Alberto y Charlène llegando a la Gala de la Cruz Roja que se celebra en Montecarlo. / getty

Su gran noche

Charlène de Mónaco sorprende en la Gala de la Cruz Roja con un espectacular look de novia: los detalles de la velada (y la ausencia de Carolina)

La princesa Charlène de Mónaco junto al príncipe Alberto y Camille Gottlieb han sido los grandes protagonistas del Baile de la Cruz Roja que se ha celebrado en Montecarlo

Es su gran cita y lo sabe. Charlène de Mónaco ha presidido la Gala de la Cruz Roja junto a su marido, el príncipe Alberto. Y lo ha hecho a lo grande: vestida de novia y sin la sombra de su cuñada, Carolina de Mónaco que tiene en el Baile de la Rosa su propia cita con la fiesta, el boato y el glamour correspondiente. Si en la última edición de este evento, celebrada a finales del mes de marzo, la sudafricana fue la gran ausente (y ya van siete años), en esta ocasión ha sido la mayor de los Grimaldi la que ha hecho bomba de humo.

Charlène ha deslumbrado en la Gala con un look que está entre los más sorprendentes que hemos visto lucir a la princesa en este evento. Sonriente y relajada, Charlène ha lucido un vestido de inspiración nupcial al que no le faltaba detalle, incluido el ramo de flores. La princesa ha elegido para la velada un vestido blanco, cubierto de tul trasparente con minicristales que se complementaba con un cinturón en forma de lazo. El punto de color lo daban los pendientes y el anillo en tonos azulados.

La cena y el concierto de la gala han vuelto a su lugar de origen, la Sala de las Estrellas del Sporting Club de Montecarlo, tras dos años en los que se celebró en la Plaza del Casino de Montecarlo, al aire libre, y la suspensión de 2020 a causa de la pandemia de Covid-19. Una vez más, la princesa Charlène ha reivindicado su 'reinado' en el que fuera el evento favorito de Grace Kelly y el príncipe Rainiero.

Junto a los príncipes, también ha disfrutado de la velada la sobrina de ambos, Camille Gottlieb, hija de Estefanía de Mónaco que ya acudió el año pasado acompañando a su tíos en esta importante cita en el calendario de la casa real monegasca. Camille ha apostado por un vestido azul con pedrería y capa. Entre el resto de invitados, destacaba la presencia de la cantante Shirley Bassey, Gareth Wittstock (hermano de Charlène) junto a su mujer Róisín, y la diseñadora de moda Isabell Kristensen.

Camille Gottlieb, hija de Estefanía, ha acompañado a sus tíos a la Gala. (GETTY)

La actriz francesa Alice Taglioni y el director Yann Antony-Noghès (responsable de la película documental sobre la vida de Rainiero, Le Prince par lui-même) han sido los maestros de ceremonia, mientras que el broche de oro lo ponía el cantante Robbie Williams con un concierto. Cada comensal ha pagado 1.200 euros por el cubierto, un dinero que va destinado a obras sociales de la Cruz Roja de Mónaco.

Cómo Charlène de Mónaco ha intentado siempre brillar en la Gala de la Cruz Roja

No es la primera vez que la princesa nos deja sorprendidos con sus estilismos. De hecho, algunas veces para bien y otras para no tanto, la sudafricana se ha paseado por esa gala que ya ha hecho suya a fuerza de lookazo y joyerío. Una vuelta por Google basta para comprobar que la mayoría de los titulares referentes a la presencia de la princesa en esta gala se resumen en expresiones del tipo «derrocha elegancia», «deslumbra» o «impone su estilo».

En la edición de 2029, Charlène demostró lo bien que puede llagar a sentar el color verde con el diseño favorito de las royals: el vestido capa. En 2016, se decantó por un vestido digno de royal estilosa y en un color azul precioso. Y en 2017, acaparó todas las miradas con un vestido plateado y repleto de brillantes.

Uno de los looks más espectaculares de Charlène en la Gala de la Cruz Roja fue este vestido capa. / getty

Por qué, un año más, Carolina ha sido la gran ausente

La rivalidad entre Carolina de Mónaco y Charlène ha sido largamente explicada una y otra vez. Ni el nacimiento de los pequeños Jacques y Gabriella, ni la enfermedad de la sudafricana (que, recordemos, la tuvo alejada de la corte durante un largo tiempo y se llegó a especular con la gravedad de su salud) han acercado distancias. Fue, precisamente, durante la larga estancia de Charlène en su país natal cuando la primogénita de Grace Kelly volvió a tomar su lugar y su agenda y se hizo más presente. Pero tras la 'resurreción' de Charlène y su vuelta al principado, Carolina volvió al segundo plano.

A la pequeña de la saga le ha tocado el tercero. Plano, nos referimos. Estefanía, reina de las pistas de baile en los ochenta y princesa de los escándalos en los noventa, ha quedado reducida a un papel que no llega ni a secundario. Su único momento de cierta relevancia (a nivel agenda monegasca), es cuando preside la gala del sida (Gala Fight Aids Monaco). Se celebró hace unos días y pasó casi desapercibida. La princesa acudió al acto solidario con Louis y Marie Ducruet, que la convertían en feliz abuela a sus 58 años hace tan solo unas semanas.

Una velada con mucha historia

El primer baile de la Cruz Roja se celebró el 10 de agosto de 1948 con el objetivo de recaudar fondos. Poco a poco, aristocracia, jet set y estrellas de cine se fueron sumando a este acontecimiento. Fue en 1957 cuando la gala se convirtió en lo que es hoy, ocupando la Sala de las Estrellas del Sporting Club de Montecarlo, y desde entonces, por la velada se han paseado grandes artistas como Joséphine Baker, Frank Sinatra, Elton John o Sting.

Uno de los momentos cumbre de la noche es La Tómbola, en la que se puja por prestigiosos regalos: joyas, relojes de lujo o incluso coches. El presupuesto de la organización era, en 2021, de ocho millones de euros.