Nada es fácil en la familia Thyssen Cervera , -que se lo digan a Gabriela Thyssen - donde una riña, un enfado o una mala palabra pueden desembocar en pérdidas millonarias. Hablamos de herencias, claro, un trance casi siempre difícil cuando se juegan tantos, tantísimos, millones de euros. Solo la de la baronesa y valedora del museo Thyssen Bornemisza podría superar los 3.000 millones de euros. Interesan, sobre todo, a sus tres hijos.
«Mientras yo viva no se hereda nada, no habrá reparto de mi colección», ha dejado claro Carmen Thyssen cada vez que ha tenido ocasión. La baronesa no va a dar nada por sentado hasta el último minuto, eso está claro. Como también está claro que buscará la máxima protección para sus hijas Sabina y Carmen, de 16 años, ya que su hijo mayor posee su propia familia y fortuna desde que se repartió la herencia de su padre adoptivo, el barón Heini Thyssen.
En 2002, cuatro de los hijos del barón Thyssen, incluido Borja, firmaron el llamado Pacto de Basilea que permitió el reparto y gestión de la fortuna familiar. Todo es top secret, aunque se sabe que existe una sociedad que la gestionará hasta 2040 el patrimonio industrial y de negocios, además de la colección de arte, de forma que la fiscalidad sea lo más beneficiosa posible para todos.
Además, Borja Thyssen recibe el 30% del alquiler pactado por la baronesa con el Estado, para el mantenimiento en España de su colección privada en el museo que lleva su nombre. Tanto es lo que tiene entre manos el hijo mayor de Tita, que ha tenido problemas judiciales debido a su compleja declaración de impuestos. De hecho, vive entre Andorra, Suiza y España por razones fiscales. Parece que se acaba de comprar una casa en Dubái, donde no existe el IRPF.
Además, Borja Thyssen es padre de cinco hijos en su matrimonio con Blanca Cuesta, una relación que por poco le cuesta la relación con su madre, contraria a este amor prolífico. La guerra entre madre e hijo, con denuncias cruzadas hasta por robo, se detuvo en 2014 por el bien del patrimonio familiar. Ahora, la pareja y la baronesa posan juntos en inauguraciones y eventos de arte, acaso subrayando el papel de continuadores del legado materno.
En los últimos años, Tita Thyssen se ha fotografiado con Borja y Blanca para subrayar la fluidez de una relación más que complicada. Además, allana el camino de relaciones institucionales a su hijo, quien probablemente deberá renegociar la permanencia de la colección Thyssen en un futuro. Hablamos de 330 cuadros valorados en alrededor de 1400 millones de euros, por los que el erario público pagará 6,5 millones de euros cada año hasta 2037.
A pesar de la aparente claridad de la situación, surgen preguntas. Preguntas sin respuesta. Sobre todo desde que Carmen y Sabina, aún adolescentes pero no tan lejos de involucrarse en la gestión del patrimonio familiar, han aparecido en la foto de familia. Ya en dos ocasiones, Carmen Thyssen ha querido incluir a las dos hermanas o a alguna de ellas en inauguraciones oficiales del museo, abriendo paso a dos personas más como posibles caras visibles del legado de la baronesa.
¿Serán los tres hermanos, y no solo Borja y Blanca, los interlocutores en la gestión de la herencia artística de Tita Cervera? ¿Qué papel van a jugar Carmen y Sabina, a las que la baronesa ya está adiestrando en los secretos del arte contemporáneo? «La colección se va a repartir entre los tres, pero no te puedo decir los porcentajes porque es algo muy privado que solo concierne a la familia», desveló en una entrevista Guillermo Cervera, sobrino de Tita y museólogo.
Además de las funciones que los tres hijos de Carmen Thyssen tendrán en la futura gestión de los tres museos (el Thyssen Bornemisza de Madrid, el Carmen Thyssen de Málaga y el Thyssen de Andorra) que albergan la colección familiar, persiste el misterio sobre el parentesco exacto de Borja, Carmen y Sabina. No fue hasta 2009 que Tita desveló que el padre de Borja era Manolo Segura, empresario fallecido en 2020. Recientemente ha revelado que las niñas ya saben quién es su padre. ¿Sabremos quién es?
Aunque Carmen Thyssen resguarda la verdad de su intimidad con siete llaves, circulan distintas teorías al respecto de quién es el padre (o, al menos, el propietario del material genético) de Carmen y Sabina. Una de ellas apunta de nuevo a Manolo Segura, mientras que la más rocambolesca propone a Borja, que sería hermano y padre a la vez de las niñas. Preguntada al respecto, Tita solo ha apuntado un dato: está escribiendo unas memorias y sería allí donde revelaría este dato clave para la historia familiar.
No es la única pregunta que queda en el aire de los Thyssen Cervera. Por si hubiera poco lío con paternidades, Borja Thyssen podría tener un nuevo hermano. Se trata de Israel Ochoa, canadiense de 44 años y supuestamente hijo no reconocido por su padre. Ochoa solicita ahora pruebas de adn y reclama su parte correspondiente en la herencia. No es probable que esto le cause demasiada inquietud al primogénito de Tita. No pudo acudir al funeral de su padre al que Carmen y Sabina llamaban papá.
20 de enero-18 de febrero
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