Sobre el papel, Victoria Federica se suma a la larga lista de jóvenes que no consiguen emanciparse, aunque su dificultad para dejar el domicilio materno no tenga nada que ver con su sueldo. En la práctica, la convivencia efectiva entre Vic y la muy estricta infanta Elena debe limitarse a lo mínimo, pues la primera influencer Borbón no para en Madrid. De hecho, acaba de volver de Perú. Casi nada.
La relación entre Victoria Federica y la infanta Elena no puede ser más normal: se adoran cuando toca y se enfadan cuando la madre llama al orden, con bronca, a una hija que se ha puesto su apellido por montera. Todo indica a que la hija mayor de los reyes eméritos confía en que la aventura en la influencia de moda y la televisión sea un capricho pasajero. Que, como ha sucedido siempre en la alta sociedad, un buen matrimonio la encarrile.
Esta misma semana, la infanta Elena introdujo a su hija en el tipo de eventos benéficos que la esperan a la vuelta de la esquina de la treintena: la subasta benéfica de capones que desde hace 25 años organiza la Fundación Cascajares y que este año logró 130.000 euros para las organizaciones Casa Caridad de Valencia y Nuevo Futuro. La última vez que Elena de Borbón y Victoria Federica aparecieron juntas fue en el Masters de Tenis de Madrid, en mayo.
Diciembre es un mes complicado en lo que a proyección social se refiere, sobre todo si la infanta Elena continúa viendo raro que su única hija se gane la vida como modelo publicitaria. Se acumulan las fiestas, los cócteles y las promociones de Navidad en las que influencers y microcelebrities aportan brillo. Y, además, hay que cuadrar la agenda de las fiestas familiares, cada año más complicadas que el anterior.
Las circunstancias entre la infanta Elena y Victoria Federica no son ideales, pero al menos pueden convivir cuando coinciden. De hecho, sobre el escenario del Teatro Barceló se mostraron más cómplices que nunca. No se puede decir lo mismo de Felipe Juan Froilán, exiliado en Abu Dabi como correctivo a un estilo de vida que no ha dado más que disgustos a la familia Borbón.
Sabemos que Felipe Juan Froilán viaja a España cada vez que puede y que, en algunas ocasiones, ni siquiera pernocta en la casa de su madre. En octubre, varios paparazzis le vieron en Madrid en actitud cariñosa con su amiga Belén Perea, a la sazón su anfitriona. Si la infanta Elena se negó en algún momento a seguir acogiéndole en Madrid, ya ha encontrado dónde refugiarse. De la actividad de Froilán en Emiratos Árabes poco podemos decir. No se conoce si trabaja ni a qué se dedica.
Aunque a Felipe Juan Froilán no se le ha fotografiado aún en una oficina, sí supimos que llevó a su abuelo, el rey emérito Juan Carlos, al combate en el Etihad Arena que enfrentó a Ilia Topuria y Max Holloway y que ganó el hispano-georgiano. El momento en que el boxeador celebró su victoria dándole un beso en la cabeza al emérito se hizo viral. No se veía a su nieto favorito, pero allí estaba. Es amigo personal de Topuria desde hace años.
Con las celebraciones de diciembre ya inmediatas, la visita de Felipe Juan Froilán a Madrid está asegurada. Una alegría para la infanta Elena y, también, un quebradero de cabeza. Aunque su hijo no se aloje ya en su casa, la posibilidad de que vuelva a ser captado por las cámaras entrando o saliendo de una fiesta continúa preocupando. Van a ser dos o tres semanas en las que el Borbón más díscolo campará a sus anchas por la capital.
Como la infanta Elena ya sabe, la vigilancia a Froilán durante sus visitas a Madrid comienza con su aterrizaje en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas. También Victoria Federica puede dar la sorpresa, como pudimos ver con sus mensajes inapropiados sobre su tío el rey Felipe durante la DANA. Aunque su campanazo mediático definitivo será en enero, cuando se estrena el programa en el que se estrena como concursante de televisión: 'El Desafío'.
22 de noviembre-21 de diciembre
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, independientes y aventureros. Les encanta viajar y se les dan los deportes de maravilla. No pierden jamás la curiosidad por cómo funicona el mundo, pero a veces pecan de salvajes e indomables y tienden a la incosistencia vital. Ver más
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