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Así fue la boda de Carolina de Mónaco y Phillippe Junot: 800 invitados, Frank Sinatra y un «dame mejor el pésame»

El 29 de junio de 1978, Carolina de Mónaco y Philippe Junot contraían matrimonio ante la mirada de un Rainiero que no veía con buenos ojos la boda de su hija mayor.

Carolina de Mónaco y Philippe Junot el día de su boda en 1978. / GTRES

Elena Castelló
Elena Castelló

Hubo un tiempo en que Carolina de Mónaco era la princesa más deseada de Europa por las revistas del corazón. Con su belleza mediterránea y su alegría de vivir triunfaba en la noche parisina, algo que gustaba menos a su madre, la princesa Grace de Mónaco , que albergaba esperanzas de una buena boda con algún heredero de la realeza europea.

Los Grimaldi son Altezas Serenísimas y la idea de que Carolina se convirtiera en Alteza Real era una perspectiva a la que daba vueltas Grace. Se habló de la posibilidad de un noviazgo entre Carolina y el entonces príncipe de Gales , Carlos de Inglaterra. Pero, a pesar de que habían coincidido en más una ocasión, siempre se ignoraron.

Grace también barajó la posibilidad de un matrimonio con el príncipe Ernesto de Hannover , en la línea de sucesión al trono británico y uno de los jóvenes europeos con más sangre azul. Pero, a pesar de que eran amigos, ambos escogieron en otra parte.

Ernesto de Hannover eligió a la hija de un importante empresario farmacéutico, Chantal Hochuli, con la que se casó en agosto de 1981. Y Carolina ya tenía en mente a otro pretendiente. Se había enamorado de Philippe Junot, un hombre de negocios parisino, diecisiete años mayor, atractivo y experimentado, pero sin ninguna conexión con la aristocracia, aunque sí con la alta burguesía.

Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover siguen estando casados a día de hoy / gtres

Su padre había ocupado varios cargos políticos de importancia y su madre era hija de un rico empresario danés. Junot se había abierto paso en los negocios inmobiliarios y recibía el apodo de «emperador de la noche». Grace y Rainiero tuvieron que aceptarlo, pero su disgusto fue mayúsculo.

A Rainiero le parecía que vivía «de todo y de nada». Se dice que el príncipe respondía a las felicitaciones de sus invitados con un «dame mejor el pésame». Carolina y Junot se habían conocido en una discoteca de Nueva York, cuando ella estudiaba en La Sorbona, y habían decidido casarse, pocos meses después.

Ochocientos invitados

Tras la ceremonia civil, celebrada un día antes, el 29 de junio de 1978, la primogénita de los príncipes de Mónaco caminó hacia el altar del brazo de su padre para casarse con Philippe Junot . Carolina tenía 21 años y lució un romántico vestido de Marc Bohan para Dior, con encaje de guipur y un tocado con flores de tela que homenajeaba los peinados tradicionales con trenzas de La Provenza.

La ceremonia se celebró al aire libre, ante el altar de la capilla de palacio, desplazado para la ocasión. Asistieron 800 invitados, entre ellos el conde de París, los condes de Barcelona don Juan y María de las Mercedes, padres de don Juan Carlos, o el antiguo rey de Italia, Humberto II, pero también grandes estrellas de la pantalla, amigas de Grace: David Niven, Frank Sinatra, Ava Gardner y Cary Grant.

Sin embargo, los rumores de infidelidades por parte de Junot surgen con la misma rapidez con la que se han casado. Carolina conocía su reputación, pero pensó quizá que con ella cambiaría. La separación llega apenas dos años después, en 1980, aunque la anulación eclesiástica se hará esperar una década.

Carolina sigue ocupando portadas. Vive un romance con un amigo de la infancia, Robertino Rossellini, hijo de la actriz Ingrid Bergman y del director Roberto Rossellini. Poco después conoce a Stefano Casiraghi , un joven empresario italiano que gusta mucho a Rainiero, ya viudo tras el accidente en el que perdió la vida Grace, en 1982.

Carolina de Mónaco y Stefano Casiraghi se casaron en 1983. / GTRES

En el invierno de 1983 se casan solo por lo civil, puesto que Carolina no tiene la anulación. Pero Rainiero no se equivocaba. Stefano fue el gran amor de Carolina y el padre de sus tres hijos, Andrea, que nació en 1984 –Carolina ya estaba embarazada cuando se casó, Charlotte, nacida en 1986, y Pierre, en 1987.

La imagen de familia feliz es inmaculada, pero es que Carolina era profundamente feliz. Sin embargo, igual que llegó, la felicidad se fue con un terrible accidente náutico . Casiraghi falleció el 3 de octubre de 1990 en un campeonato de «off shore».

Una relación de solo diez años

Carolina decidió apartarse del mundo durante varios años. Se refugió en Saint-Rémy, en La Provenza, para vivir su dolor y para mantener a sus hijos alejados de los medios. Durante esos años vive un discreto romance con el actor francés Vincent Lindon, con quien estuvo cinco años.

Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover se casaron en 1999. / GTRES

Y poco después de la ruptura, llega a su vida Ernesto Augusto de Hannover, el amigo de infancia al que Grace le hubiera gustado como yerno, pero cuya boda llegó demasiado tarde para ella. Se casaron el 23 de enero de 1999. Poco después llegó su hija Alexandra. Sin embargo, la relación duró solo diez años. Los problemas de él con el alcohol, sus ataques de ira y sus peleas con los periodistas en plena calle se convierten en insoportables para Carolina. Pero, no se han divorciado.

Carolina sigue siendo duquesa de Brunswick-Luneburg y Príncesa de Gran Bretaña e Irlanda y alteza real. Los rumores van y vienen sobre la llegada del divorcio, pero parece que son los hijos de Ernesto, los príncipes Ernst-August y Christian, los que quieren que el matrimonio siga en pie para evitar una tercera boda de su padre con los consiguientes conflictos con la herencia. Carolina no ha vuelto a tener pareja. Continúa su vida como abuela feliz y apoyo de su hermano y de Charlène de Mónaco, aunque se dice que con ella no tiene una buena relación.

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