los disgustos de la reina

Cómo superó Máxima de Holanda la traición de sus padres, que no asistieron a su boda: ausencias, terapia y una tragedia terrible

La reina Máxima de Holanda ha tenido que recurrir a ayuda psicológica para superar sus peores momentos personales. Pero sus tragedias familiares comenzaron antes de su boda con Guillermo Alejandro de los Países Bajos.

La reina Máxima y Guillermo de Holanda. / gtres

Elena Castelló
Elena Castelló

La vida de la reina Máxima de Holanda, ahora retratada en una serie de televisión que se acaba de estrenar en Holanda y que emitirá próximamente, en España, Atresmedia, puede parecer un cuento de hadas moderno, desde su compromiso con Guillermo de Orange, en 2001, tras conocerle en la Feria de Abril y trabajar en Nueva York, en Wall Street.

Pero, lejos de los cuentos, la realidad es que Máxima es, ante todo, una mujer fuerte que ha tenido que sobreponerse a duros golpes del destino y ha contado para ello con una familia unida que no ha dejado de apoyarla. Tras el suicidio de su hermana menor , en 2018, tuvo que acudir a la ayuda profesional para volver a ser ella misma. Máxima lo reconoció sin rodeos y se comprometió con la causa de la salud mental.

El primer capítulo amargo de esta supuestamente dulce historia de la realeza llegó con la boda de Máxima y Guillermo , el 2 de febrero de 2002, a la que no pudieron acudir los padres de la futura princesa. Su padre Jorge Zorreguieta, fue un alto cargo de la dictadura de Jorge Videla, entre 1979 y 1981, y el Parlamento holandés, que había aprobado el matrimonio a pesar de la polémica, se opuso a que pisara el país.

Del suicidio de su hermana a las amenazas de muerte a la princesa Amalia: las tragedias de Máxima de Holanda

La joven tuvo que pedirle a su padre que no asistiera y su madre, María del Carmen Cerrutti, tampoco lo hizo en solidaridad con él. Ambos vieron la ceremonia en Londres. Máxima declaró públicamente en una conferencia de prensa, antes del enlace, que era «terrible», pero que «entendía los sentimientos de los holandeses» y aseguró que lamentaba «la dictadura, las desapariciones y las muertes».

Vídeo. Quién es quién en la familia real holandesa / mujerhoy

Su familia ha sido siempre su pilar. Su madre pasa largas temporadas en Holanda cerca de ella para aconsejarla y estar cerca de sus nietas, tras fallecer Jorge Zorreguieta, en 2017. En 2018 llegó uno de los momentos más duros para Máxima: su hermana pequeña, Inés, se suicidó con solo 33 años en su casa de Buenos Aires. Fue una de sus damas de honor en la boda y estaban muy unidas. Inés había pasado largos periodos con su hermana en La Haya desde su matrimonio. Estudió psicología y trabajó para Naciones Unidas y la secretaría del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, en Argentina. Tras las primeras informaciones, se desveló que Inés había padecido frecuentes depresiones y anorexia y que se estaba recuperando de una ruptura sentimental.

La ayuda psicológica que 'salvó' a Máxima de Holanda

Tras la muerte de su hermana, Máxima reconoció públicamente que había necesitado la ayuda de un psicólogo y que también sus hijas mayores, Amalia y Alexia, lo necesitaron. Un apoyo que, en el caso de Amalia, se incrementó por culpa de las amenazas de muerte a las que ha estado sometida por la mafía de la droga en su país. Maxima se convirtió en presidenta de honor de la Fundación Mind Us. Reveló con valentía y humanidad sus problemas.

«Mi motivación para participar es muy personal. Tiene que ver con mi búsqueda tras la muerte de mi hermana Inés, hace cuatro años en junio», declaró. «Pronto me di cuenta de que no estaba sola. Escuché a muchas personas que habían pasado por lo mismo con un familiar o un amigo. ¿Cómo puedes realmente ayudar a alguien con problemas mentales? Muchas personas luchan con eso cada día».

La red de apoyo con la que ha contado Máxima ha sido esencial para resistir. A sus 53 años, continúa dignamente con su papel de reina, se muestra empática y sonriente y ante las adversidades ha conseguido aparecer serena y no perder la sonrisa. Su personalidad fuerte se forjó en la infancia. Cuando ella nació, sus padres no estaban casados, y sus abuelos maternos rechazaban a su padre, que se llevaba 15 años con su madre, y tenía tres hijas de su primer matrimonio.

Máxima fue la mayor de cuatro hermanos y tuvo que encontrar su lugar en una sociedad muy conservadora y elitista. Sus padres se casaron cuando ella contaba 16 años. Sus biógrafos siempre han destacado su capacidad para adaptarse y cómo ésta le ha permitido desempeñar su papel real con gran soltura. Según explicaba el periodista Martin Bianchi hace unos años, Máxima cuenta con tres damas de compañía en Palacio y tres de sus amigas están con ella tras casarse con holandeses.