmen Tello pudo corresponder reste gesto de apoyo a dos enamorados incomprendidos en su misma medida. Tello fue la principal valedora de Cayetana de Alba a la hora de defender su matrimonio con Alfonso Díez ante su familia. Dio fe de su buena naturaleza y sus mejores intenciones, y no se equivocó. Con el tiempo, sus hijos reconocieron que había hecho más felices los últimos años de la duquesa.

«Cayetana es admirable», reconocía Tello en 2003. «He tenido la suerte de conocerla, tratarla y ser su apoyo y me encanta que se haya casado con Alfonso, a quien le tengo mucho cariño. Me siento privilegiada puesto que, por ella y Curro, he accedido a personajes muy interesantes. Soy consciente de que siempre he ido detrás de dos grandes personajes». Tras su fallecimiento, Carmen quedó desolada. Ella financió la lápida que cubre las cenizas de la duquesa en la iglesia del Cristo de los Gitanos.